One Shoots

Era de esos | Cameron

Las lágrimas caían y yo no las podía parar. No quería, debía desahogarme por todo lo que había pasado.

Mi mejor amiga, Cath, me miraba desde el otro lado de la habitación, sin decir nada. Pues yo se lo había pedido.

-Comenzaré a explicarte la historia.-sonreí triste y suspiré.-  Él era de esos que parecen sacados de películas, que crees que ya no existen. De esos que están pendientes de ti pero también te dan tu espacio. Era de esos que son tan perfectos y no lo puedes creer. De esos que cambian un día y ya no sabes quienes son.-mi voz, entrecortada por las lágrimas, me dificultaba la forma de hablar.

-No tienes que seguir si no quieres...-dijo Cath, pero negué.

-Cameron era de esos pero ahora ya no sé quién es.-confesé y la mire.

-Quizás se vuelvan a encontrar y lo hablarán, comprenderán sus diferencias y aceptarán sus errores. Y quizás, no falte mucho para eso.-me dijo mirando hacia la puerta.

"Por favor, que no sea lo que estoy pensando." Dije para mí.

Volteé y mi mundo completo se vino para abajo, a unos metros estaba Cameron, con las manos en los bolsillos mirando a donde yo estaba. En su cara se notaba el arrepentimiento y también se notaba que llevaba mucho tiempo ahí.

Cath me dio una sonrisa y sin más, se fue, dejándonos solos.

-¿Lo escuchaste todo, no es así?- pregunté parándome.

Me acerqué a él, tomé su mano y le indiqué que pasará, estaríamos más cómodos, luego de eso cerré la puerta.

-Así es y no sabes todo lo que me arrepiento por lo que pasó. Yo quería mejorar la relación, que todo cambiará para nuestro bien...pero veo que no funcionó.-murmuró y agachó su cabeza.

Se veía tan lindo, tan destruido, tan arrepentido, tan...él.

Con pasos lentos, caminé hacia Cameron e hice que me mirará. Sus labios estaban ligeramente rosados, joder, quería besarlo, necesitaba hacerlo.

-Me dejarás completamente loco si no me besas en este maldito instante.-susurró con voz ronca. Diablos, ¿podía ser más perfecto? No lo creo.

Lo besé como si fuese la última vez que lo haría, sus manos apretaron mi cintura y luego bajaron a mi trasero, donde me impulsó para colgar mis piernas en su cadera.

Sin dejar de besarnos, Cameron me tiró sobre la cama y comenzó a dejar besos en mi cuello. Solté un suspiro y fue ahí cuando él se alejó.

-Haremos el amor las veces que quieras y en donde quieras, pero no ahora. Mereces más que esto.-sonrío y yo sonreí con él.

-Jamás me arrepentiré de la decisión que tomé, eres mi mundo, Cam.-le di un pico y nos acostamos.

-Y tú el mío, linda.-fue lo último que escuché antes de dormirme completamente.
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¡Hola mis niñas! ¿Cómo están?

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Nos leemos en unos días🎀

Sam.