Veo la lluvia caer al otro lado de la ventana y no puedo evitar suspirar. Todos mis planes para el día se acaban de caer por tierra de mala manera. ¿Es que la temporada de lluvias tenía que ser precisamente ahora? ¿Precisamente en la época en la que él volvía?
Habíamos planeado una excursión al campo, realmente yo no era muy fan del campo, hay bichos, animales salvajes, plantas extrañas... Siempre he odiado el tipo de cosas como hacer picnic o ir de acampada, mis padres acostumbraban a llevarnos a mi hermana y a mí y los dos terminamos por aburrirnos de ese sitio.
Pero... él me lo había pedido... él que nunca me pedía nada, me había pedido que fuéramos a hacer una excursión al campo, que había un lugar que le gustaba especialmente, una pequeña cascada en un bonito lago, "el sitio ideal para las parejas" había dicho. Y sí, yo normalmente me reía de sus cursilerías y romanticismos varios, pero... hacía tanto tiempo que no le veía que hasta yo andaba necesitado de mimos y gestos cursis de mi hyung...
Había llegado al punto en que yo mismo estaba nervioso y ansioso por esa salida, la noche anterior ni siquiera había podido dormir, me había comprado unas botas de montaña y una mochila nuevas, incluso había preparado comida para llevarnos y eso que yo no solía cocinar...
Y la maldita lluvia lo había estropeado todo...
Las gotas repiqueteaban con fuerza contra el cristal y el suelo de la terraza. Sentado en el suelo, con la espalda apoyada en el reposa-brazos del sofá, veía como el cristal se mojaba mientras sostenía una taza de café caliente en mis manos, calentándome un poco, pues la lluvia también había enfriado el ambiente y no tenía ningunas ganas de levantarme y encender la estufa en ese momento.
El cielo estaba oscuro a pesar de ser las once de la mañana, los nubarrones negros no dejaban pasar ni un pequeño rayo de sol, las ventanas del edificio de enfrente que podía ver por encima de la barandilla de la terraza, me permitían ver luces encendidas debido a la oscuridad del día. Parecían las ocho de la tarde...
Suspiré y le di un sorbo al café, sintiendo el cálido líquido calentarme un poco por dentro, el día me parecía helado en ese momento. ¿Porqué había tenido que malograrse todo de ese modo? ¿Porqué tenía que llover hoy? ¿Es que no había más días? Cualquier día laborable hubiese estado bien... pero no, el clima estaba en mi contra y debía llover el único día que ambos podíamos vernos...
Con el ceño fruncido y la mente perdida en mis nefastos y pesimistas pensamientos, no me di cuenta que alguien había entrado en mi piso hasta que no sentí la calidez de una taza en mi mejilla.
Asustado, giré el rostro y alcé la cabeza.
―¿Qué haces ahí tan triste?
Abrí los ojos sorprendido al ver a Siwon parado a mi lado, vestido con un jersey grueso y unos vaqueros raídos, sonriéndome con aquella preciosa sonrisa suya mientras sujetaba una taza humeante en su mano.
―H-hyung... ―fue lo único que atiné a decirle.
Me sonrió en respuesta y se puso de rodillas a mi lado para conseguir quedar a mi altura.
―Me he servido un poco, espero que no te importe... ―comentó alzando la taza humeante en su mano.
Parpadeé un par de veces, tratando de comprender sus palabras y dirigí una mirada a la barra de la cocina, dónde la cafetera ya vacía descansaba sobre el mármol. Giré la cabeza y reparé en el abrigo gris de Siwon echado sobre el respaldo del sofá.
―¿Qué pasa? ¿Pensabas que la lluvia iba a impedirme venir hasta aquí? ―preguntó.
Dirigí la mirada de nuevo hasta él y le miré varios segundos en silencio, comprendiendo entonces que Siwon debía haber entrado en casa mientras yo estaba ensimismado en la lluvia al otro lado de la ventana.
―Pero... No podemos ir a la montaña... ―comenté.
―No, no podemos ―afirmó sentándose a mi lado―, pero eso no quiere decir que no podamos pasar el día juntos, ¿no?
Parpadeé de nuevo varias veces.
―Pero... tú querías ir a la montaña... ―repetí―. A ver la cascada y el lago... Querías un plan romántico...
―Bueno, podemos apañar un plan romántico aquí también ―aseguró.
Ladeé la cabeza, sin comprender y él sonrió.
―Mira, dame eso ―me pidió quitándome la taza de las manos.
La dejó en el suelo, junto a la suya y se estiró hacia el sofá para alcanzar una manta que tenía allí para cuando me entraba frío por la noche mientras veía algún dorama.
―Déjame sitio ―me pidió colando una mano a mi espalda, empujándome un poco para separarme del sofá.
Me moví arrastrándome un poco hacia adelante y él coló una pierna por detrás hasta quedar sentado a mi espalda con una pierna a cada lado de mi cuerpo. Pasó sus brazos por delante mío y desdobló la manta para echarla sobre nuestras piernas y después cogió las tazas y me dio la mía. Cuando la cogí, llevó esa mano hasta mi cintura y me empujó hacia él, pegando mi espalda a su pecho.
―¿Ves? ―preguntó―. ¿No es esto romántico? ¿Observar la lluvia mientras bebemos café abrazados?
Parpadeé varias veces y giré la cabeza para mirarle.
―¿Y te parece suficiente?
―¿Porqué no iba a parecérmelo? ―preguntó.
―Pues porque... querías que nos fuéramos de excursión a la montaña, ir a buscar la cascada y el lago, comer a la sombra de un árbol... ―relaté las cosas que me dijo el día que me lo propuso.
―Lo que más me interesaba era pasar el día contigo ―respondió―. El sitio es lo de menos ―afirmó inclinándose un poco para darme un beso en la frente.
Le miré varios segundos en silencio y al final una sonrisa se extendió en mis labios. ¿Existiría en el mundo un novio mejor que Siwon? No... Pondría la mano en el fuego por que no lo había.
Alcé una mano y la puse en su mejilla. Él me devolvió una preciosa sonrisa antes de inclinarse un poco y permitirme darle un beso en los labios.
―Te quiero mucho, hyung ―le confesé cuando me separé.
―Y yo te quiero a ti ―afirmó sonriéndome de nuevo antes de inclinarse otra vez para besarme.
Poco me importaba ya la lluvia al otro lado de la ventana, poco me importaba la oscuridad en la que el día parecía estar sumida, poco me importaba la comida preparada en la nevera, poco me importaban mis botas de montaña sin estrenar. Ahora sólo me importaba pasar el día junto a Siwon en mi casa, acurrucado bajo aquella manta dejando descansar mi cabeza en su hombro a mi espalda mientras sentía una de sus manos en mi abdomen, repartiendo suaves caricias acompañadas de tiernos besos en mi cabeza y mi oreja. Poco me importaba el nefasto día al otro lado de la ventana cuando sabía que iba a pasarlo entre mimos y cariños de mi hyung.
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La lluvia al otro lado de la ventana
Hayran KurguLa temporada de lluvias llega a Seúl en el peor momento desde el punto de vista de Kyuhyun, el cuál ve su plan del día desmoronado precisamente por esa lluvia incesante al otro lado de la ventana.