Vigesimoctavo plato

26.1K 3.4K 769
                                    


[Namjoon]

Un portazo me hizo despertar, o consiguió que no me quedara dormido. Me incorporé disimuladamente en la incómoda silla y froté los ojos, quitándome las gafas de sol que conseguían ocultar mis ojeras. Hyungsoo, al contrario que yo, parecía igual de centrado que siempre, entrando en la sala con una taza de café y una pila de carpetas bajo el brazo derecho. Demasiado profesional.

- ¿Me estás escuchando? ¡Namjoon! –pestañeé varias veces al encontrarme con los dedos de Hyungsoo, chasqueando a centímetros de mi cara. Cuando comprobó que estaba de vuelta a la realidad, volvió a tomar distancia, suspirando con resignación, y se sentó en la acolchada silla giratoria que había frente a mí, la cual parecía infinitamente más cómoda que la mía.

- Hyung, es muy temprano... –solté un bostezo y me recargué en la mesa, recostando mi cabeza sobre los brazos cruzados. Al segundo bostezo las gafas bajaron de mi cabeza hasta los ojos, colocándose solas y oscureciéndome la visión, cosa que no ayudaba en nada a mi objetivo de despertarme.

- Namjoon, esto es serio.

- ¿Qué pasa? –volví a quitarme las gafas, esta vez dejándolas sobre la mesa, y me incorporé con mucha fuerza de voluntad, girando el cuello y palmeando mis mofletes para despejarme. Antes de nada agarré el café que Hyungsoo había traído y le di un trago, ignorando la fulminante mirada que me lanzó. Yo le dio dos más antes de devolvérselo, respondiéndole con un encogimiento de hombros. Sí me quería despierto, tendría que poner de su parte, o mejor dicho, de su café. – ¿Me llamaste por lo de las listas? Ya vi que quedamos primeros otra vez.

- No es eso, ya te he dicho que es serio –fruncí el ceño. Hasta ahora las victorias en ese campo era lo más serio con lo que habíamos tratado, y no me gustaba en nada que se despreciasen de tal forma. Era la recompensa a nuestro esfuerzo. Debió notar mi molestia, porque se apresuró a arreglarlo. – Igualmente, enhorabuena. Sabía que lo conseguirías.

- Gracias –respondí sin mucho entusiasmo. Fui a agarrar de nuevo la taza de café, pero él me vio y la apartó a tiempo, casi bufándome. Yo rodé los ojos y volví a sentarme correctamente, intentando conformarme con los pequeños sorbos de cafeína que había ingerido momentos antes. – ¿Y bien? ¿Qué es eso tan serio para lo que me has hecho venir a las nueve de la mañana?

- Mira esto –agarró una de las carpetas que traía antes bajo su brazo y me la tendió con brusquedad, lanzándola a la mesa. Yo fruncí el ceño pero me mantuve callado, sorprendido por su comportamiento, pues normalmente no era tan frío. Devolví la vista al gran sobre y lo abrí con poca delicadeza, rajando ligeramente parte del papel por error. Escuché un bufido por el fondo pero lo ignoré, centrándome más en las fotos que había en el interior de esta. – Ahora dime que no eres tú el de las fotos.

Quise responderle exactamente eso, pero no pude. Era yo, claramente era yo. Y ese no era el problema, sino que junto a mí también salía Jin. En una tan solo caminábamos de la mano, en otra salía abrochándome el abrigo, en las demás tan solo sonreíamos y hablábamos, y en las tres últimas salíamos besándonos y entrando ambos a mi piso.

Ahora que lo pensaba, no quería de ninguna forma responderle que ese chico no era yo, no quería ni imaginar que ese chico hubiera podido ser cualquier otro. Era genial que el que salía besándose con Jin en las fotos fuera yo. Sonreí de forma inconsciente, pasando mis dedos por la superficie de la cartulina, admirando lo bien que se veía el castaño.

- ¿Cuánto os pidieron por las fotos? –pregunté borrando de inmediato la sonrisa, quizás para no parecer un maleducado frente a Hyungsoo. Después de todo era mi representante, y de seguro que tapar esto les había costado mucho dinero.

- Seis grandes por cada foto –Mordí mi mejilla con fuerza ante el impacto de sus palabras, intentando no mostrarme muy afectado. Guardé todas las fotografías en el sobre, incapaz de mirarlas otra vez por la culpabilidad que me hacían sentir, y suspiré con pesadez. – Y hemos tenido suerte de que vinieran a hacernos la oferta, podrían haberlo mandando directamente a cualquier revista.

- Puede restarlo de mi sueldo, señor.

- Esa no es la cuestión, Namjoon –aparté la vista, anticipando sus palabras antes de que salieran. Ojalá se tratara de algo económico, ojalá se pudiera arreglar pagando unos cuantos de millones de yenes, pero no era el caso. – Sabes que yo no me meto en tu vida personal, en tus gustos y lo que decidas hacer con ellos, todo eso es cosa tuya.

- ...

- He sido permisivo, Namjoon, me he portado y he consentido lo que ninguna agencia permitiría, básicamente te he dejado total libertad. Pero obviamente eso tenía unas condiciones, y tú no las estás cumpliendo.

- Tengo una relación, señor, es diferente.

- ¡Me da exactamente igual que te pienses casar o solo vayas a tirártelo, es indiferente! –apreté los puños, frustrado por no poderle responder, por tener que agachar la cabeza y seguir escuchando la verdad que traían sus palabras. Podía ser injusto, pero no mentía. – Te comprometiste a ser cuidadoso.

- Y siempre lo he sido, jamás hice nada en público de lo que me pudiera arrepentir, ya lo sabe.

- Entonces haz el favor de explicar esas fotos.

- Ahora es diferente, ya se lo he dicho. Estamos saliendo y obviamente no puedo mantener la misma distancia con él que como lo hacía con las demás personas.

- ¿Pero tú te estás escuchando? ¿Sabes lo que puede suponerle esto a la empresa? –rodó los ojos y rió con amargura, pasándose una mano por el flequillo como signo de la frustración que guardaba, seguramente casi tan grande como la mía. – Y todo eso sin tener en cuenta que es un hombre, claro.

- ...

- Esta vez nos hemos salvado, Namjoon, ¿pero qué pasará a la próxima? ¿Y si en esa ocasión es una fan la que os fotografía y lo cuelga directamente a las redes?

- Podemos hacer pública la relación.

- ...

- ...

- ¿Estás hablando en serio? –asentí firmemente, descomponiendo aún más su cara en una mueca de incredulidad. – ¿De verdad piensas que hacer pública tu homosexualidad nos traería algo más que problemas?

- No soy homosexual, también me gustan las mujeres, ya se lo he dicho.

- ¡Me da igual, el de la foto es un chico! ¡Joder Namjoon, para una relación que tienes y escoges a un jodido hombre! –No rechisté, seguí callado, acatando gritos y quejas, pues me las merecía todas. Sabía que Hyungsoo era un buen hombre, era consciente de lo mucho que había invertido en mí, y también era consciente de la ruina a la que podrían llevarle mis actos. – Nunca debí meterte en ese programa de cocina.

- Señor, con mi debido respeto, no habría servido de nada. Encontré a Jin en una discoteca, así que habríamos terminado exactamente igual que ahora.

- ¿Qué estás intentando decirme con eso, mocoso?

- Nada, tan solo le informaba –le devolví la mirada, intentando no achantarme con la frialdad que desprendía la suya. Podía notar su enfado solo con oír su agitada respiración, dispuesto a saltar sobre mí en cualquier momento. – Prometo tener más cuidado a partir de ahora.

- Claro que lo tendrás –respondió de inmediato, aliviándome por completo. Eso quería decir que no tendría más consecuencias, que esta charla tan solo había sido una advertencia. – Y te mudarás de apartamento, nosotros nos encargaremos de ello.

- Sí señor.

- Y nada de afecto en público, modérate, joder Namjoon.

- Entendido.

- Eso espero. Ahora vete – no hizo falta que me lo repitiera dos veces. Agarré mi abrigo y salí de la sala, olvidándome totalmente de despedirme o hacer una reverencia. Estaba aliviado, pero al igual parte enfadado, furioso por no poder mantener una maldita vida normal.

Siempre había sido consciente de las consecuencias, pero hasta que conocí a Jin nunca me habían afectado, nunca me había arrepentido de lo que conllevaba la fama hasta que tuve algo que podía arrebatarme.


Taste it [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora