Resoplé con desesperación mientras leía la carta.
-¿Y yo qué pido?-pregunté-No sé qué coger…
-¿Qué te parece si pedimos una pizza para las dos?-sugirió Bego.
-Bestial. ¿De qué la quieres? Puedes pedir la que quieras, eres libre. Pero, por favor-dije, recordando mi aversión por el marisco-la de marisco no.
-Descuida, esa a mí tampoco me gusta.
-Bien.
Entonces, la mano de Harry, supongo que fue sin querer, rozó mi mano derecha y me giré para mirarle.
-¿Qué te crees que haces tocándome la mano?
-¿Yo?-dijo él, fingiendo sorpresa-Pero si has sido tú, que querías cogerme de la mano.
-Perdona, ¿qué yo qué? ¿Tengo pinta de desesperada?
El fondo norte de la mesa rió.
-Mira-dije, trazando con el dedo sobre la mesa una línea-Esta es mi parte de la mesa y esta es la tuya. Tú te quedas en la tuya y yo en la mía. Está prohibido pasar de la línea.
-¿Y qué pasa si lo hago?
-Que te explota la cabeza.
Más risas.
-Vosotros dos sois un caso-dijo Louis.
-No me incluyas en el mismo pronombre que a él-dije, señalando a Harry con la cabeza.
-Ja, ni que yo quisiera estar incluido contigo en…
-Cucho, cucho que no te escucho.
-No querría ir contigo ni a la vuelta de la esquina, vamos…
-Pío, pío, que paso de tus rizos.
-Sí, permíteme dudarlo.
Me llevé las manos a la cara de pura desesperación.
-¿Nadie quiere cambiarme el sitio?-dije, con pena.
-¿Por qué?-preguntó Harry-¿Has decidido que ya no me quieres de primer plato?
-No, porque como no me vaya de aquí te voy a soltar tal ostia que se te van a alisar los rizos.
-Dios-dijo Liam-Que agresividad.
-Puedo ser más agresiva, ¿sabes? Pero sólo como curiosidad.
-¿Ya han decidido lo que van a tomar?-dijo el camarero mostacho barra de pan.
Zayn fue el encargado de decírselo, Mostachini lo apuntó y se fue, feliz. Hay que ver lo felices que son algunas personas con nada.
Al instante, apareció con las bebidas y yo eché un trago a mi Coca-Cola. ¡Aw, pero si me había dado pajita y todo!
-Eh-dije, observando los vasos de los demás-¿Por qué el mío es el único que tiene pajita?
-Puede que, por tu altura, se pensaron que eres una niña pequeña-dijo Niall.
-¡Ah! Creo que les mataré a todos, aunque a lo mejor ellos no tienen la culpa. Hoy en día, el mundo está muy estereotipado.
-¿Y eso?
-¿Tengo pinta de saberlo? Solo soy una niña con una pajita.
Nos pusimos a hablar de todo y de nada en general, esperando el regreso de Mostachini con la ansiada comida.
Cogí mi vaso y me llevé la pajita a los labios.
Moví las piernas para poner una sobre otra y entonces rocé, sin querer, con la pierna, la parte que Louis llevaba remangada de los pantalones.