Capítulo 4

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Los brazos de Taemin tomaron mis muñecas, presionándolas contra el muro, haciendo que el pequeño abrigo cayera de mis hombros hasta estamparme en el suelo. Sus labios nunca soltaron los míos.

Su cuerpo se acercó. Sus dientes tomaron mi labio inferior, jalando de él. Un jadeo salió de mi boca y un gruñido de su garganta.

La posesión que él utilizaba sobre mí era excitante.

Su aroma invadió mis narices; su respiración se aceleró.

Mordió mi cuello. De lo que estaba segura es que habría una marca al día siguiente.

—Tae —susurré, con la respiración entrecortada.

—Vamos arriba. —Jaló de mi brazo hasta llevarme escaleras arriba.

En cuanto entramos en la habitación, Taemin volvió a estamparme contra la puerta, capturando de nuevo mis labios.

Tomó mis piernas, elevándolas hasta su cadera. Las crucé para poder sostenerme y rodeé su cuello para no caerme. El vestido subió hasta mi cadera, sosteniéndome ahí mismo. Su entrepierna chocó contra la mía y un gemido se oyó de ambos.

Se quitó la camisa que llevaba puesta, dejando ver sus músculos marcados. La piel pálida deslumbró bajo la poca luz.

La respiración de Taemin se aceleró y sus labios volvieron a los míos. Su mano bajó el cierre del vestido, introduciendo luego las manos para acariciar parte de mi columna.

Me tomó en brazos caminando hasta dejarme caer sobre la suave cama con sábanas de seda.

Su cuerpo se posicionó sobre el mío. Su mano acarició mi mejilla con sutileza, pero en su rostro había algo más.

—¿Sucede algo, Taemin?

—Nada... —respondió, como si quisiera convencerse a sí mismo.

Sus labios tomaron esta vez mi cuello, succionando una parte de él. Gemí al sentirlo de esa forma.

Sus ágiles manos tiraron con fuerza del vestido, dejándome en ropa interior. Acercó sus labios hasta mi cuello, descendiendo hasta llegar a mi abdomen. Dio un largo suspiro antes de morder mi piel.

—TN...

Sus manos tomaron mi cadera. Aún posa sus labios sobre mi piel.

Deslizó por mis piernas las bragas y se deshizo de mi sostén. Me sentía indefensa frente a él.

Sin darme cuenta, Taemin yacía solo con su bóxer puesto.

Sus labios se posaron en los míos después de mucho. Su lengua chocó contra la mía. Esos fuertes brazos me tomaban, acercándome más a él.

Las sábanas hacían un juego exquisito con las caricias que me daba. Las sentí en mi entrepierna, haciendo que me separara de sus labios. Sus dedos se hundieron en mí y mi respiración se detuvo.

—Estás... —calló por un segundo— húmeda...

De sus labios salió un gruñido de deseo.

Susurraba cosas en mi oído. No podía entenderlas. Estaba confundida y todo me daba vueltas. Estar con él era de esa forma. El mundo se detenía.

Su boca tomó mis pezones, succionándolos. Sentí mi cuerpo temblar, indicándome que estaba por llegar al orgasmo. Pero Tae se detuvo, retirando sus dedos de mí.

Se posicionó entre mis piernas, sujetando mis tobillos, jalándome hacia él. Tomó mis rodillas, separando mis piernas.

Lo sentí cerca y cerré los ojos. Sus brazos se posicionaron a cada costado de mi cabeza. Su mirada y la mía se conectaron.

H E L L - TAEMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora