Mabel y yo nos arrastramos hasta llegar al bosque y después comenzamos a correr hacia la orilla de la pequeña isla. Mabel: ¿Y Dipper? –preguntó confundida. Alex: Dijo que vendría pronto –dije abrazándola–. Tú tranquila. Confía en tu hermano.
Ambas estuvimos en silencio unos minutos hasta que se escuchó que alguien corría hacia nosotras. Me levanté y coloqué a Mabel detrás de mí. Dipper: ¿De dónde salen tantos cambia-formas? –preguntó saliendo de entre los árboles mientras limpiaba una sustancia color morado de su brazo. Mabel: ¡Dipper! –corrió hacia su hermano y lo abrazó. Dipper: Casi me daba un infarto al ver que un cambia-formas corría tras ustedes, chicas. Qué bien que lograron vencerlo –dijo mientras se soltaba de Mabel.
Las dos nos quedamos completamente pálidas del miedo hasta que Dipper comenzó a reír. Dipper: Era broma.
Mabel le dio un golpe a su gemelo muy enojada y después suspiró mientras sonreía a su hermano. Alex: ¿Y Bill? –pregunté viendo a Dipper. Dipper: Oh, el dijo que debía destruir los huevos de los cambia-formas antes de que nacieran –dijo para después acercarse y abrazarme–. Qué bien que están bien.
Le devolví el abrazo y después de unos segundos nos separamos por escuchar unos ruidos provenientes de los árboles. Bill: Qué asco –se quejó el triángulo volador mientras se convertía en su forma humana. Alex: ¡Bill! –corrí a abrazarlo. Bill: Hola, princesa –dijo aferrándose a mi.
Después del abrazo, el viejo McGucket llegó en su lancha y nos llevó al otro lado. McGucket: Espero verlos pronto –dijo sonriendo. Alex: Igualmente –le sonreí devuelta.
Todos bajamos de la lancha y fuimos camino al bosque. Alex: Ya no sé es quién confiar –dije mientras caminaba a lado de Mabel–. ¿Creen que Stan realmente sea así? Bill: ¿Existe la dichosa cascada? –preguntó. Alex: Claro que si –contesté cruzándome de brazos aún confundida–. Pero solo aparece ante las personas que tienen un sueño puro.
Los tres voltearon a verme confundidos. Suspiré y tomé les dije que se tomaran de las manos. Pude sentir la tibia mano de Dipper a mi lado izquierdo, y la fría mano de Bill a lado derecho. Alex: Bien, ahora piensen en el sueño más hermoso y puro que tengan –dije sonriendo con una voz tranquila–. Ahora cierren los ojos –me obedecieron–. Abran sus ojos cuando diga tres. Una... Dos... –se sintió un cosquilleo recorrer todo mi cuerpo–. Tres.
Todos abrimos los ojos para encontramos con una hermosa cascada. No era igual a la del sueño, era aún más hermosa. Los árboles rodeaban la hermosa vista y las rocas desfiguraban el agua haciendo un hermoso sonido que tranquilizaba hasta a la más aterradora fiera del bosque.
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Me acerqué dejando mi mochila en el suelo para poder sentarme en una roca y rozar el agua con mis dedos. Alex: ¿Se van a quedar ahí viendo el paisaje como bobos? –reí.
Dipper me vio desafiante provocándome sorpresa y, cuando menos lo creí, se lanzó sobre mi tirándome al agua. Alex: ¡Dipper! –exclamé riendo–. No vuelvas a hacer eso.
Mi cabello mojado cubría toda mi cara y no me dejaba ver nada. Se escuchó que otros dos entraron al agua y uno de ellos me tomaba por la cintura con un brazo y con la otra mano me retiraba el cabello de los ojos. Alex: Jeje –reí un poco sonrojada–. Hola Dipper. Dipper: Te ves graciosa –rió. Alex: ¿En serio? –el asintió– Bueno pues espero que te guste mucho el agua.
Sumergí a Dipper bajo el agua y yo fui arrastrada por él comencé a intentar soltarme pero él solo me veía sonriendo, se acercó y me besó en los labios. Salí a la superficie muy sonrojada y Dipper se burló de mí. Alex: Déjame en paz –reí mientras le golpeaba el hombro.
Mabel apareció por atrás y me abrazó mientras Bill hablaba con Dipper. Mabel: Es un hermoso lugar –sonrió aún abrazada a mi espalda. Alex: Puedes venir conmigo cada vez que tengas miedo o te sientas sola –le sonreí mientras veía la cascada. Mabel: ¿Mejores amigas? –preguntó Mabel riendo. Alex: Sabes muy bien que no tienes que preguntarlo –contesté abrazándola.
