Negociaciones

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CAPITULO 9

"Del odio al matrimonio solo hay un paso"


Un zorro de varias colas saltaba sobre los edificios ante la mirada reverente de los habitantes e Konohama, luego de unos meses había aprendido a aceptar su forma humana, pero eso no significaba que siempre tenía que gustar de ella especialmente cuando alguna de las hembras locas de la aldea venía con la idea de aparearse con él (y eran muchas) así que le pidió al cascarrabias y al idiota eterno y lascivo que le dieran otra forma aparte de la humanoide para sentirse cómodo... lo que lo dejo en la apariencia actual ¡Malditos Uchihas amantes de los gengutsus! ¡Cierto tenía lógica que si se veía como el Kyubi no Kitsune asustaría a los aldeanos! ¡Pero de ahí a parecer una especie de zorro de peluche lindo y felpudo era otra cosa! No importa que fuera enorme y midiera un metro y medio ¡Seguía siendo un zorro... no más bien parecía una zorra!

Luego estaba ser considerado un mensajero del gran Inari-sama, empezaba a sospechar que Hashirama Senju sólo se hacía pasar por un idiota y en verdad era un maldito genio manipulador que lograba que todos le creyeran a pie a juntillas todas sus mentiras; era la única manera de explicar porque el pueblo creí que el Kurama era un dios zorro mandado porque sabe que deidad como una bendición al pueblo, Si el hombre no era el diablo en persona se comería una de sus colas. Aterrizo en las afueras de la torre del Hokage y se detuvo olfateando el aire y se acostó a dormir decidiendo que no era el momento de entrar, lo mismo debió pensar el albino que se detuvo al otro lado de la puerta de la oficina y pregunto con voz algo molesta.

— ¿Se puede entrar?

— ¡Dame un minuto Tobirama sólo un minuto!

— Son las dos Hashirama la hora del almuerzo ya paso.

— ¡Lo sé, sólo dame un minuto más!

—...Hashirama ¿Madara está contigo?

—...S-si ¿Por qué lo preguntas?

El peli-blanco soltó una maldición mirando hacia sus tres...no cuatro alumnos antes de responder— Porque vengo acompañado de: Sarutobi, Danzo, Homura y Koharu, no quiero darle un más ejemplo a los niños ¡Por eso!

— ¡Aaah, puedes hacerlos pasar serán de gran ayuda!

Extrañado el menor de los hermanos Senju entro con recelo, su hermano era un mojigato cuando no se trataba de Madara; así que jamás expondría a los niños a un espectáculo no adecuado ¿Verdad?

Un suspiro tanto de alivio como de exasperación salió de su boca al darse cuenta cual era el problema; todas absolutamente todas y cada una de las paredes de la oficina estaban cubiertas con unas enredaderas de rosas de color rojo intenso y varias de las paredes ostentaban quemaduras, mientras Madara miraba con cara de reproche a su esposo.

— Se que me voy a arrepentir de preguntar ¿Pero qué paso?

—Nada particular que al tonto de mi marido se le ocurrió decir a mis dos hijos los cuales heredaron el Mokuton, que me gustan las flores de color rojo y que sería estupendo para mi cumpleaños si me dieran un montón de ellas.

— ¡Pero te gustan, tú mismo lo dijiste!

— ¡Me gusta ver una o dos porque mi color favorito es el rojo, pero no pretendo morir asfixiado bajo un aluvión de pétalos de rosas!

—A mí me parece muy romántico— Intervino la pequeña genin mirando encantada para todos lados.

— ¡Verdad que sí! ¡No te pongas a rezongar Madara entristecerás a los niños, se esforzaron tanto por ti! ¡Míralos están casi a punto de llorar!

Del odio al matrimonio sólo hay un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora