Noveno plato

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[Namjoon]

Había conseguido que la princesa aceptara. Sí, había aceptado que yo la llevara al programa el día del la emisión, es decir, ese mismo en el que se lo pedí, pero con la condición de que Jungkook vendría con nosotros. Obviamente ese niño no estaba en mis planes, no entraba en mi idea de quedarme a solas con Jin, pero no tenía más remedio que acatarme a las órdenes del mayor si quería avanzar con él.

- Por eso tienes que venir hoy conmigo –terminé la explicación.

Jimin me miró desde el portal de su casa, con un semblante serio y pensativo comiéndole el rostro. Yo estaba en mi coche, con la ventanilla bajada y aparcardo junto a la acera, pues de esta forma podía mantener una conversación con mi amigo sin necesidad de bajar del vehículo. Finalmente Jimin suspiró, frotándose el pelo con nerviosismo.

- ¿Estás seguro de que no va a haber ningún problema? –puso una mueca e hizo el gesto de cortarse la garganta, como si realmente su dedo fuera un filo de cuchilla. – La última vez tu novio casi me mata, y eso que solo le rocé un poco el trasero a Jungkookie.

- Mira Jimin, esta es la situación –volví a poner un tono digno de caso de la CIA, en serio, parecía tan serio e importante que cualquiera diría que únicamente hablábamos de formas para ligar. – Jin aún no es mi novio –recalqué el "aún", dejando todas las esperanzas que yo tenía, en vista de mi amigo. – En un futuro muy cercano podría serlo, de hecho esta misma tarde, en la grabación, podríamos avanzar muchííííííísimo... –inspiré hondo y seguidamente solté el aire con desilusión. – Si no fuera por el problema.

- ¿Con problema te refieres a Kook? –asentí con resignación, lamentándome porque la vida hubiera puesto un niño celoso pegado al trasero de Jin. – ¿Y quieres que vaya para que yo me encargue de él y así dejarte vía libre con su madre?

- No es su madre, idiota.

- Lo que sea –Rodé los ojos y asentí de nuevo, dándole a entender que cada palabra del plan estaba correcta. Así lo había pensado, así se tendría que hacer y así funcionaría, pues yo era un cerebrito y mi mente nunca fallaba. – Te vuelvo a decir que el niño me odia.

- Que no.

- El otro día me mordió en casa de tu novio cuando fui a rodearle con el brazo.

- Expresará así su amor, yo que sé.

- Namjoon, si Jin viene a clavarme un cuchillo diré que me obligaste a venir porque te lo querías llevar a la cama.

- ¡Eh, que tengo más interés en él que un polvo!

- Haré como que te creo –suspiré, sin molestarme en explicarle lo contrario, pues la fuerza de la costumbre me había calificado a ojos de mis amigos como un putero irresponsable que no duraba más de una semana con la misma persona. Me lo había ganado a pulso y no podía quejarme, por muy diferente que se sintiera esta vez con Jin, hasta que no lo vieran ellos mismos con sus propios ojos, no me creerían. – ¿Entonces me encargo del pequeño? –Asentí al tiempo que le abría la puerta y él rodeaba el coche, entrando como copiloto. – Me debes una.

- Ya te la cobrarás –respondí sin prestarle mucha atención, regodeándome internamente de que todo estuviera saliendo de acuerdo al plan. – Por cierto, Jimin.

- ¿Sí?

- Ese es el sitio de Jin.

+++


Cuando llegamos Jin ya estaba esperándonos en la acera, con una mano entrelazada con la del Jungkook y una pequeña bandolera rosa en el otro. Intenté omitir el primer detalle, convenciéndome a mí mismo de que Jungkook solo era un niño, de que era normal que se tuviera tanta confianza con Jin debido a la actitud maternal del primero, que no debía tener celos de él.

Taste it [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora