Todo se opacaba,
se tornaba frío.
Un hilo de vida,
entre suspiros
y miedos,
nos perdimos.Tal vez,
fue el hecho
de haberle
confiado la vida
a una cuchilla,
quien me terminó
doliendo
más de lo que creía.Tal vez,
fue el contar
uno de mis tantos
huracanes
a un par
de hielos,
quienes decían
ayudarme,
pero que me dolieron
más que la cuchilla.Tal vez,
fue la lluvia
de noche,
quien me apuntaba
y me gritaba
lo sola que me encontraba,
quien pense
que me acompañaría
entre cigarros y cafeína,
pero que, en realidad,
me dolió más
que un simple par de hielos.Tal vez,
fueron las canciones,
las palabras,
los estribillos
o aquel chico
de una esquina,
que con una guitarra
y un buen ritmo,
me terminó doliendo
más que todo aquello.O tal vez solo fuí yo,
quien nos alejó,
quien nos asesinó,
quien nos dejó
en el ojo del huracán,
quien nos enfrió
y nos separó
en un lapso
de un pestañeo...de un simple pestañeo.