6.- El festival de invierno

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Kirihito parecía estar hablando en serio, no cambió su expresión mientras esperaba una respuesta. El frío no cesaba, el viento tampoco. Nanami sentía que debía apresurarse, lo observó fijo y con su mano izquierda abofeteó la cara del joven, dejándolo helado por la sorpresa. Si había una respuesta que él no esperaba, era un golpe.

— ¿Pero quién demonios crees que soy?; ¿El postre? —dijo ella en referencia a ser plato de segunda mesa. Estaba furiosa, se sentía realmente ofendida— Tienes novia, no puedes pedirme una grosería como esa.

El moreno se acarició la mejilla irritada y sonrió, como si hubiera obtenido un sí. Para el asombro de Momozono, mantuvo la sonrisa por un buen rato, le parecía casi ridículo.

—Mujer ruda, me gusta —dijo él con gran interés.

— ¿Huh?

—No importa, puedo seguir insistiendo hasta que aceptes —Kirihito se veía muy seguro.

—Deberías preocuparte de Kayako, no de mí. Yo no estoy con chicos comprometidos ni cretinos como tú —Nanami se levantó bruscamente y trató de dejarlo solo, pero él lo impidió sujetándola del brazo.

—Ya verás, terminarás conmigo. Te lo aseguro.

Sin perder su seguridad, la dejó ir. El frío era incontrolable y la fiesta estaba a pocos minutos de llegar a su fin, la gran mayoría ya había partido, tan solo quedaban algunas familias y el grupo de Mikage que ya se estaba despidiendo para dejar el evento. Nanami se reunió con ellos en la salida y se fueron a la casa. El taxi que los llevaba se fue a una velocidad prudente, aun así, parecía que quedaba poco para llegar.

[...]

Tomoe fue observando a la castaña todo el viaje, moría de curiosidad, necesitaba saber todo lo que había ocurrido entre ella y su amigo al dejarlos solos. En un corto rato, ya habían llegado a la casa, todos se bajaron a paso rápido y prácticamente corrieron a la entrada por el frío. Nanami fue a la cocina y se hizo un café para combatir el clima que acechaba afuera y conquistaba de a poco a la casa. Mikage prendió la estufa y Kurama se cubrió con tres ropas de cama para acomodarse en el sillón y ver las nuevas críticas y chismes de los artistas en Japón. Mizuki acompañaba a Momozono esperando por el agua caliente, en eso, Tomoe entra a la cocina.

—Por sobre todas, tú eras la mejor vestida y la más bonita de la fiesta —le dijo Mizuki a Nanami mientras servía el café.

— ¿Tú crees? —la castaña se sonrojo.

El muchacho asintió con una enorme sonrisa en el rostro.

—Sin dudarlo —respondió— ¿Verdad Tomoe? Seguro tú piensas igual.

Con el rostro como una manzana, Tomoe respondió asintiendo con la cabeza, si bien no tenía ganas de decir nada al menos dio a conocer su opinión, ruborizando aún más a Momozono quien no esperaba tal veredicto.

[...]

Al día siguiente, en la escuela.

El festival de invierno sería el evento del día, donde todos los estudiantes, docentes y apoderados se reunían para celebrar y apoyar económicamente al establecimiento. La escuela estaba adornada por doquier, un montón de puestos de comida entre otras cosas interesantes esperaban por todos en el patio principal. El curso de Nanami había organizado un café donde las chicas se disfrazarían de yukata. La sala de clases estaba al más puro estilo japonés feudal, bastante atractivo para quienes pasaban por fuera del local escolar. Una de las alumnas recibía a los futuros clientes en la puerta, mientras otra los guiaba a sus asientos. Los chicos se encargaban de todos los suministros para que no faltara nada. En eso, Kirihito recibió una no tan ansiosa visita de su novia que acababa de entrar al salón.

Life With Boys (Kamisama Hajimemashita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora