Capítulo 5: Carreras y besos

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Kris suspiró al llegar a casa, no soportaba estar en la calle. No era que odiase la primavera —además, por alguna razón Suho se volvía más cariñoso con la llegada de la primavera, ¿quién en su sano juicio odiaría aquello? Él no—, pero el polen a la que esta estaba ligada le hacía mucho más difícil su vida diaria en aquella época del año.

A decir verdad, no entendía que era todo lo bonito que veía su novio en primavera.

Se quitó la mascarilla blanca que solía llevar últimamente y la dejó en la mesita del salón.

—¡Chicos! Estoy en casa —dijo buscando a sus pequeños.

Baekhyun dejó escapar un pequeño chillido, alarmados los tres pequeños recogieron todas las hojas y las escondieron como pudieron, ¡Kris no debía saber nunca acerca de su plan!

—Eh, aquí estáis pequeños monstruitos —dijo cuando los encontró en la mesa de su escritorio. Les dio un beso en la cabeza a cada uno y después les revolvió el cabello cariñosamente—. ¿Habéis merendando ya?

Normalmente Suho solía salir antes del trabajo y les preparaba la merienda a sus pequeños, sin embargo, aquel día el rubio le había llamado diciendo que saldría más tarde del trabajo y que si podía ir preparando la cena.

—No... —respondió algo indeciso Baekhyun, quien tenía la mirada de sus dos "hermanos" encima suyo.

—¿Y qué queréis? —preguntó Kris dirigiéndose a la cocina con pasó sosegado. Su trabajado era muy ajetreado, la paz de su casa era un agradable regalo del cual estaba muy agradecido. Los chibis no hacían tanto ruido, o eso creía.

—¡Los cereales de chocolate! —gritó Chanyeol con una sonrisa.

Chanyeol tenía un infinito amor hacia los cereales de chocolate, estos eran como unas pequeñas almohadillas rellenas de chocolate y desde que Suho las trajo por primera vez, el de cabellos blancos le suplicó que si podía acompañarle al supermercado para asegurarse de que el rubio volvía a llevar a casa aquellos deliciosos cereales.

—¡De acuerdo! —respondió el mayor de los cuatro buscando entre los armarios la caja—. Pero os pondré pocos, dentro de poco empezaré a hacer la cena, ¿vale?

La sorpresa se la encontró al ir a abrir la caja de cereales, esta estaba mal abierta, a tijeretazos y tirones. No pudo evitar reír, esos niños no tenían remedio. Esa misma mañana la caja estaba cerrada, lo sabía porque el había estado a punto de abrirla pero su pareja le reprimió añadiendo un «¡es para los niños! Si quieres algo te bajas al súper y te lo compras».

Quizá Suho no se volvía tan cariñoso en primavera como él había descrito.

Además, a pesar de que tenían todo en la mesita del salón —camas, ropa, comida y juguetes—, hacía un par de semanas él mismo le había construido unos pequeños ascensores para que pudieran subir a algunos lugares como la encimera de la cocina, el lavabo del baño o su escritorio. El ascensor consistía en un vaso atado a unas resistentes cuerdas de las que se tiraba, a pesar de que sólo era un sencillo método de poleas que cualquier persona sabría hacer, a los chibis les pareció el mejor invento de la historia.

Cogió un cuenco y echo una cantidad considerable de cereales para los tres, después volvió al salón y los encontró dibujando en unas hojas.

—Os guardaré el secreto, pero con Suho no os será tan fácil, por cierto, no volváis a coger las tijeras, es peligroso, ¿vale?

Las mejillas de los pequeños se tiñeron de un rosa intenso, habían sido descubiertos.

—V-vale —fue lo único que pudo responder Chanyeol.

ちび (Chibi)♡ {EXO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora