Lo miré de nuevo y una sonrisa salió de mis labios. Mi mejor amigo era la persona más perfecta en este mundo tan imperfecto. Sus ojos, sus malditos ojos eran todo lo que necesitaba para estar tranquila, y sus abrazos, dios, eran perfectos, casi como él.
Se estaba riendo de un mal chiste de Cameron, su risa era música para mis oídos, y su sonrisa era la que tranquilizaba a todos los demonios en mi interior.
-Se nota que lo quieres- dijo alguien a mi lado, supe que era Matt por su voz- ¿Por qué no le dices?
-Porque eso sería perder su amistad- dije suspirando- Prefiero seguir así, él con sus chicas, y yo con su sonrisa, lo he soportado por 3 años, ya me acostumbré- confieso y le doy un trago a mi vaso.
-¿Cómo te enamoraste de...eso?- preguntó con una sonrisa, yo reí
-Me enamoré de él, de esos pequeños detalles, de su sonrisa, su forma de reír tan escandalosa, sus manos sobre las mías cada vez que algo andaba mal, las carcajadas por mis chistes malos, sus suspiros al verme mal por la misma razón de siempre; mis padres- y volví a mirar a Nash- y me enamoré de él, como te enamoras del atardecer...-suspiré y Matt me miró con una sonrisa tierna.
-Él está enamorado de ti también- dijo para luego irse y dejarme sola.
