Capitulo III. De Vuela a la Rutina.

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Era lunes y se levantó alegre poniendo especialmente énfasis en su arreglo personal, no era que se había descuidado, pero quería demostrar a los demás que no se estaba muriendo por el divorcio.

Llego a su trabajo como todos los días.

La verdad que cuando se montó en el ascensor sintió las miradas de todos, bueno eso ella creía, ya que había pasado mucho tiempo en que no se dedicaba a su persona.

Sus compañeros de trabajo parecían como mimarla más de lo costumbre, especialmente Carlos.

Carlos era un hombre como de 35 años, alto y bien parecido.

Tenía poco tiempo en el departamento estaba cubriendo el trabajo de un compañero de Penelope que estaba de vacaciones.

La verdad nunca había notado su forma especial de tratarla. Todos los días que él había estado allí, ella conseguía toda la correspondencia en su escritorio, cuando llegaba le servía café y después del mediodía, la mayoría de veces, conseguía algo en su gaveta, un caramelo, un chocolate o cualquier golosina.

Estaba tan exhorta en sus problemas que no se había dado cuenta de eso. Ya él tenía 15 días allí.

Ese día fue más especial y atento que nunca, ya todos sabían que había salido su divorcio porque había pedido permiso días atrás para ir a buscar su sentencia y allí como es todo trabajo todo se sabía, aunque la gente la veía como con pena, ella no se sentía para nada deprimida.

Todos los fines de mes salían a almorzar y decidieron que ese día iban a una nueva tasca que habían abierto recientemente pero no almorzar sino a tomarse unos tragos a la salida.

Sus salidas no duraba más de 3 horas la mayoría eran comprometidos con familia.
Ese día quería ir, ya que a los últimos que fueron de tarde no había podido con todos sus problemas del divorcio no estaba de ánimo en aquellos momentos.

Todo transcurrió normal ese día. A la hora de salida todos se alistaron y se fueron, para su sorpresa y la de los demás Carlos iba con ellos.

Era un sitio pequeño pero tenía una pista de baile.

Tomaron unos tragos y decidieron salir a bailar todos juntos como siempre lo hacían para que nadie se quedara sentado. Las parejas eran disparejas.

Luego salían a bailar turnándose los hombres ya que eran 5 mujeres y 3 hombres con Carlos, aunque no sabían si el bailaba.

Carlos la invito a bailar y cuando la abrazo ella sintió un pequeño chispazo que tenía tiempo que no ocurría.

Sentía el corazón de él latir con fuerza y con nerviosismo. Fue el primer contacto entre ellos.

Después de ese baile Penelope estaba como avergonzada, no porque fuera algo malo sino porque ella nunca se había dado cuenta que existía química entre los dos, sintió un leve
estremecimiento y eso la avergonzaba. Que gafa era pero solo lo había sentido por un solo hombre que fue su ex-esposo.

Trato de disimularlo, tratando de no verle la cara a Carlos pero él no le quitaba la vista de encima.

Carlos esa noche tuvo un derroche de simpatía que en los pocos días que había estado en la oficina no se comportaba así. Lo consideraban como un hombre muy serio, poco hablaba.

Rieron, bailaron y compartieron esas tres horas que a Penelope la hizo olvidar por los días que había pasado.

Al despedirse Carlos se ofreció a llevarlas en su carro a otra compañera y a ella que vivían cerca una de la otra.

Dejaron a Luisa y se quedó ella con Carlos a sola, él le dijo, que disculpara su atrevimiento pero que como sentía que se había enterado de su divorcio, Penelope le contestó que a pesar de todo, bien, que aunque no era una etapa completamente superada, esa noche se había sentido de lo mejor.

Para cambiar de tema ella le comento que bailaba muy bien y que no se había imaginado que él tuviera esa personalidad porque se veía muy serio. Carlos le comento lo que decían de ella que era odiosa y que tampoco se imaginaba que era tan simpática, aunque ya él lo sabía, por lo poco que se relacionaban en el trabajo. Hicieron chistes de eso y se rieron.

La dejo en su casa, se despidieron con un beso en la mejilla y un hasta mañana.

Al llegar a la oscuridad y soledad del apartamento sintió como una nostalgia, decidió echarse un buen baño y ver televisión un rato hasta que le diera sueño.
Se ducho y empezó a preparar su ropa para el día siguiente y se dio cuenta que estaba poniendo mucho empeño en eso, se probó varias cosas y no le gusto. A quien quería agradar? Pensó y se respondió a nadie, solo sentirse
mujer

Renacer De Una MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora