Capítulo 11: Uno de los nuestros

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Suho arrancó la página de agosto y el calendario le dio la bienvenida al tan temido mes de septiembre. Este suspiró entristecido; había que volver a la rutina.

Aquel verano fue uno de los que más disfrutó. Normalmente los años anteriores él y Kris se tomaban unas semanas libres y hacían un pequeño viaje o se quedaban en Seúl disfrutando de la compañía mutua. Sin embargo, este año tenían a los cuatro chibis y aquello lo hizo bastante diferente. Todas las mañanas, antes de irse a trabajar, Suho los llevaba a casa de los abuelos, al vivir en las afueras ellos tenían un gran jardín y una pequeña piscina en la que los pequeños jugaban todo el día. Luego, al salir del trabajo Kris recogía a los pequeños y a veces los llevaba a tomar helado o batidos. Todos los fines de semana la familia hacían excursiones, algunos días simplemente callejeaban por Seúl hasta que los chibis se cansasen y se quisiesen ir a casa. Otros días iban al campo o hacían picnics en el parque.

Luego, cuando agosto llegó, la pareja se tomó tres semanas libres y decidieron llevarse a los niños a un pequeño pueblo. Aquel lugar era mucho más tranquilo (y fresquito) que Seúl y fueron unas semanas muy agradables. También fue tiempo el que dedicaron, con paciencia y perseverancia, a enseñarle a hablar y leer al pequeño Minseok. Los logros eran escasos, pero en unos pocos meses habían conseguido que el pequeño pudiera aprender numerosas palabras. Suho se había dado cuenta de que este repetía —o intentaba repetir— casi todo lo que oía. Lo cual era una maldición y un milagro al mismo tiempo puesto que a veces Yifan no controlaba su boca.

Pero como todo lo bueno, aquello acabó y septiembre vino trayendo consigo el otoño y el frío. El rubio miró con más detenimiento el calendario y se dio cuenta de que el día 26 estaba marcado con un círculo rojo.

"Última revisión de Jongdae", leyó Suho en voz alta. ¡Era verdad! Por fin había llegado la última. Hizo memoria y se dio cuenta de que adoptó a Jongdae a principios de marzo, ¡aquello parecía tan lejos! Por su delicada salud tuvo que llevar al pequeño a que lo revisaran cada mes, pero el 26 de septiembre sería el último día que tendría que ir.

Con una sonrisa en la cara preparó el biberón de Minseok y luego un café caliente.

«Quizá no es tan malo que ya sea Septiembre» dijo Suho en voz alta. Minseok intentó buscar en vano el sentido de aquellas palabras, rindiéndose a los pocos segundos y empezando a beber la leche de su biberón.

Suho abrió las blancas cortinas de la habitación que compartían él y su novio. Abrió la ventana y de fondo pudo escuchar los quejidos de su pareja competir con el piar de los pájaros. Una brisa se coló sin permiso en el dormitorio, regalándole a cambio un escalofrío al rubio. Aún hacía calor, pero por las mañanas las temperaturas ya empezaban a bajar. Junmyeon miró la calle, tan viva y colorida, y se preguntó cuándo tiempo faltaba para que las hojas le perdieran la batalla al frío.

Su mirada se desvió a su pareja, quién dormía —o intentaba dormir— tan solo con unos shorts. Al contrario que él, Kris nunca se abrigaba. Ya fuera verano o invierno, siempre dormía con la menor cantidad de ropa posible porque según él "no hace tanto frío, Suho". Luego, bien entrada la noche, siempre le robaba las sábanas, obligando a Suho a sacar una manta de más para los dos.

Retiró la sábana que poco cubría el cuerpo de su novio. Le dio un beso en la coronilla y le dijo que se fuera a dar una ducha. Recibió un pequeño refunfuño en respuesta.

El siguiente paso era despertar a los niños. Cruzó el pasillo y entró en la habitación pintada de azul cielo. La habitación de los pequeños se situaba justo enfrente de la suya. Cuando adoptaron a Jongdae el pequeño dormía con ellos puesto que le daba miedo dormir solo, luego, cuando Chanyeol y Baekhyun llegaron, llevaron a todos a la habitación que hasta entonces había estado vacía. Cuando compraron el apartamento, la mujer reveló que aquella habitación había sido el cuarto de su primer hijo hasta que tuvo gemelos y tuvieron que buscar una casa más grande. Debido a los colores y decoraciones tan infantiles, la pareja nunca había hecho de aquella habitación algún cuarto con un propósito en concreto. Sin embargo, ahora que los pequeños dormían ahí, guardaban ahí todos los juguetes y demás cosas que no entraban en las demás habitaciones.

ちび (Chibi)♡ {EXO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora