Juego

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Nico.

Nunca me ha gustado la idea de los baños compartidos, no es que me moleste en si, lo que sucede es que nunca me he sentido a gusto, con las chicas solo veo que carecen de lo que carezco yo, son bellas y todo eso, pero solo me recuerdan que nací igual a ellas y al verlas tan cómodas desnudándose una frente a la otra presumiendo como su cuerpo va creciendo y tomando forma, me doy cuenta que el mio también lo hace, pero no de la forma en que yo quisiera, nunca me agradó la idea de que mi pecho tomara esa forma, no soy yo, desde pequeño siempre me he sentido diferente, al crecer un poco mas, un día mientras me bañaba con mis padres, no pude evitar hacer esa comparación entre la entrepierna de uno y del otro, mi padre tenía algo colgando y mi madre no, yo quería eso, yo quería uno así en mi entrepierna, y a medida que crecí, esa ansia creció conmigo, fue en la consulta con un psicólogo años después que mis padres se dieron cuenta que era cierto lo que yo les había dicho muchas veces, que aunque tenía cuerpo de niña, me siento varón, fue el psicólogo quien le dio nombre, fue la primera vez que oí esa palabra, soy transexual.

Sin embargo, en los baños compartidos de varones solo sentía vergüenza, al saber mi condición, después de su propio proceso de duelo, mis padres me apoyaron en todo, a los trece años fui legalmente un niño y empecé a vestir como tal, nos cambiamos de ciudad para empezar desde cero, esta vez como un niño sin tener que explicarle a todos mis compañeros que ya me conocían como niña como es que ahora soy varón, no tardé en empezar a jugar fútbol y participar en otras actividades masculinas, el gran problema eran los baños, acostumbrábamos cambiarnos allí antes de cada juego y al final íbamos allí a darnos una ducha antes de irnos, mi técnica era simple, siempre me iba con el uniforme para evitar tener que cambiarme con ellos, y me quedaba hasta el final para ducharme cuando todos se habían ido, eso o me iba a alguna cabina y me cambiaba rápidamente, sin embargo, un día entre juegos de "hombres" alguien abrió la cabina en la que me estaba cambiando, burlándose porque nunca dejaba que me vieran cuando ellos se exponían en pelotas frente a mi, ese día sentí la mayor vergüenza de mi vida, me vieron, vieron mi pecho nada masculino y aunque me tapé rápidamente, notaron que no tengo entre las piernas lo que tienen ellos, al verme se instaló un gran silencio en ese baño, en cuanto salí del shock solo pude vestirme rápidamente y salir corriendo, en la puerta tropecé con el entrenador quien se dio cuenta de que yo iba casi llorando, pero no me detuve, solo quería salir de allí.

Al no encontrar a donde ir, y no querer que mis padres me vieran llorar, me metí en un salón de clases vacío, allí me senté en posición fetal y me eché a llorar, me sentía avergonzado y estúpido, puse en duda mi propia hombría, llorar así no podía ser de hombres, tal vez no era tan hombre como afirmaba ser, de pronto sentí que alguien ponía su mano en mi espalda, me levanté rápidamente y me quise ir, pero me detuvo agarrándome del brazo, era el mismo chico que abrió la puerta del cubículo para que todos me vieran, se disculpó conmigo por lo que hizo y empezó a explicarme sus razones, no lo había hecho solo por jugar, de verdad quería verme, se sentía atraído por mi, yo lo confundía, hizo todo un monologo expresando sus sentimientos y no pude sino sonrojarme, era la primera vez que alguien se sentía atraído por mi, y eso me hizo sentir halagado a mas no poder, lo que no vi venir fue que me halla besado.

Después del beso solo me fui, ¿que podía yo hacer o decir? Nada. No se me ocurría nada. Solo me fui, pero al día siguiente tenia que volver, tuve miedo de decirle a mis padres lo sucedido, por eso no lo hice, mi vida en el colegio dependía de lo que pasara esa mañana, de lo que había pasado el día anterior en el juego, al entrar en mi salón de clases la profesora me dijo que debía salir, que tenia una reunión importante con el equipo de fútbol, no pude evitar asustarme, pero allí solo estábamos los que habíamos estado el día anterior en los baños, el entrenador y yo, el entrenador explicó con lujo de detalles mi situación, parando de vez en cuando para preguntarme si iba bien o si se equivocaba en algo, por lo que entendí, el ya había explicado esto el día anterior, al terminar, los chicos uno por uno se acercaron a disculparse conmigo por lo sucedido y a abrazarme, después hicieron algunas bromas al respecto, pero nada que me hiciera sentir incomodo, a partir de allí ellos empezaron a estar siempre a mi lado, guardaron mi secreto y me defendían cada que podían, y, por primera vez, también me sentí atraído por alguien, fue así que descubrí que también me gustan los hombres, detalle que confundió de más a mis padres, sin embargo, nuestro psicólogo familiar siempre al rescate nos ayudó a entender nuevamente lo que sucedía, a mis padres no les afectó tanto como lo primero, solo no entendían, esperaban que me gustaran las mujeres, pues supuestamente era un hombre, si resultaba que me gustaban los hombres ¿cual era el problema en ser mujer?

Escuché sonar la puerta, era Nathan, me había quedado pensando como un bobo y me había olvidado de que tenia una practica de fútbol. Al salir Nathan en un tono jocoso me dijo que me sentaba bien el uniforme y un momento después cuando me descuidé, me dio una fuerte nalgada,  recuerdo que en ciertos deportes se acostumbra esto como saludo, lo he visto muchas veces en béisbol pero jamas en fútbol, traté de no darle importancia y seguí adelante, afuera nos esperaban varios de nuestros compañeros, y no tardamos mucho en empezar a jugar.

Fue muy divertido jugar fútbol después de tanto tiempo, recuerdo como si fuera ayer la ultima vez que jugué, en mi equipo estaban Sam, Giordi y mi amigo Adán, a dos de ellos no los veo desde hace años y la verdad me da algo de nostalgia pensar en esos tiempos. Al terminar las practicas nos dirigimos a un bar a tomarnos un par de cervezas, la mayoría de los chicos se decantaban viendo a las pocas chicas que allí entraban y algunos de ellos, mas lanzados, coqueteaban con ellas, pero Nathan se quedaba a un lado, sentado solo en la barra tomando su cerveza cuando los demás tocaban esos temas, me acerqué a él y traté de sacarle conversación.

_¿Vienen mucho por aquí?

_Solo algunas veces, ¿Te divertirse?

_Si, mucho.

_No te cambiaste el uniforme.

_No me gusta quitarme la ropa frente a tanta gente, me siento expuesto.

_Ya veo.

_¿Tu porqué estás tan apartado?

_Lo hago cuando los demás se ponen triviales.

_Hummm...

_No lo digo por ti, los chicos a veces son tan básicos que me fastidian un poco.

_¿No te parezco básico?

_No, tu te me haces... Interesante, como si te cubriera un halo de misterio, algo que no quisieras mostrarle al mundo, como si temieras ser rechazado o algo así.

_¿Soy tan transparente?

_No tanto, pero si lo suficiente para que yo me diera cuenta de eso.

_He de tener mas cuidado.

Nos reímos un rato y continuamos conversando acerca de nuestras vidas, luego de unos minutos decidimos irnos a nuestras casas, a fín de cuentas mañana teníamos trabajo...

_No puedo creerlo, ¿Es en serio?_ le pregunté riendome a carcajadas cuando íbamos llegando a su casa.

_Si, yo sólo sentí pena ajena en aquella ocasión, ella nos odiaba a todos y se creía superior, llevaba tiempo coqueteandole al jefe, mas de uno pensaba que en verdad tenían algo, pero ese día sin mas ni mas fue despedida y armó un escandalo, tuvieron que llamar a la policía y todo, el jefe tuvo que salir de la cuidad por unos seis meses porque no paraba de perseguirlo hasta que le pusieron una orden de alejamiento.

_Eso es horrible, y el señor Aaron se ve tan imponente todo el tiempo, la verdad es que hasta intimida un poco...

_Si, eso hasta que le ves el tamañito que tiene, es un buen tipo de lo mas amable, pero ese día tuve que agarrarlo porque casi golpea a la chica._Me comentó mientras nos deteníamos frente a su casa.

_Bueno, ya has llegado.

_Si, nos vemos mañana, fue divertido jugar contigo, deberíamos repetirlo.

_Deberíamos integrarnos en el equipo, tu juegas muy bien, yo estoy un poco oxidado, pero con algo de practica tomaré el hilo de nuevo.

_Pero si juegas genial._Guardamos silencio por un rato, luego traté de darle la mano y él me intentó abrazar, los dos nos frenamos y solo nos sonreímos mutuamente_ ehh... Deberías venir a visitarme algún día, puedo cocinar para ti, imagino que siendo nuevo en la ciudad no debes tener muchos amigos.

_Si, sería bueno, algún día lo haremos.

Después de eso nos separamos, terminé de llegar a mi casa, me duché rápidamente y me metí en la cama.

Llamame Nico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora