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Kai, ¿es en serio? ¡Sal de una vez de ahí!


No quiero.


Te estas comportando como un inmaduro.


No me importa.


— ¡¡¡Kim JongIn!!!


— ¡¡¡Do Kyungsoo!!!


Bien. Golpeé la puerta del baño con mi pie y giré sobre mis talones. ¡Quédate ahí entonces!














Kai ha estado algo insoportable esta semana. Todos los días sigue con la misma pregunta y yo con la misma respuesta. No quiero casarme. No me siento listo, no se me hace bien. No entiendo su obsesión con una boda. En estos momentos necesito que Luhan me escuche pero ni siquiera se donde se encuentra.








Me voy a las prácticas, ¿te quedaras ahí encerrado? Dije frente a la puerta.


Si.


Entonces me voy.












Di media vuelta para caminar hacia la salida cuando la puerta del baño se abrió. Volteé a mirar para encontrar las manos de Kai sobre mis mejillas y sus labios devorando los míos. Agarré su camisa con mis manos volviéndolas puñados y proseguí el beso. Mordí su labio inferior y él acercó su cuerpo más al mío. Su lengua delineó mis labios para luego jugar con la mía. El beso siguió y siguió hasta que faltó el aire. Él jadeó sobre mis labios mientras su frente estaba apoyada a la mía.








— ¿Ya estas más tranquilo?


Sigo molesto.


Lo se...


Yo te quiero. Conmigo, siempre.


Yo estaré contigo, pero ¿porque estas empeñado en casarnos?


No lo se. Yo solo quiero estar contigo de esa forma.


— Sonreí y besé sus labios. Hablamos al volver, ¿si?








Él asintió, besó mis labios y se encerró en el baño nuevamente como un niño pequeño. Llegué a la conclusión de que amo a un niño tonto.

El Raro De Mi Esposo [KaiSoo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora