Exactamente dos semanas y medía habían transcurrido. Un revuelco de mil emociones abundaba por la cabeza y corazón de Nanami. Hasta el momento todo había pasado sin marcar nada, la vida había seguido de forma normal y casi aburrida. Hoy la mañana aparecía con un sospechoso y radiante sol que nadie esperaba, quizás una buena señal para la joven que veía el amanecer desde su ventana, un sábado cálido y brillante. Sin expectativas, su teléfono sonó liberando molestas vibraciones que la hicieron saltar del susto. Acercó el aparato para ver de qué se trataba y suspiró exhausta.
— ¿Cómo diablos se ha conseguido mi número? —se preguntó mientras leía un mensaje que le había dejado Kirihito, "¿Qué harás hoy? Si no tienes planes respóndeme y salgamos" decía. Llevó el celular a la frente y se quedó pensando un par de minutos, aunque la respuesta era no.
A sus recuerdos llegó el sorpresivo beso que recibió por parte de él insistente chico, inesperado y apocalíptico en su exagerada memoria. Se sentía muy mal por Kayako a pesar de lo poco que se llevaban, al fin y al cabo él la había dejado por su culpa. Decidió ignorar el mensaje ya que era suficiente respuesta para Kirihito, no quería seguir involucrándose en más problemas. Tomó su bata y caminó hacia el baño con las cotidianas ganas de usar el escusado, era una rutina mañanera desesperante y muy molesta para ella, lo peor de todo era que como todas las mañanas Kurama tardaba al menos dos horas en darse un baño y arreglar su complejo cabello. Suplicaba a todos los dioses de sus conocimientos japoneses que apresuraran el acto del muchacho y la dejaran desahogar su molesta necesidad. Comenzó a dar pequeños saltos, evidentes de que sus ganas estaban pasando la desesperación. Tras ella, Tomoe observaba todo con cierta entretención, traía la toalla colgando en su hombro y a torso descubierto solo usaba un pantalón de pijama. Para suerte de la joven, había llegado casi a los últimos minutos del baño de Kurama. La puerta del baño se abrió y un montón de vapor salió junto a Shinjirou como si se tratara de uno de sus conciertos.
— ¡Abran paso! —exclamó Nanami como si su vida dependiera de ello, corrió hacia el baño y cerró la puerta en menos de un segundo.
—Como todas las mañanas —concluyó Kurama inclinándose de hombros.
Era verdad, todo eso ya formaba parte del día a día de cada uno de los integrantes de esa casa. Nanami desahogó sus necesidades, tomó un rápido baño y salió totalmente renovada, luego era el turno de Tomoe. Ambos hablaron lo justo y necesario, más bien, parecían desconocidos. La joven regresó a su alcoba y se vistió rápido para evitar que alguien entrara de sorpresa a su habitación y la viera en tales condiciones, volvió a sentarse en su cama y observó su teléfono, el mensaje de Kirihito seguía como un adorno en su pantalla, era molesto e irritante. Se armó de ánimos y se ofreció de voluntaria para ir a hacer las compras del día, le encantaba contribuir a la casa y ser de utilidad.
Un flexible sol recorría las cabezas de todos, era tranquilo y a ratos molestas nubes pasaban por encima tapándolo por unos segundos. Momozono caminó a paso largo hacia la tienda con los audífonos puestos, una nueva canción que acababa de descargar sonaba una y otra vez en sus oídos, ya al menos la había escuchado diez veces en el día. Con sus delgados labios tarareaba la melodía e inconscientemente caminaba al ritmo de la música, sin querer y en el trance de su espectáculo callejero choca con otra muchacha que iba en dirección contraria. La joven llevaba unas bolsas, las cuales cayeron al instante.
— ¡De verdad lo siento! —exclamó Nanami arrepentida por su inconciencia. Levantó el rostro mientras ayudaba a recoger una de las bolsas, ahí observó mejor a la otra muchacha.
Era de piel blanca y apariencia joven, usaba su liso y castaño cabello bajo la cintura, era delgada y muy bonita a los ojos de Momozono quien no podía dejar de verla como si fuera una celebridad.
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Life With Boys (Kamisama Hajimemashita)
RomanceUA. Luego de la muerte de sus padres, Nanami se muda con un amigo de la familia para seguir sus estudios en Tokio. Sin saberlo, tendrá que vivir junto a tres apuestos jóvenes que pondrán su vida de cabeza ¿Será capaz de soportarlo?