Phoebe Grey

Aborto

Por primera vez en mi vida odiaba a la profesora de Dialecto, nos había hecho tomar papeles en los que debíamos defender o atacar un tema en especial y nuestro compañero era secreto. Pero el...

A diferencia de todo el resto de los ricachones hijos de papá que asistíamos hay el iba con ropa casual, un jeans negro con orificios en las rodillas (sólo esperaba que fueran por la moda) y una polera azul ajustada. Tenía los ojos hinchados y parecía no haber dormido nada. Sentía una mirada de odio de el, muy diferente a las que me dedicaba cuando estábamos solos.

- Bien... Aborto... -. Miró su reloj -. Tienen 20 minutos para defender su punto de vista... desde ahora... ya-. Dijo la profesora mirando su reloj muy atentamente.

Lo miré directamente a la cara y el saco un papel arrugado.

- El aborto es lo más aberrante que puede hacer un ser humano, no es una opción, es una obligación impuesta por una sociedad que no acepta que las mujeres puedan tener hijos si ellas quieren -. Ok había empezado con todo.

- Usted es mujer? -. El me miró y una sonrisa escapó de sus labios... ok si Dilan, yo se que no lo eres. -. Las mujeres tenemos todo el derecho a decidir por nuestros cuerpos, somos nosotras las que cargaremos el resto de nuestras vidas con el niño que no quisimos y porsupuesto en muchas ocasiones eso nos lleva a odiarlos y a no tener la crianza que se merecen esos pequeños, por eso es que hay tantos niños abandonados y muchas veces con problemas de conducta por que las madres simplemente no los querían tener en su momento. Por que no dar la opción de que puedan elegir interrumpir el embarazo -. El me miró al parecer muy molesto.

- Digame señorita Grey, por que no educar a las mujeres y también a los hombres para que no tengan que interrumpir un embarazo y si prevenirlo? -. Ok iba a ser pesado.

- El 100% de los anticonceptivos no son fiables y tienen por no menos un 1% de ineficacia. -. El saco de su bolsillo un plumón.

- Mire, este es el 100% del que usted habla-. En la pizarra estaba dibujando un círculo. - Ahora sólo el 1% no funciona, bien señorita Grey, ahora Digame por que el 50% son los abortos no autorizados despues del 3er mes de gestación. -. El parecía un guerrero no un dialogador, sin embargo lo hacía muy bien y estaba letrado en el tema. Había investigado muchísimo más que yo... estaba segura que perdería esta.

Tenía ganas de llorar, con solo sus palabras bien dirigidas podía sacar a todos de contexto, aunque estoy segura que a cualquiera podría hacerlo trizas, el era él y simplemente no podía debatir como lo haría con todo el mundo.

- Suficiente -. La profesora paro el tiempo y lo agradecí en el alma, Dilan simplemente me estaba destrozando. -. Se nota que ambos estudiaron el tema ahora, que postura es real en ustedes?

Suspire.

- Soy proaborto -. Contesto Dilan sonriendo.

- Me impresiona su destreza para defender algo que no comparte. -. Dilan asintió.

- Yo soy provida -. La maestra asintió.

- Esos fueron los pequeños titubeos que tuvo. Perfecto -. Ella anotó en su libro y nos dio dos papeles. -. Sus evaluaciones, en ella está lo que mostraron hoy. Pueden retirarse, tienen el resto de la tarde libre.

Todos comenzaron a salir y Dilan se acercó a la profesora.

- Por que un 8, dijo que mi enmienda era buena -. Ella se quitó los lentes.

- Simple, no te creí, ahora si me disculpas -. Mire el papel y un reluciente 10 estaba en mis calificaciones. -. Tuviste que buscar mucha información para defender algo en lo que no crees, ahora vete.

- Por que me puso un 10 es ovbio si le pregunta a cualquier alumno de los que estaban aquí que les dirá que Dilan ganó -. La profesora se sobo el tabique nasal.

- Señorita Grey, usted habló con mucha mas propiedad y no se respaldo en nada par hacernos creíble lo que decía, yo si le creí. Ahora, porfavor largo, quiero un café y mi computadora.

La señora salió con el libro de clases.

- No necesito a nadie para que hable por mi Grey... -. Lo miré enfadada -. Jamas vuelvas a involucrarte donde no te llaman, te felicito por tu 10.

Salió de la sala con lo que parecía una mochila muy vieja y me dejo hay con la palabra en la boca a punto de soltar los garabatos más infames que conocía.