Capitulo VII. Y Después

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Al día siguiente se levantó con ganas de ver a Carlos, tenía que afrontar lo sucedido.

Antes de dormir se convenció no tenia de que avergonzarse, ya eran hombre y mujer adultos que se deseaban, disfrutando de esa atracción.

Se puso bonita para Carlos, antes de salir de casa él le mando un mensaje:

-"buenos días mi reina, fue la noche más maravillosa de mi vida, nunca había deseado tener tanto una mujer como a ti. Quiero verte para saber que verdaderamente existes y que no fue un sueño lo de anoche TQM"-

y ella le contesto:

-"buenos días corazón, yo también deseo verte y saber que no fue un sueño. TQM"-.

Penelope llego un poco tarde y no pudieron verse al entrar, Carlos busco muchos pretextos para ir a su oficina esa mañana, solo se conformaban con mirarse uno al otro para experimentar las ganas de amarse. Él la invito a almorzar, la espero en una tasca que quedaba cerca, al verse se dieron un beso en la mejilla y sintieron erizarse la piel.

Se sentaron y él le tomo la mano, ella la sentía temblorosa y sudada, parecían dos adolescentes que habían hecho el amor por primera vez, por lo menos Penelope se sentía así.

Ella no sentía apetito, él tampoco, solo querían verse y compartir un rato.

En ese momento no les importo si los veían tomados de las manos, las cuales estaban arriba de la mesa y expuesta a la vista de todos, solo le importaba lo que sentía en ese momento, se devoraban con las miradas.

Carlos empezó a decirle que a sus 37 años había tenido varias mujeres pero lo que había sentido con ella era distinto, quizás no lo creyera pero que no había tenido tantos deseos de hacer el amor con una mujer como pasaba con ella y no había sentido tanto placer en una entrega como la de la noche anterior que había sido una entrega total.

Ella no sabía si era verdad o no pero le quería creer porque para ella si había sido así.

El tiempo de comer se agotaba y Carlos le repetía que no quería separarse de ella pero era imposible, tenían que ir de vuelta al trabajo.

La semana trascurrió viéndose a la salida del trabajo y pasando poco tiempo juntos que aprovechaban para acariciarse.

Después haciéndose el amor por teléfono durante horas por las noches.

Varias semanas después, Carlos le pidió a Penelope pasar un fin de semana juntos pero aunque era ya una mujer, respetaba mucho a su madre y no querían que se enteraran de su aventura. Le dijo que iba a buscar la oportunidad para hacerlo.

Pasó casi un mes desde su encuentro amoroso y salió una actividad laboral a Penelope en otra ciudad, igualmente se lo ofrecieron a otros más pero nadie quiso ir, se lo comento a Carlos y el logro que lo mandaran a él.

Era la oportunidad que esperaban para volverse a amar.

Salían dentro de tres días e iban a estar allá aproximadamente 4 días.

El trabajo le proporciono dos cuartos en un bello hotel fuera de la ciudad donde quedaba la oficina donde tenían que realizar el trabajo.

Ese día partieron en autobús llenos de ilusiones de pasar esos días amándose.

Viajaron de noche y pasaron el viaje, de aproximadamente 7 horas, acurrucados por el frío del autobús, era como un congelador, se sentaron juntos pegados uno al otro, no solo para darse calor sino para sentirse piel a piel, donde la ropa no era un obstáculo para sentirse, se arroparon con una cobija que ella había llevado.

Él a veces se volteaba, dándole pequeños besos en la frente y en la boca. Ella se dormito y se despertó por las caricias que le proporcionaban, sus manos posadas en la blusa tocando sus pequeños senos . El autobús estaba oscuro y arropados con la gran cobija nadie veían lo que hacían. Ella cerro los ojos y se dejó llevar por lo que sentía, era excitantes sus caricias a escondidas.

Luego entro bajos su blusa y le desabrocho el sostén, ella siguió con los ojos cerrados disfrutado del placer que él le emanaba, luego fue bajando y le desabrocho el pantalón, deslizo su gran mano varonil y empezó a acariciar su intimidad, ella se tragó el gemido que iba a emanar su deseos, mientras más la acariciaba su fuente se desbordaba. Como deseaba que Carlos la poseyera.
No aguanto y con un largo gemido reprimido Carlos la llevo al cielo.
Su respiración y sus latidos solo eran los testigos de ese pequeño encuentro. Mientras ella volvía a la normalidad pensaba que jamás en su vida hubiese creído que iba a ser capaz de eso, ese hombre la volvía loca.

Pasaron el resto del trayecto acurrucados, aunque él no había llegado al clímax, tenía una cara de alegría a ver hecho disfrutar a Penelope, eso era lo que quería que ella experimentara cosas nuevas y excitantes

Llegaron amaneciendo y los esperaban en el terminal, los llevaron al hotel y los registraron para que descansaran y los buscarían a las 3:00 pm.

Renacer De Una MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora