Capitulo 16

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-Me leíste la mente. -dijo Victoria al teléfono que apenas había sonado un par de veces con un timbre especial que la diferenciaba del resto de las llamadas. -Estaba necesitando hablar contigo.

-Disculpa por no haberte llamado antes. -respondió Natalia con una voz notoriamente afectada por esa situación. -Es que he estado un poco ocupada, últimamente.

-No te preocupes. No era muy urgente. Pero qué bien que llamaste. Es que he estado conversando con una amiga psiquiatra que me está colaborando en este caso, y se le ocurrió un plan para hablar con Cristina.

-Pero ella está peor. Incluso me ha amenazado en dejar la casa si volvía a hallar de Andrés.

-¿Hablaste con ella? -preguntó Victoria cómo si no pudiese creer lo que acababa de escuchar.

-Sí. -respondió Natalia con vergüenza-Es que no podía dejar las cosas cómo estaban. No sabiendo lo injusto que está siendo con su padre que la quiere tanto.

-Ya todo volverá a la normalidad. Estoy segura que, cuando sepa toda la verdad, se disculpará y el amor que estoy seguro que ella tiene escondido, volverá.

-Dios quiera que así sea. -dijo Natalia con voz quebrada, pero obligándose a mantener firmeza en su voz.

-Será. Y por eso es que estamos trabajando. Y tú también tendrás que contribuir. Pista eso es que necesitamos que hables con las mejores amigas de Cristina para que la inviten a salir de paseo. La idea es que salgan a despejarse un poco. Y lo que más les gusta a las muchachas de su edad, es ir de compras.

-Sí. -dijo Natalia al otro lado de la línea, recuperando un poco de fuerza en la voz.

-Pero debes tratar de no sonar muy insistente. Cómo sí simplemente quisieras que Cristina se despeje. Y recomiéndales que no le digan que la idea fue tuya. Que la inviten y leé digan que la idea es de ellas.

-Entiendo. -respondió Natalia indicado que había entendido todo, hasta ese momento.

-Es muy importante que la inviten a visitar alguna tienda de ropa. Una que sea muy amplia y con bastante movimiento. No te puedo decir por qué. Sólo qué es muy importante qué vaya a ese lugar.

-Está bien. Les diré a las muchachas. -respondió Natalia con la misma voz qué denotaba comprensión y obediencia.

-Y nos tienes qué decir el lugar donde saldrán, para que vayamos a encontrarla. Deja el resto en nuestras manos. ¿Podrás hacerlo?

-Sí. Creo que sí. Sólo debo hablar con las chicas y sugerirles que vayan a esa tienda que tanto le gusta a Cristina.

-Excelente. Entonces nos avisas con tiempo dónde y cuándo. Tómate tu tiempo. Pero que no sea mucho. Estamos apuradas para salir de este caso. ¿Verdad?

-Sí. Sólo le pidió a Dios que esto funcione.

-Funcionará. Ten fe.

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