Me di la vuelta y estiré el brazo en busca de Harry, para abrazarlo, pero mi brazo no tocó nada, solo el colchón y las sábanas.
Abrí los ojos y no vi a Harry en la cama.
Me incorporé un poco.
¿Dónde estaba este chico?
Dejé caer la cabeza sobre la almohada.
Mmm. Olía a Harry.
Sonreí.
Me pregunté si querer a alguien como yo quería a Harry era humano.
Superaba incluso la manera en la que había querido a Lou. Las descargas, con Harry, no conocían el límite.
Decidí levantarme e ir a buscarle, pero primero hice la cama como buenamente pude.
-¿Harry?-dije, por el pasillo.
No obtuve respuesta.
Me asomé a las demás habitaciones, pero no había nadie en ellas, salvo Louis que dormía apaciblemente.
Debatí el tumbarme en la cama y dormirme con él otro rato más pero decidí que luego, si estos volvían y seguíamos durmiendo, nos despertarían con algún tipo de broma. Ya les iba conociendo.
Bajé y me senté en el sillón para ver la tele un rato.
Estaban echando Pokemón y me recordó a mi infancia, así que lo dejé.
Oí a Louis bajar las escaleras y decidí gastarle una broma, así que me escondí detrás del sillón con el mando de la tele en la mano.
Louis entró al salón.
-Ahí va, la tele se debió de quedar encendida toda la noche. ¡Oh, Pokemón! Iré a por unos cereales y veré si Pikachu derrota a Bulbasaur...
Reí en silencio.
¡Louis hablaba solo! Bueno, yo también lo hacía.
Pasados unos minutos volvió y se sentó en el sillón.
-¡Eso es Pikachu! ¡Ataque rápido!
Entonces cambié de canal a un documental extraño.
-Ahí va, esto se a cambiado solo... ¡No! ¡Me quedaré sin saber si atrapan al Bulbasaur! Oh. Un pobre oso polar perdido tiene que volver con su mamá. Esto tiene mejor pinta.
Lo cambié de nuevo.
-¡No por Dios! ¡La teletienda no! ¡Cualquier cosa menos eso!
Lo cambié otra vez.
Era un programa de cocina donde el chef estaba cortando unas zanahorias.
-¡Dios de mi vida! ¡Si eres la niña del pozo, llévame a mí o hazme lo que quieras pero deja a las zanahorias en paz!
Salté entonces de detrás del sillón para asustarle.
-¡Bu!
-¡Dios mío!
Y me tiró todo el tazón de cereales en la cabeza.
Menos mal que quedaban pocos, pero aún así, toda la leche me goteaba por el pelo.
-¿Cris?-dijo Lou, reconociéndome.
-¿Quién sino?
-Creí que eras la niña del pozo...
-Creo que ver tantas películas no nos sentó bien... Arg, mira como tengo el pelo-dije, riéndome.
Me tendió una servilleta e intenté secármelo, pero estaba como pastoso.