1 La boda

16 3 0
                                    

Me senté en la cama de la habitación en donde estaba alojada. La boda se hacía en un lugar lejos de la ciudad, y Leticia había alquilado todo un complejo de cabañas para sus familiares y amigos. No era algo lujoso, era muy sencillo pero para mi estaba bien.

Todas las cabañas tenían tres habitaciones, dos en el piso de arriba con un baño compartido y una en el piso de abajo con baño propio, en mí caso, compartía cabaña mí amiga Sara y su novio Leo, quienes estaban en la habitación continua a la mía, y también con mí amiga Miriam y su novio Nahuel quienes esperaban un hijo y por esa razón le dimos la habitación de abajo, no queríamos que Mir subiera escaleras.

Los novios estaban gastando mucho en su boda e iba a durar tres días la celebración, los dos estaban locos, pero se amaban. Yo me había encargado de asegurarme que Edwin de verdad amara a mi amiga.

Mire de nuevo mi ropa, seleccione un vestido negro y uno rojo y me los probé. Se veían bien, aunque ninguno me convencía. Tal vez cuando me viera maquillada y peinada me gustaran mas. 

De todos modos ya no tenia tiempo para nada, tome una toalla y me metí a la ducha. La boda empezaba en cuatro horas, y había mucho que hacer. Por suerte Sara ya se había bañado, pero Leo aún no asique debía apurarme.

Cuando mire mi reflejo en el espejo, ya vestida, maquillada y peinada, sonreí satisfecha. Me gustaba lo que veía. Al final me puse un vestido rojo, que era muy simple, pero hermoso, con un escote alto y tirantes finos en los hombros, la parte inferior corta, arriba de la rodilla y suelta, estilo campana, tacones negros y un blazer negro. Como accesorio use una cartera pequeña, un collar que descansaba a la altura de mi escote  y aretes pequeños, el pelo suelto con suaves rizos y en el maquillaje destaque mis labios pintándolos con un color bordo mate.

Mire el reloj color plateado de mi muñeca y vi que ya era hora de bajar hacía el parquizado donde se realizaría la ceremonia.

Un temblor de anticipación recorrió mi cuerpo, estaba muy nerviosa, sabía que lo iba a ver.

Cuando salí de la habitación, me encontré a mi amiga Sara y a su novio Leo, ambos estaban guapos, Sara vestía una falda negra larga y recta, con un top salmón de tirantes y tacones negros que se veían muy poco, el cabello recogido y aretes plateados, por su parte Leo vestía un traje gris y su cabello negro estaba peinado hacia atras.

-Nina, mírate, estas hermosa- Me dijo ella con una linda sonrisa.

-Y mírense ustedes, se ven preciosos, ¿para cuando su casamiento?- Ambos me sonrieron y se miraron.

-Tal vez pronto, si tu amiga quiere- Leo la miraba fijo, eran tan lindos, yo quería algo así también, era muy deprimente ver a todas mis amigas en pareja a punto de casarse y tener hijos y yo, la eterna soltera.

-Vamos, ahora, Miriam ya esta abajo con Nahuel.

Bajamos hasta el parquisado, habían unos trescientos invitados y entre familiares directos y  amigos íntimos unos cien que se quedaban todo el fin de semana largo en las cabañas. La decoración era tan delicada y hermosa. El lugar de por si era encantador, pero Miriam que se había encargado de decorar todo lo había dejado simplemente espectacular. Con colores pastel. Había una hermosa alfombra roja que llevaba al altar, con banquetas a sus costados.

El altar era exquisito. Estaba rodeado de un velo blanco y rosa. En el medio había una mesa, con cuatro sillas adelante y una detrás. Estaba todo alfombrado con velas,  parecía sacado de un sueño.

-Ahí esta Miriam- Leo señalo hacia un lugar donde estaba una mujer rubia con una panza de unos seis meses que se asomaba de un hermoso vestido blanco y plateado hasta las rodillas, dando ordenes a los mozos.

-Mujer, tranquilízate o ese niño va a nacer antes de tiempo- Le dije. Ella se giro y casi dio un grito de alegría. Me acerque a abrazarla.

-Hay dios, que hermosas que están, como las extrañe.

Sin darme cuenta estaba sonriendo como tonta, estaba tan feliz de estar junto a mis amigas de nuevo.

-Nos extrañamos, las tres, va las cuatro, la novia también es nuestra amiga.

Todas sonreímos ante el comentario de Sara.

-Hablando de eso, quiero que tomen asiento ahora mismo, ya es hora.

Aún no había visto a Tistan, pero no paraba de buscarlo con la mirada. 

Nos sentamos en unos de los primeros lugares y vimos aparecer al novio.

Edwin estaba con un lindo esmoquin negro. También vi a la madre de mi amiga y la madre de el novio. Ambas con vestidos preciosos.

Miraba hacia todos lados hasta que la voz de Sara me saco de mis pensamientos.

-Mira, ahí está Tistan.

Seguí su mirada hasta chocar con un hombre alto y delgado, con el pelo castaño claro y ojos marrones que miraban a su alrededor. Automáticamente quite la mirada de él. Mi corazón latía con fuerza. Estaba muy nerviosa y más ahora que lo había visto tan guapo con ese traje azul oscuro. Malditos sentimientos. Recuerda Nina, ignóralo, no se merece otra cosa.

-Ah sí, ya lo vi.

-Si quieren puedo llamarlo- Se ofreció Leo.

-Sí, tal vez...

-¡No!- Me apresuré a decir.- Digo, ya esta por entrar Leti, no hay tiempo, ya se sentara más atrás.

En ese momento sonó la música de entrada de la novia dándome la razón.

Todos nos pusimos de pie para recibir a Leticia y a su padre.

Ella estaba más que hermosa, me emocione mucho cuando la vi.

De vestido blanco, con un escote corazón, se asentaba en su cintura de una forma delicada y caía con encaje hasta el piso.

Su peinado era un semi-recojido al costado con ondas en las puntas y se veía tan radiante. Tenia un ramo de flores compuesto de rosas blancas y rosas que combinaban con el velo del altar.

Tenia los ojos húmedos pero no quería arruinar mi maquillaje asique me contuve lo más que pude, aunque al final derrame un par de lágrimas.

Y al final los declararon marido y mujer en vista de un atardecer perfecto.

Luego de eso los novios fueron a hacer una breve sesión de fotos mientras la gente entraba al salón y los esperaba para la cena.

-Muy bien chicos, estamos en la mesa 5, son mesas de ocho personas asique estamos, Nahuel, Milena, la amiga de Leti y Facundo, el amigo de Edwin, y claro ustedes tres- Dijo Miriam y suspire aliviada.- A se me olvidaba y Tistan, que por cierto, ¿Alguien sabe donde esta?.

-Estoy aquí- Dijo una voz conocida y masculina a mi espalda.


Bien gente, espero que les guste y me tengan paciencia, es mi primera novela corta

Lazos de fuego (Historia corta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora