Capítulo 7.

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Cerré suavemente la puerta principal de la casa, las luces apagadas ayudaban a mi crimen ser menos notorio. El vestido negro llegó rasgado debido a la salida y entrada a la casa.

Trepándome y huyendo como un ladrón.

Mis ojos están lo suficientemente rojos para darse un merecido descanso. Pero mi mente sigue pensando en la enorme presión que llevo encima, ¿Cómo se me ocurrió haberme escapado?.

"No sé como ni cuando pasó, solo me dirigí a la puerta de mi habitación y corrí lo más rápido posible al ver una nota que me conducía a un lugar desconocido. No había forma de salir de la enorme casa en la que me encontraba, fue ahí que decidí trepar los enormes muros alrededor de esta. Con el vestido negro ajustado y los tacos en mis manos, trepé lo más rápido posible. Boté los tacos a la acera de la avenida; conteniendo la respiración, bajé rápidamente deteniendo el diminuto vestido, ya que, se subía poco a poco a la altura de mis muslos.

Levanté lo que arrojé y decidí tomar un taxi, le indiqué la dirección emprendiendo camino al lugar que con locura estaba desesperada de llegar.

Al situarme en frente del hospital, no evite ponerme lo bastante  nerviosa. Inhale aire fresco conservando la poca calma que quedaba dentro mi ser. Coloque los tacos en el piso y subí a cada uno de ellos. Lleve un mechón de pelo detrás de mí oreja. Abrí la enorme puerta de cristal y emprendí rumbo fijo al tercer piso, ¿porque ese?, ni yo lo sabia, solamente seguí el instinto que peculiarmente tengo.

Vi a lo lejos unas cuantas enfermeras caminando, cada una traía consigo unos tableros en los que tenían la vista fija, me era más fácil llegar a mi meta. Caminé despacio hasta toparme con la habitación 178, abrí suavemente la puerta e incorporé mi cuerpo dentro de la habitación cerrándola por mi detrás.

Suspiré aliviada a tal estúpida circunstancia que llegue. Fue ahí cuando escuché un sonido perfecto, una dulce voz que me dirigía la palabra.

— ¿Tú?— preguntó mirándome con los ojos sumamente abiertos por la impresión.

Quedé helada al toparme con esos ojos color marrón. Sin duda, uno de los más preciosos que vi a largo de mi existencia.

Me acerqué despacio hasta situarme frente a él.  Se puso nervioso, y no sé el porqué aún.

¿Te impresiona verme frente a ti? O es que,... ¿No querías verme?— respondí con indiferencia. Lo sé, es tan contradictoria mi acción, que inconscientemente rozó su mano con la mía y la entrelazo hasta situarla como siempre debió ser.— Debes alejarte de mi, no te conviene estar conmigo. Solo seré tu perdición,  y yo no quiero eso para ti.— volví articular palabra viendo sus ojos fijos en mi. No podía alejarme, no sabiendo lo que posiblemente me tenía preparado el futuro, nuestro posible futuro. Pero mis ganas de quedarme sola y estar siempre hundida en mi soledad, eran más grandes que todo el amor que sentía y siento aún por él.

No quiero alejarme de ti. No quiero que te alejes de mi. Prometimos ser uno, y ahora no soy yo el que incumple la promesa.respondió aquel hombre sacándose la máscara de oxígeno. Posicionó sus manos en mis mejillas y acercó su rostro al mío.  Poco a poco fue tomándome de la cintura y me colocó encima sus piernas. Besó mis labios como nunca antes lo había hecho, ni en el pasado que vivimos. Correspondi al acto tomándolo del cuello y atrayéndolo más a mi.
No podía parar, era una acción tan concurrente y necesaria.

Behind The Mask© (Michael Jackson) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora