11.- Entre el arcoíris y la lluvia.

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Nanami estaba entre el sueño y el ruido que había en la sala principal, moviéndose de un lugar a otro esperando volver a dormir. La mañana era cálida y un gran sol atravesaba el cristal de su ventana. El calor aumentaba y era cada vez más imposible conciliar el sueño. Se puso sus pantuflas y fue en pijama a la cocina por un poco de agua, en eso, se encontró a todos con una gran sonrisa, menos a Tomoe que no parecía estarlo pasando bien.

—¡Vamos! Pide un deseo —insistió Mizuki quien sostenía un pequeño pastel con una vela.

Todos esperaban ansiosos por que lo hiciera, pero se cruzó de brazos y miró hacia un costado.

—Ya les dije que detesto que hagan estas boberías —refunfuñó el festejado.

La muchacha se agarró la cabeza, no tenía la menor idea que era el cumpleaños de Tomoe y se sentía muy culpable por eso. Entró a la cocina y se unió a los demás.

—¡Feliz cumpleaños! Vaya que lindo pastel —se integró Nanami fingiendo que ya sabía todo.

—Anda Tomoe, solo cierra los ojos y piensa en algo que desees. Quiero comer algo de pastel —agregó Kurama ya impaciente y con las tripas activas.

Luego de un rato de insistencias por parte de todos, el joven accedió ya aburrido. Cerró sus ojos y fingió pedir un deseo, luego sopló la vela y se cubrió el rostro de vergüenza mientras todos aplaudían muy contentos.

—¿Quién quiere pastel? —preguntó Mikage con un cuchillo para partirlo.

Todos exclamaron yo, claro, Tomoe ni se inmutó. Se levantó de su silla y salió de la cocina sin decir una palabra más, al parecer su cumpleaños no era un día tan ansiado. Momozono lo siguió hasta la sala, estaba muy preocupada por su extraña actitud.

—No entiendo tu reacción, deberías estar contento.

—Debería. Cada quién ve cómo reacciona —se acercó a la mesa de centro y tomó un par de cuadernos— En tu lugar, me ocuparía de estudiar. Mañana tenemos examen de matemática y lenguaje el mismo día, preocúpate de eso.

Las últimas palabras del chico la pusieron de los nervios, puesto que había olvidado por completo que mañana sería un día muy pesado. Sin embargo, el hecho de que él ignorara su día especial por sus estudios le parecía absurdo. Le preocupaba verlo de esa forma, también tenía ganas de saber qué era lo que no le gustaba realmente de su cumpleaños. No estaba dispuesta a permitir que este día fuera tan común para él, entendía que su personalidad era difícil, pero al mismo tiempo era un ser humano y de seguro muy en el fondo quería sentirse querido, al menos hoy. Se dio un baño rápido y ya totalmente levantada regresó a la cocina aprovechando que Tomoe subió a su cuarto y se acercó a los demás quienes parecían no haber comido pastel hace tiempo.

—Me preocupa que Tomoe no quiera celebrar su cumpleaños...—comentó ella mientras tomaba su lugar en la mesa.

Todos la observaron, si bien ellos sabían cómo era la situación todos los años, Momozono tenía todo el derecho a saber la verdad.

—Sus padres fallecieron el día de su cumpleaños, por eso lo detesta —Mizuki no pudo aguantar la presión y se adelantó a contar todo.

—Qué terrible, de haberlo sabido antes...—Nanami se sentía muy triste, jamás había pensado que se trataría de algo así.

Mikage se acercó a ella y apoyó su mano en el hombro de la joven.

—No es tu culpa, aun así, nosotros insistimos y al menos le cantamos las mañanitas aunque ponga cara de perro agresivo. Supongo que es por el cariño, no lo obligamos a nada más ni tampoco le damos obsequios —se explicó Mikage.

Life With Boys (Kamisama Hajimemashita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora