Capitulo 20

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Es su turno. -dijo el juez con una voz que transmitía, a pesar de lo ronca que era, una solemnidad que hacía notar su jerarquía, para luego señalar con su mano en dirección del lugar donde Victoria y Andrew estaban sentados.

Victoria se levantó, pero esperó que el fiscal acusador terminara de recorrer los últimos pasos que lo separaban de su asiento.

La exposición de la parte acusadora había sido brillante. O al menos así lo había sentido Andrew, quien cayó en un profundo silencio y depresión, no solo por las duras palabras que había tenido que escuchar en su contra de parte del fiscal, sino también por la acusadora mirada de su propia hija.

Muchas gracias señor juez. - empezó diciendo Victoria con mucho ánimo en la voz, como si todo lo que acababa de decir el fiscal, no afectara para nada en su defensa. -Me gustaría entregarle el audio y la transcripción de una conversación que tuve con la señorita Christine Miller sobre lo que sucedió durante su supuesta violación. Cabe aclarar señor juez, que esa reunión fue autorizada por la propia señorita Miller y su madre. También es importante hacerle notar que en la reunión, también estuvo presente la doctora Chloe Macfair, una de las más prestigiosas psiquiatras del estado.

"Pero, eso es mentira", fueron las palabras que surgieron en la mente de Andrew. Sabía que sí había habido una reunión entre su hija y Victoria, pero también sabía que la psiquiatra no había participado en ella. Algo tenía preparado victoria para su defensa. Algo que no era totalmente cierto. Lo único que le quedaba a él, era rogar que, ojalá, todo funcionara como su abogada lo había preparado.

-No le voy a leer toda la transcripción de lo que se dijo en la reunión, -siguió sonando en toda la sala la voz magnética de Victoria, -solo los aspectos relevantes que no he mencionado anteriormente, como por ejemplo el dibujo del rostro de la persona que, supuestamente, abuso de ella. Este dibujo, es importante decir, fue dibujado por la propia señorita Miller en base a sus recuerdos que sucedieron el día que fue supuestamente abusada.

-Objeción, señor juez. –interrumpió el fiscal poniéndose de pie, con evidente molestia por lo que acababa de escuchar. -La abogada sigue queriendo confundir al jurado con esa absurda historia de la transferencia de recuerdos. Historia que no tiene ninguna prueba que la sustente. No existe ningún indicio que su madre haya sido violada, pero la victima si, como ya lo he demostrado.

-Las observaciones del señor fiscal no son correctas, señor juez. -respondió victoria con firmeza, como si hubiese esperado de antemano esta reacción de parte del fiscal. -La prueba de la veracidad de esta historia está en su escritorio.

-Espero que así sea, abogada -respondió el juez con una suave amenaza.

-Lo es. Ya vera señor juez. –respondió Victoria con seguridad y se dirigió hacia el rotafolio donde adhirió una imagen que mostraba el rostro de un hombre dibujado a mano.

-Quiero también hacerle entrega del historial del señor Gerard Cronen. -siguió hablando Victoria que avanzó hacia el juez para hacerle entrega de un archivo con varios documentos. -Para conocimiento del jurado, el señor Cronen se encuentra recluido en la cárcel de Vancouver desde hace más de dieciocho años, por diversos crímenes que cometió cuando trabajaba en el Hotel Bluemere, que como recordarán, es el hotel en el que pasaron su luna de miel la joven pareja miller. Los crímenes a los que me refiero, son violaciones múltiples a huéspedes que se habían alojado en ese hotel, por lo general jovencitas que estaban, como los Miller, pasando su luna de miel. El señor Cronen esperaba que los esposos festejaran su reciente enlace matrimonial y se aprovechaba de ellas debido a su estado etílico. La mayoría de las jóvenes, por su elevado consumo del alcohol, no se daban cuenta de que habían sido abusadas, y más bien creían que habían pasado la noche con sus esposos. Pero algunas jóvenes, sí se dieron cuenta del abuso, pero el miedo y la vergüenza les hacía mantener el secreto. Hasta que una se animó, y eso fue suficiente para que toda esta cadena de abusos en serie fuera descubierta.

-Objeción señor juez. -interrumpió el fiscal con evidente molestia -este jurado esta para juzgar al señor Miller. No tiene nada que ver con el señor Cronen.

-Señor juez. -dijo con calma Victoria. Era como si disfrutara ver el rostro furibundo del fiscal. -Quiero mostrar a usted y a los señores del jurado, la fotografía del señor Cronen. Le aseguro que está fuertemente relacionado con nuestro caso.

El juez no pronunció palabra, pero hizo un ademán de asentimiento que hizo que Victoria extrajese una fotografía de su escritorio y la pusiera al lado del dibujo hecho por Christine. El parecido era innegable. No había duda de que Christine había dibujado el rostro de Gerard Cronen.

El silencio en la sala fue abrumador, lo que fue aprovechado por victoria para acercarse a su escritorio.

-Tengo una prueba más. -dijo ella y levanto en alto un sobre cerrado, rompiendo el silencio que había creado con la foto. -Una prueba irrefutable que demuestra que mi cliente es inocente y que la señora Miller sí fue objeto de un abuso de parte de Gerard Cronen.

-Objecion. -volvio a sonar la voz del fiscal con evidente y no disimulada molestia. -Señor juez, aquí estamos para juzgar al padre de Christine Miller. No a Gerard Cronen. Si la abogada de la defensa quiere abrirle un nuevo caso a Gerard Cronen, creo señor juez, que esta sala no es el lugar adecuado.

-Disculpe señor fiscal. -dijo victoria blandiendo el sobre que todavía tenía en sus manos. -Usted tiene toda la razón. Aquí estamos para juzgar al padre de Christine Miller. Y usted también tiene la razón cuando dice que es una persona desalmada, capaz de los más bajos crímenes sexuales. Sospecho incluso que es capaz de violar a su propia hija.

Las duras palabras que pronuncio Victoria, congeló al fiscal que se quedó petrificado y de pie ante su escritorio. Pero no solo él quedó asombrado frente al cambio de la defensa. El propio Andrew bajó por momentos miró fijamente a Victoria y luego bajó el rostro con resignación.

-Por eso es que pido al señor juez, y a los señores del jurado, que descarguen sobre el padre de Christine Miller, o sobre esa bestia sub humana, tal como lo llamó el señor fiscal, todo el peso de la ley.

El silencio seguía siendo profundo. Solo Victoria se movía en ese jardín de estatuas.

-Quiero entregarle señor juez. –resonó la voz de Victoria en medio del silencio. –Las pruebas de ADN que demuestran que el señor Gerard Cronen es el padre biológico de Christine Miller.

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