Cumpleaños

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Ava había insistido en ir a ese lugar, me quería morir cuando papá había dicho que era el mejor lugar para comer en la cuidad.

No había sabido nada de él en toda esa semana, no lo había visto en la universidad y creo que el tampoco había querido asistir a las clases donde compartíamos ramos. Por mi estaba bien, de a poco se había ido apagando la culpa y el deceo que tenía por el y agradecía en el alma no tener que verlo.

- Me parece bien, Poe, hay bastante comida de diferentes gustos y las tortas son espectaculares en ese lugar -. Agradecía que Ted y Ava guardarán silencio, pero simplemente no quería verlo y cualquier muestra de malestar por el lugar a papá le parecería extraño.

- Además aya esta Dilan -. Ava dijo sonriendo.

- Que Dilan? -. Ava comenzó a poner cara de cordero degollado y suspiro teatralmente.

- Dilan tía, el chico guapo de las becas, el que se disfraza de sillón -. Mamá ahogo una risa estrepitosa mientras que papa parecía más bien serio.

- El ha tenido mucho por lo que luchar. -. Papá dijo sintiendo admiración por el.

Si papá, el es digno de admiración tiene una polla de 10 kilómetros y hace el amor como nadie (según mi corta experiencia), pero es un maldito infeliz que no podrá hacer nunca nada por nadie. Pffff.

- Que dices cielo, has estado muy callada? -. Mamá me miró y sonrei.

- Me parece un gran lugar -. Y por todos los infiernos rogaba que el no estuviese hay...

- Buenas noches señores Grey, por acá -. Dios, si realmente estás hay está vez te pasaste con tu castigo por mi lujuria.

- Buenas noches, mi nombre es... -. Trato de presentarse, pero con el pequeño recordatorio de Ava mamá se acordaba de el.

- Dilan, por favor no seas tan formal -. Mamá sonrió y vi que papá también. Esto estaba vuelto arriba, papá debería estar ascesinandote por maldito -. Es un gusto volver a verte.

- Señora, por favor, estoy para servirles -. Dijo entregandonos las cartas, cuando me dio la mía lo ignore, quizás sólo quizás lo haría sentir mal con ello.

Papá pidió un pastel de magdalenas y fresas, extraño no, pero habían sido así todos mis pasteles de cumpleaños.

El venía con mi torta, exactamente 18 velas prendidas, si era una genio y habia salido antes del colegio.

Un gran cumpleaños feliz mientras las luces se comenzaban a apagar en el recinto completo y todos los curiosos cantaban con mi familia, Ava y Ted estaban abrazados sonriendo, papá y mamá también reían y frente a mi el hombre que tomó mi virginidad, no de buena gana...

- Pide un deceo hija -. Grito mamá en medio del boche y Sonreí.

"Quiero que sientas lo mismo que yo sentí"

Pov Dilan.

Por Dios santo, era mi trabajo, era mi trabajo. Me repetía como un manera mientras me acercaba a ella. Sin luz y con solo el brillo de las velas se veía aún más hermosa.

- Pide un deceo hija -. Su madre la hermosa morena que estaba a su lado sonreia, mientras su esposo la abrazaba.

Y hay estaban, esos ojos azules profundos que hacían ahogarte en el mar más profundo fijos en mi. Tan fijos y tan claros. Su boca formó una perfecta O mientras soplaba las velas y cerraba los ojos.

La había visto así antes justo antes de llegar al orgazmo, la recordaba toda transpirada y con las mejillas rojas mientras entraba y salía de ella. Demonios ahora no.

Las luces se prendieron y todos sus familiares comenzaron a aplaudir y a abrazarla mientras ella sonreia, obviamente quede en segundo plano y prefería eso.

Dejé el pastel sobre la mesa y desapareci sirviendo los platos que ya se encontraban listos lo más rápido posible.

- Quiero tu tarjeta muchacho, quizás podríamos llegar a un servicio personalizado.

Tome la tarjeta, era una señora mayor rubia platinada, a pesar de su edad era hermosa Y su cuerpo obviamente jamás había sido ultrajado por un niño. Siempre recibía este tipo de tarjetas de muchas mujeres normalmente mayores que querían algo más que un servicio. Jamás había aceptado ninguna, pero esa mujer que no dejaba de mirar me intimidaba, estaba sentada junto a un hombre menor a ella y este parecía servirle como un esclavo.

Aún faltaban unas horas y aproveché mi hora de descanso para hablar con Astrid quien dijo que los niños ya estaban en la cama y que podía estar tranquilo...

- Esta bien que descanses? -. Phoebe estaba hay en la sala de descanso con una pierna sobre la otra. -. Quiero mi regalo.

Tomó un sorbo de vino y puso su boca sobre la mía pasándole todo el líquido frío mientras su lengua recorría mi boca por completo. Tomó mi miembro en sus manos mientras me besaba con más intensidad y no aguantaba más.

Phoebe GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora