Libertad

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Espere a Astrid hasta que estuvo lista, la señora del local amablemente me había ofrecido un capuchino después de ver que no tomaba nada. Se disculpó por mi ojo aunque a mi ya no me importaba.

- Vamos un poco retrasadas así que tomaremos un taxi -. Hizo parar un taxi, imeginar que papá les tenía temor.

Era un auto comun y corriente, aunque el conductor olía mal y fumaba. Bien, no era tan normal que alguien hiciera eso.

Llegamos muy rápido el hombre prácticamente volaba por las calles. Astrid pago y prácticamente corrió escaleras arriba conmigo arrastras. Descubrí por que tenía tan buen cuerpo, hacer esa subida todos los días cargando niños debía ser impresionante.

- Vete a tu cuarto -. La niña pequeña lloraba a mares y al entrar un juguete casi llegó en mi cara, Astrid si que tenía buenos reflejos.

Dilan me miró y a pesar de lo asustado que estaba parecía más sereno al verme.

- Que está pasando? -. Astrid tomó a la niña de la mano y la llevó a su cuarto.

Al parecer y por lo que podía ver Dilan no tenía autoridad con esa niña.

Escuchaba a Astrid gritarle a la niña y estaba simplemente parecía estar destrozando las cosas. Bien, mal comienzo.

Dilan se acercó a mí y me beso de la nada, así simple un beso de bienvenida a la chica que se tiraba de vez en cuando y Sonreí por ello.

- Me hiciste falta -. Enterró su naris en mi cabello.

- Ejemm -. Astrid estaba llena de maquillaje -. De verdad no entiendo como con Jhon puedes poner reglas y con Emy no.

Se fue a su cuarto mientras con Dilan no decíamos nada, simplemente estábamos felices tocándonos mirándonos y acurrucandonos en el sillón. Los hermanos de Dilan dormían y la niña era la que había causado problemas hasta tarde.

- Me voy, Dilan cuida mi cama y no la vallan a romper -. Dilan parecía querer asesinarla y yo sonrei, ella ya era mi amiga.

La mire unos segundos más, era hermosa, su cabellera rubia cubría su espalda hasta el tracero mientras que sus vestidos mostraban más de la cuenta, no era una chica voluptuosa, pero tenía todo lo que alguna vez ubiese deceado.

- Me puedes decir que pasó? -. Sonreí tomando la mano de Dilan en cuanto Astrid se fue.

- Tuve una discusión con mi papá y mi mamá lo apoyo. Ahora debo hacerme cargo de mi misma, tengo que comenzar a trabajar medio tiempo para poder cancelar el arriendo del que casi fue mi departamento.

El parecía pensativo.

- Creo que actuaron bien -. Lo miré y Sonreí.

- Yo también lo creo, despotrique contra todo lo que me daban por no tener libertad y ahora debo afrontar las consecuencias. -. El sonrio y me tomo para que quedara sobre el.

- Lo bueno es que puedes venir sin dar explicaciones -. Bese sus labios y me metí en su cuerpo, lo necesitaba.

De un par de desconocidos ahora parecíamos pareja, perdi la cuenta de cuantas veces habíamos echo el amor en sólo esa noche o cuando nos quedamos dormidos. Era como si mi cuerpo no pudiese despegarse de el.

Eran cerca de las 4 de la mañana cuando Astrid llegó, entró a la habitación sólo para obtener su pijama y luego volvió a salir muy lentamente. Dilan ni cuenta se dio, yo disimuladamente había cubierto mi cuerpo con un cobertor.

Eran las 7 cuando desperté, Dilan ya no estaba. No estana segura de haber escuchado un despertador. Me puse su polera y mis calzones para salir.

Astrid era un ente muerto en el sillón con la cabeza hacia abajo, Dilan estaba en la pieza de los niños tomando al pequeño con un biberón en la boca, el niño parecía dormir plácidamente mientras Dilan lo mecía lentamente para que no despertara y susurraba una canción que no conocía.

- Hola -. El me miró sonriendo.

- Buenos días -. Siguió en lo que estaba y realmente me sentí una intrusa.

- Maldicion... -. Mire a Astrid quien estaba de cabeza en el suelo. Miró a donde me encontraba y suspiro. -. Puedo volver a mi cama?

Asentí y ella llevo la almohada que estaba ocupando. Dilan parecía serio.

- Quizás esto no es bueno. -. Dejo al niño dormido en la cama.

- A que te refieres? -. El suspiro poniendo la tetera, tenía dos vasos de niños preparados con leche.

- Mira esto Poe, reconoces algo de lo que pasa aquí? -. Suspire. -. Si quizás te dejará ir podrías encontrar a alguien que pudiera estar contigo todo el tiempo, que pudiese siquiera mantenerte cuando tus padres decidan dejarte sin nada.

- Crees que me importa no tener nada? -. Bien me había molestado. -Mira Dilan, no seas estupido. Siempre lo he tenido todo, esta es una experiencia agradable.

- Experiencia? Eso es para ti? -. Al demonio con el.

Lo dejé y me acosté en la cama con Astrid esta me miró y cuando le di la espalda me abrazo.

- Siempre quice una melliza -. No se cuando me quede dormida, Astrid olía a Jinebra y tabaco.

Desperté cuando Astrid ya no estaba a mi lado y gritos venían de la cocina.

- Con un demonio, quedate quieta! -. Mire a Astrid quien estaba a medio vestir peinando a la niña que aún comía. -. Lo mato, esta vez sí te vas a infierno.

- Te ayudó? -. Ella sonrió.

- Ten, asle el moño -. Astrid corrió a la habitación y Dilan no se veia por ninguna parte, sólo esperaba que no siguiera molesto.

- No quieres un moño cierto? -. Ella me miró parecía molesta.

Peine y trence su cabello, era realmente buena en eso Ava me había obligado a aprender a hacer trenzas para ella. Le hice una corona y tome lo que quedaba de su fino y rubio cabello y lo teme en una coleta.

Cuando termine la niña corrió al baño y sonrió mirando a donde me encontraba.

- Que hermoso! -. Astrid se sentó en la misma silla de la niña y me dio un cepillo. -. Quiero uno igual pero con dos coletas.

Sonreí trenzando su cabello.

- Dilan? -. Ella miró su reloj y suspiro.

- Supongo que corriendo. El corre casi todos los días a excepción de cuando tiene turno, siempre me despierta hoy no se lo que pasó.

- Y los niños? -. Ella sonrió.

- los utiliza como pesas, Emy no es para eso y no le gusta salir.

Me quedo dando vueltas hasta que Dilan llegó. Venía sudando, el bebé reía y el lo traía en el mismo canguro de cuando lo conocí mientras que John venía en un tipo carreola gritando a todo pulmón.

- Te odio -. Dilan sonrió.

- Bueno después de que durmieras con mi novia pensé que sería muy malo despertarte -. Astrid lo golpeó y después ayudó a bajar al pequeño.

Su novia, prácticamente me derretí con sus palabras. Su novia.

La niña se me acercó y se tomó el pequeño pelo que había dejado sin peinar, lo peine e hice una pequeña cola trenzada y ella sonrió.

Descubrí que tenían dos canguros uno adaptado para Dilan y otro para Astrid ya que esta salía ya con los niños.

- Bien chicos, me marcho. -. Llevaba al pequeño colgando mientras que los dos mas grandes iban de sus manos. -. No lleguen tarde a clases, Dilan te toca cocinar. Nos vemos.

Sonreí, ella decía todo eso mientras se colgaba las mochilas, parecía una persona lista para la guerra.

- Bien Grey, ahora experimentemos?

Sonreí dándole un beso.

- Tenemos clases a las 11 -. El sonrio tirándole del cabello.

- Sólo una más, por el bien de la ciencia -. Sonreí.

Si, sería una magnífica experiencia con el que al parecer era mi novio.

Phoebe GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora