Sin Comentarios

13. Camino a Celaya

Mis maletas listas, mi justificante listo, todo listo para partir...

Recibimos instrucciones de donde íbamos a partir para llegar a Celaya, Guanajuato. Al llegar al punto de reunión mi padre me compro un café y algo para el camino, yo estaba realmente preocupada, ya que no la veía así que decidí llamarle, aunque después de varios intentos no respondió y una amiga del equipo me pregunto que pasaba y le dije que ella aun no llegaba y me había preocupado así que nós apartamos y de repente mi amiga, Mabel, la vio y me dijo que ya no me preocupara, al cabo de un rato, subimos al camión, solo que, nós separaron por la categoría, pero un rato después empezaron los cambios, y varias amigas nós ayudaron a cambiarnos, una vez juntas, ella me abrazo, en lo personal, fue la mejor noche que pase en sus brazos, y al repetir que la amaba le dije:
-¿Sabes? Yo antes no creía en las estrellas, por el simple hecho de que casi no las veía; pero ahora sé que no es necesario verlas para saber que existen, porque yo, en este momento tengo una a mi lado- concluí y sonreí viéndola a los ojos.
Ella me miro, se acercó a mi, y respondió:
-La estrella más brillante del cielo, me recuerda a tí, y cuando te extraño la miro, porque eres tú-
Al decir esto, woow, sentí tan hermoso que sin dudarlo la besé, me encanta eso, besarla, y la verdad no me cansaría de hacerlo.

Casi al final del camino, después de no haber dormido, el cansancio y el sueño me ganaron, y quede dormida, prácticamente en sus brazos, en si, es hermoso dormir así y aun más con ella. Al cabo de un rato me desperté y ella tomo mi teléfono y empezó a tomar algunas fotos y uno que otro era vídeo.

El camino se acortaba, cada vez estábamos más cerca de llegar, y yo no me quería separar de ella, pero tenía que hacerme a la idea de que ya habíamos llegado.

Al llegar nuestras entrenadoras nós dieron la instrucción de cambiarnos ya que habíamos llegado un poco tarde a nuestro primer partido.