13- BigHit

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Cuando desperté, sentí que se me partía la cabeza. Llorar antes de dormir no era un consejo admirable de mi parte.

Me contemplé la despeinada melena y el menjunje de maquillaje corrido que aún tenía en el rostro.

-Oh, Dios...-murmuré. Traté de arrastrar el maquillaje con el dorso de las manos-. Es lunes, Junie, lunes. ¡El comienzo de una buena semana!

Pero, aunque mientras me lavaba el rostro y cepillaba los dientes trataba de convencerme de que quizá hoy fuera "el gran día", estaba casi segura de que sería un día terrible. ¿¡Por qué se me habría ocurrido salir cuando al otro día tenía examen!? No volvería a hacerlo, eso estaba claro. Pero... ¿con qué cara miraría a Daemon? Estaba demacrada, ojerosa y despeinada. 

Bajé casi corriendo las escaleras, aprovechando que aún me quedaban unos veinte minutos antes de que Daemon pasase a recogerme, y acepté de buena gana el desayuno que mi madre me ofrecía.

-¿Estás bien? Pareces cansada-murmuró, mientras me preparaba una tostada francesa.

Observé el huevo sobre el pan y mi estómago rugió a modo de réplica.

-Hay café, sírvete un poco-siguió mi madre.

Asentí y busqué una taza en la alacena.

-¿Tengo mucha cara de necesitarlo?-inquirí.

Mi madre no respondió, pero por su mueca descubrí que la repuesta era una rotunda afirmación.

Suspiré y di un largo sorbo de la taza mientras le daba un mordisco a la tostada.

-¿Y cómo te está yendo?-inquirió, cruzándose de brazos.

-Mmm... bhiem...-respondí, con la boca llena.

Mi madre entrecerró los ojos.

-¿Cómo va con Yoongi?

Me encogí de hombros.

-Creo que tengo novio.

Mi madre abrió mucho los ojos.

-¿¡Yoongi y tu están saliendo!?-exclamó, tapándose la boca infantilmente al ver que Yoongi se acercaba.

-¿Qué? ¡No!-exclamé.

-¿Eh?-pareció totalmente descolocada-. ¿Pero...? ¿Sino...?

-¿Te he hablado de Daemon?

-¿Quién es ese Daemon?

-Terminé-dije, dejando las cosas en el lavabo-. Debo irme.

-¡Nie!

-¡Te contaré cuando regrese!-exclamé.

Pase junto a Yoongi sin mirarlo, para dirigirme hacia la puerta. Me puse mis zapatos de instituto y me cerré el abrigo hasta el cuello. Salí al frío de la amanecer y me fijé en que el coche de Daemon aún no estaba del otro lado.

Suspiré, me metí las manos en los bolsillos y me apoyé contra la reja eléctrica a esperar.

Yoongi salió tan despatarradamente por la puerta, con el cabello despeinado y la  campera mal abrochada.

Fruncí el ceño. Su expresión era una mezcla de desesperación, felicidad y ese "no se qué hacer" que nunca se le veía.

El muchacho se giró hacia mi e inmediatamente miró hacia sus zapatos. Sonrió ampliamente, como un niño con un juguete nuevo.

Me mordí la lengua por no preguntarle qué le hacía sonreír así. La curiosidad VS el orgullo.

-Daemon no ha venido a recogerte-soltó, sentándose en su vespa y quitando el casco de la motocicleta.

Eh, Pabo! [Min Yoongi]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora