Capítulo 24

534 63 16
                                    

*12 años más tarde*

La ciudad Iwatobi se encontraba cubierta por un manto blanco. Hacía frío y el helado viento no mejoraba para nada la situación de congelamiento que vivían a diario sus habitantes. Entre ellos se encontraba un chico, cuya edad giraba alrededor de los 20, pelinegro, serio y de profundos ojos azules quien tenía la misión de revivir su pasado.
A pesar del insoportable frío, este se encontraba frente a una enorme casa en ruinas. Sus ventanas estaban rotas, el enrejado que la rodeaba se encontraba oxidado y su jardín simplemente no poseía ni un rastro de vida.
La situación de esa casa era deplorable, como si estuviera pidiendo a gritos que una demolición terminará con sus lamentos, llevándose todos los recuerdos que alguna vez habían habitado en ella. Por esa razón Haruka Nanase se encontraba frente a la misma, dispuesto a recuperar parte de esos recuerdos, antes de que los escombros los enterrara completamente.
El chico de mirada pacífica, pero a la vez firme, se detuvo frente al enrejado y comenzó a treparlo sin ninguna dificultad. Cuando sus pies pisaron la infertil tierra, caminó unos pasos para toparse con la destartalada puerta que con solo una ráfaga de viento está cedió por completo. Encendió un farol a kerosene e iluminó un cartel oxidado que se encontraba al lado de la puerta.

"Orfanato Sakura"

Ingresó a la casa con todos sus sentidos activados ante cualquier peligro. Sin saber con lo que uno se puede topar al entrar a una casa totalmente abandonada.
El piso de madera rechinaba ante cada paso que daba. La luz del farol iluminó las escaleras cuyos escalones se encontraban casi destruidos y las telarañas decoraban la entrada.
Haru entró a la primera sala guiado por sus recuerdos. Esta era enorme y a medida que se iba moviendo, iluminaba mesas largas y sillas cubiertas por una gruesa capa de polvo. No tardó mucho en darse cuenta que estaba en el comedor. Entonces su mirada se detuvo en la última mesa, sin poder evitar que una nostalgia lo invadiera.

*-Oye no comas tan rápido, que luego te puede doler el estomago [...] Por cierto me llamo Rin, Rin Matsuoka- sonrió el niño de pelo color vino, mientras extendía su mano hacia él.*

Inconcientenente extendió su mano queriendo encontrarse con la suya y estrecharla como no lo había hecho la primera vez, pero cayó en la cuenta que estaba solo. Rin ya no estaba con él.

Pasaron 12 años para que al fin se diera cuenta de que en esa mesa había nacido una inolvidable amistad.

Dejando atrás las mesas, subió las escaleras, haciendo que cada peldaño crujiera ante su paso. La escalera conectaba con el amplio pasillo que daba a las habitaciones. Por un lado la de las chicas y por el otro el de los chicos. Sin dudarlo se encaminó hacia la habitación F.
Abrió la puerta lentamente, mostrándole a unos niños que jugaban en sus respectivas literas.

*-Mira Rei-chan; son nuestros nuevos compañeros- exclamó un niño de baja estatura, mientras bajaba de la cama*

*-Un placer, ustedes deben ser haruka y Makoto- dijo otro niño, de pelo azul con gafas rojas.*

*-Sí, yo soy Makoto y él es Haruka- respondió un tercer niño que se encontraba al lado de él, mientras lo señalaba con su dedo.*

*-Mi nombre es Nagisa Hazuki y él es Rei Ryugazaki- sonrió.*

-Nagisa...Rei...Makoto- susurró sorprendido, al recordar los momentos vividos con aquellos niños. Al mismo tiempo el recuerdo se desvanecía mostrándole una fría y oscura habitación. Desapareciendo la alegría, dando paso a la cruda realidad.

La ventana del cuarto estaba tapada por varias tablas de madera que evitaban la entrada de luz. Con una barra de hierro que se encontraba tirada en el suelo, Haru quitó una a una las tablas, provocando que la escasa luz de la luna se hiciera presente, iluminando la habitación, a su vez que una fría rafaga de viento coquillaba su nariz. Mediante un hueco mediano, que pudo formar al sacar parte de la madera, observó detenidamente el patio, y sintió como su corazón se estrujaba al ver lo descuidado que se encontraba. Lleno de basura y escombros. El enorme árbol de Sakura, seco y sin vida.

Dulce inocencia ♡Rinharu♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora