Life With Boys (Kamisama Hajimemashita)

12.- Adiós pasado, hola presente.

Nanami POV

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"Me iré, no sé por cuanto, pero hasta que no culpa con mi cometido no pienso volver, te confío esta información para que le cuentes a Mikage, espero que él me perdone.

No puedo pedir lo mismo de ti, sé que en estos momentos debes odiarme y agradecería que siguieras haciéndolo, todo sería más fácil para mí. Quiero que olvides todo lo que ha ocurrido entre nosotros y que dejes de pensar en mí como un príncipe azul, porque jamás lo seré. Eres libre, porque jamás me has pertenecido. Todo ha sido un simple juego, así que, sigue con tu vida y cuídate mucho.

Tomoe."

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Leí su carta una y otra vez, llegaba a sentir mi voz gastada y enferma de tanto repetir una palabra por otra como una grabadora. El sol había salido por completo y cargaba su molesto calor sobre mi ventana, curioso para tratarse de navidad. Un día que perdía sentido para mí cada vez que miraba aquel trozo de papel. Quería arrugarlo, romperlo en mil pedazos y lanzarlo por la ventana, o mejor, lanzárselo en su cínico rostro. Se había pasado todo lo que sucedió entre ellos por sus partes nobles, era un imbécil de lo peor y lo odiaba por haberse ido así nada más. Pero más se odiaba a si misma por haber creído en él, por haber pensado que quizás en alguna ocación el podría abrirse hacia ella.

Sentí las pisadas de Mikage y Mizuki que acababan de llegar a la casa, y yo tendría que darles la noticia. Bajé para saludarlos con la carta en mano. No podía ocultar la tristeza en mi rostro y mi tio lo había notado.

―¿Qué sucede, Nanami?

Diablos.

Lo que menos quería oír era esa pregunta, mis lágrimas caían sin preguntar. Era una chica débil e incapáz de soportar el llanto. Quería cariño, necesitaba un abrazo y saber que no estaba sola en esto. Con tan solo sentir una pizca de su preocupación me quebré por completo.

Mizuki me envolvió con sus brazos como un hermano mayor y permitió que mojara su camisa con mi lloriqueo.

Les conté la verdad, me costó, pero lo hice. Al principio ambos quedaron estáticos sin decir ni hacer, pero luego se vino lo peor. Mikage tomó su teléfono y empezó a marcar a su ahijado con un rostro de muerte, jamás lo había visto tan furioso. Al mismo tiempo, Mizuki me consolaba.

―Ese idiota ―me acarició la cabeza― Por Kami, te dije que era mala idea involucrarte con él.

―¿¡Qué!? ¿Te involucraste con Tomoe?

Mikage dejó de lado el celular para prestar toda su atención e interés a lo que había escuchado.

―No...no es eso ―sequé mis lágrimas y traté de calmarme, en este momento tenía que hablar bien y explicar las cosas de un modo que se entienda o todo esto acabaría muy mal.

―De seguro Tomoe trató de seducirte, siempre lo temí ya que vivimos todos bajo el mismo techo. ―Mikage estaba muy molesto―, esto es malo, Nanami. Muy malo.

No sabía que hacer, ni que decir. La mirada de decepción de mi tío era demasiado para mi. Sé que estaba cometiendo un grabe error.

Siguió intentando con las llamadas, pero no tuvo éxito alguno. Me fui a la cocina con Mikage mientras mi tío lanzaba improperios al aparato telefónico.

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