Ya pasaron dos meses del accidente y hoy empezaba con fisioterapia, Austin me va a venir a buscar para ir caminando a el hospital que esta cerca de casa, vamos caminando porque tome un cierta fobia a las motocicletas.
Bueno empiezo fisioterapia para recobrar la movilidad de mis piernas, en este momento estoy en silla de ruedas, un mes con esto y ya me pudrió.
-Maddie, llego Austin.- grita mi madre desde la sala, me apresuro se que mi madre no iba a ser muy amable con el chico que hizo que su hija sufriera un accidente.
-Hola.- le digo con una sonrisa a Austin, quien estaba sentado, muy tenso en uno de los sofás del comedor.
-Hey.- se levanta de la silla- ¿nos vamos?
-Claro.- respondo, me acerco a mamá quien estaba en el sillón mas grande viendo el telvisor para darle un beso.
Austin se posiciona detrás de mi para empujar la silla, en este mes eh sido muy dependiente de las personas que me rodean y es lo más horrible del mundo. Salimos de casa y él lanza un suspiro que tenia guardado desde que entro a casa creo.
-Pensé que moriría allí adentro.- dice mientras yo suelto una carcajada.
-Ay Austin, es mi madre, no un monstruo.
-Bueno... se le acerca.
En camino al hospital, me hablo sobre Lu creo que le gusta, no se si me agradaba la idea de que él estuviera con mi mejor amiga, que en estos días ah estado demasiado malhumorada y distanciada. También hablamos sobre sus padres y el hecho de que no lo fueron a visitar en el mes que estuvo en el hospital, luego cuando llego a su casa con uno de sus brazos enyesados, su madre solo lo miro y siguió con su revista y el padre siguió con su celular haciendo llamadas, me puso muy triste el saber que sus padres le restaban importancia a él y a su pequeña hermana.
-Llegamos señorita.- dice con un tono caballero, que debo admitir, me gustó.
-Bueno, muchas gracias señor.
-Sabes que me encantaría quedarme y estar a tu lado en los ejercicios pero tengo que cuidar a mi pequeña hermana.
-Lo sé y no te hagas mucho problema, si quieres venir a buscarme con ella y vamos por un helado por mi genial.- le dedico una sonrisa.
-Me gusta la idea, se la voy a proponer, pero de seguro te vengo a buscar.
-Esta bien, nos vemos.- me despido, me doy la vuelta pero antes de avanzar el toma las manijas de la silla de ruedas, la tira para atrás y me besa la mejilla, sentí el calor subir por mis mejillas.
-Adiós, hermosa.- me susurra en el oído.
Wow, wow, wow, YA BASTA, voy a dejar de pensar en eso, entro en el hospital y espero en la salda de espera. Un chico se sienta al lado mío y veo como mueve muy rápido su pierna derecha, se ve que esta nervioso.
-Disculpa.- digo- estas bien?
-Eh-eh s-si lo estoy, perdón.- sonríe tímido- es que estoy algo nervioso.
-Tranquilo, son solo ejercicios.- trato de calmarlo.
-Gracias, por cierto, me llamo, Alex.- me extiende la mano y yo hago lo mismo.
-Maddie, mucho gusto.
Después de eso quedamos en silencio un par de minutos, Alex es muy lindo, tiene pelo castaño, unos ojos color miel hermosos, unos labios finos, pelo negro y desarreglado. Estaba vestido con una remera azul la cual le quedaba muy bien, unos jeans azules y unos vans azules también. Es muy musculoso.
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-Así que Maddie... ¿que te pasó? claro si no te molesta contarme.- que educado es.
-Tuve un accidente en moto con un amigo y estuve en coma por unas semanas la verdad no recuerdo bien y ¿tu?
-Estaba haciendo trucos en el parque de skate aquí cerca, pensé que caería en truco limpió pero creo que me equivoque, caí sobe mi pierna izquierda.
-Wow, debe ser doloroso.
-Si... Creo que lo tuyo debe ser peor.
-No lo creo, se que voy a volver a caminar, así que ta.- lo miro y le sonrió.
-Me gusta que tengas confianza.- me sonrie.
-Alex Miller.- dice un señor de posiblemente 50 o 40 años con bata blanca, el cual supongo que es el Fisoterapeuta- pase por favor.- mira a Alex y sonríe.
-Creo que me toca... deséame suerte Maddie.- me observa nervioso.
-Muchisima suerte Alex.- le sonrío, el me devuelve la sonrisa y se para con ayuda de las muletas.
...
Salí de la sala del doctor, tenia la esperanza de que hoy empezaramos con algún ejercicio, pero él me dijo que teníamos que conocernos y me explicó sobre los ejercicios que haremos hasta que recupere la movilidad de las piernas. El doctor se llama Mario y tiene 49 años.
Estoy hace como 10 minutos fuera del hospital esperando a que aparezca Austin, por mientras, prendo mi celular y encuentro un mensaje.
Austin.
''Hola Mad, solo quería avisarte que no podre ir por ti, mi hermana se enfermó y mis padres no se encargan de ella, de verdad se siente muy mal, lo siento, mañana después del instituto vamos por el helado, nos vemos.''
No me enojo, es el encargado de su pequeña hermana, además no necesito a nadie para volver a casa. Empiezo a mover la silla cuando escucho que alguien grita mi nombre, Alex.
-Hey!- me dice animado.
-Alex!- respondo con una sonrisa.
-Pense que ya te habías ido.- dice mientras se pone a mi lado.
-Tuve un pequeño imprevisto.-río- pero ya me estaba yendo.
-Antes de que te vallas Maddie, me caíste bien hoy.- dice nervioso- ¿me darías tu número para hablar?
-Si obvio.- le dije con una sonrisa, Alex tenia pinta de ser buen amigo- anota...
