6- Una propuesta interesante.

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Pronto se hizo de día. Alison dormía feliz, sabiendo que su gran amigo estaba allí con ella para hacerle compañía. Abrió los ojos y se giró para dar los buenos días a su amigo. Se llevó una sorpresa al ver que Steve no estaba allí con ella. ¿Dónde se habría metido? Alison se levantó de la cama y buscó por toda la casa. Ni rastro de él. De repente se abrió la puerta de la cocina, que estaba encajada. Ella se giró y vio a su amigo.

-¿Donde te habías metido?

-Había ido a dar un paseo.

-Me habías dado un susto...

-Vaya, quería volver antes de que te despertases pero al final te has despertado.

-Ah, ya veo... Entonces, ¿desayunamos?

-Está bien. -Los dos se prepararon un tazón con leche y comieron en silencio.

Cuando pasó un rato estaban algo aburridos, no sabían que hacer. Steve pensaba qué hacer, y se le ocurrió algo.

-Hey, ¿qué te parece si salimos a dar una vuelta? -propuso este rompiendo el silencio.

-Perfecto, salgamos un rato.

Caminaban por el camino del lugar. Pasaron delante del árbol sin pararse a subir.

-¿Qué te parece si vamos al lago? -propuso Steve.

-¿Al lago? Está un poco lejos para ir andando.

-Podríamos ir a caballo, aunque yo no sé montar.

-¡Yo tengo un caballo, y sé montar! -comentó Alison. -Espera aquí, solo serán 5 minutos.

-Vale.

Alison corrió de prisa a por su caballo Shadow (significa sombra en inglés). Era un caballo de color gris con la crin y la cola blancas. Cogió la cabezada del caballo y la silla de montar, se los puso a Shadow y montó. Comenzó a galopar hasta llegar donde Steve.

-¡Wow! Que caballo tan bonito. No me lo habías enseñado.

-Suele estar más escondido. Ven, monta. -Steve puso un pie en el estribo y se impulsó hacia arriba. Una vez sentado en el caballo, detrás de Alison, apretó las piernas contra Shadow para no caerse. El caballo comenzó a trotar, Alison no quería ir muy de prisa por si alguien se interponía en su caballo y le hacía daño. Iban a un buen paso, por eso llegaron en tan solo 15 minutos.

Bajaron del caballo. Steve fue a contemplar el paisaje mientras Alison ataba a Shadow en un árbol. Luego se fue con Steve. Ambos contemplaban el hermoso paisaje y las aguas azules que vivían en esas tierras. Steve cogió una piedra y la lanzó al lago haciendola rebotar contra el agua. Acto seguido cogió otra piedra y se la ofreció a su amiga.

-No sé hacerla rebotar, tirala tú.

-Es fácil, solo tienes que girar la muñeca y lanzar. -ella probó a lanzarla y rebotó bastante bien.

-Creía que era más difícil.

-Pues ya ves que no, era tan solo probar.

Sentados en la orilla del lago pensaban en lo felices que eran. Daba la sensación de que estando en ese lugar se les olvidaban sus preocupaciones. Seguramente sería la naturaleza la que provocaba estas sensaciones.

Ya era por la tarde. Steve había ido al árbol a cambiarse de ropa. Antes en el lago se había mojado las piernas con sus pantalones incluidos y ahora estaba chopado. Mientras tanto Alison estaba en la cocina de su casa preparando algo para comer. Si sus padres no volvían pronto se acabaría la comida. De repente se abrió la puerta de la cocina y Alison se giró para ver quién era.

-¡MAMÁ! -corrió a los brazos de su madre, que acababa de entrar a la cocina.

-Cariño, ¿has estado bien estos días?

-Sí, un amigo me ha estado haciendo compañía.

-Bien.

-¿Y papá? -preguntó Alison interesada

-Bueno, está en el hospital, pero poco a poco se va recuperando. Dentro de nada estará de nuevo en casa.

-¿Y qué ocurrió exactamente?

-Pues que tu padre subió a coger una cosa que yo no alcanzaba y al bajar cayó de espaldas. Se le torció un tobillo y le han tenido que escayolar pero por el momento es mejor que se quede unos días en el hospital.

-Vaya, creía que sería algo más grave. Me di un susto.

-Lo sé cariño, lo sé...

Steve contempló la escena desde fuera de la casa. Opinó que sería mejor volver al árbol y dejar a madre e hija solas.

-Cariño, esto es para ti. -Brittany le entregó a su hija una carta.

-¿De quién es?

-La han mandado aquí, acabo de verla en el buzón.

-Ah, a ver que dice. -comenzó a abrirla. Era de una escuela privada de la ciudad.

-Leela, a ver que dice. -dijo su madre intrigada.

-"Señorita Alison Aldrich, -comenzó a leer -ha sido usted elegida para asistir a nuestra escuela durante un año. Aquí podrá prepararse para estudiar la carrera que desee. Todo está incluido, no tendrá que pagar nada. Contamos con su aprobación"

El chico del árbol.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora