"Libre soy"

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Al día siguiente fui a la escuela, no quería acostumbrarme a lo de ayer. Hacía más frío de lo común, así que fui bastante abrigada.

Entrando al infierno terrenal, veo a Constanza, ella, viene hacia mi como si no hubiese un mañana, me abraza y yo de inmediato le hago el "quite", no es que me desagrade, solo, me desagrada; genial, otro comentario estúpido.

-¡ANNE! ¿POR QUÉ NO HABÍAS VENIDO?.- Cayó baba en mi cara, eso me emputó.
-Joder, asquerosa.- Me mira sin saber el porque le dije eso.

Me alejé de ella, totalmente, no quería pasarla mal hoy, con este clima, mi humor es el mejor, excepto por Constanza, ella cambia todo.

Veo a Cristopher, él me agrada, extraño, ¿no? Ja.

Había, mejor dicho, hacía mucho frío, era insoportable, sin desayuno, sin abrigo, sin nada. ¿Como se supone que sobreviviré? Ash, ojalá no haber ido el día de ayer y hoy haberme quedado en casa.

Suena el timbre y me dirijo a mi salón, espero que haya calefactor, no es que yo sea delicada, solo que, detesto tener frío, tanto como detesto tener calor. Entro, y como siempre, soy el centro de atención, (notese el sarcasmo) Hoy no estaba Cristopher, estaba sola, sin amigos, OJO: No es que él sea mi amigo, pero, es mi única compañía.

Una tipa de ahí, me pega un chicle en el cabello, no sé en que momento, sólo sé que fue esa perra. Inmediatamente, me levanto de mi asiento, me acerco a ella y le pego a su mesón, provocandole un pequeño salto del susto.

-¿Qué te pasa?.- Me mira con repugnancia, ella me daba repugnancia.
-Sé que fuiste tú, zorra.
-¿De qué hablas?.- Me tira una sonrisa, pero no de esas bonitas sonrisas, esta, fue la más mala de las sonrisas.
Ella, gira su rostro hacia su "amiga", en eso, le agarro el cabello, y empujo su cabeza hacia su mesón, provocándole un golpe en la nariz, y mi amiga sangre apareció, y mi amigo profesor me envió a la oficina de el director. 

Me sentía rebelde, ese sentimiento era genial, ¡GENIAL! llegué, miré al director desafiante.

-Querida Anne, que tiempos desde que no nos veíamos, ya, cuéntame.
-Una estúpida me pegó un chicle en el cabello.- Lo miré molesta.
-Oh, vaya, dime, ¿quién es?
-Steffany Robledo.- Sí, esa perra fue.
Les contaré la historia de esta perra:

Esta, es hija única, hija de padres adinerados, ellos, dan el "sustento" a la escuela, me explico, sus papás, dan el dinero para todo en este lugar, por lo que ella se cree la gran sensación. Todos los chicos se enamoran de ella, ¿qué le ven? Ay, me dio asco de sólo pensarlo.

-Oh, disculpe señorita, pero no puedo hacer nada.- Lo sabía.

Entra Steffany, con un algodón en su nariz plástica.

-!Señor director esta tipa me pegó¡.- Haciéndole un puchero.
El director dice
-¿Es verdad eso?.- Dice mirándome.
-Sí, pero ella me pegó un chicle.- Ahora que lo pienso, mis fundamentos no eran correctos para darle ese golpe, pero me caía mal esa tipa.
-Tendrá que disculparme, pero esto es motivo es de sanción.

Lo sabía, de todos modos, no quería ir.

Citaron a mi madre, pero no puede, por lo que me tuve que ir sola. Pasé a buscar a mi casillero unas cosas, porque no estaré en una semana, genial. (Y no, no es sarcasmo.)

Paso al frente del baño de los hombres, y veo a Cristopher, arreglándose el cabello, mientras arrugaba su frente, creo que se estaba reventando una espinilla, jaja. Se veía sinceramente estúpidamente tierno, hoy estaba distinto, creo. Me ve, se ruborizó, lo noté.

-¿Qué haces aquí?.- Me preguntó mientras se tapaba la cara.
-Me sancionaron, ¿a ti?.- Pregunté fingiendo interés.
-¡¿Cómo que te sancionaron?! ¿Por qué?.- ¿Interrogatorio? ¿Donde?
-Por pegarle a Steffany.- Me miró, quiso reírse. Tarde.
-JAJAJAJAJAJA.- Y otras más, estalló en carcajadas ese estúpido.

-Uf, lo siento Anne, me dio mucha risa.- Aah, ¿enserio?
-Como quieras, adiós.
-Anne, no te enojes, ¿vale?.

Decidí no hablarle, me fui, llegué a la entrada principal, y miré hacia atrás, me sentí libre. De la nada empecé a cantar:

  Libre soy, libre soy
no puedo ocultarlo más
Libre soy, libre soy
libertad sin vuelta atrás.
¿Qué más da? No me importa ya
Gran tormenta habrá
El frío es parte también de mí 

Me reí, fue gracioso la verdad. 

Corriendo llegué a mi casa, me recosté, (como siempre), en mi cama, y grité de la emoción, me sentí fresita, ¡ASCO!


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Luchando con la soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora