CAPÍTULO 14

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- Mira Val, aunque tu creas que no, te aprecio mucho, ni yo mismo quiero admitirlo. Pero es que es la verdad. Eres simpática, maja, aunque te haga de rabiar todo el tiempo, no te hartas. Me apoyas mucho y te importo. Y aquí va, Laura, sí, Laura la de clase, me gusta. Enton...-no me deja terminar.

-¿Qué te gusta?¿Lau? Wow. ¿Quién eres y qué has hecho con Carlos?-dice sorprendida y a la vez un poco molesta.

-Sí, lo sé. Ni yo tampoco me lo creo, pero es que es la verdad. Nunca he querido a nadie como la quiero a ella. Tienes que entenderme. Y quiero tener una relación, no líos como he hecho siempre.

En cuanto termino mi frase, Val empieza a moverse de un lado para otro...inquieta sin saber qué hacer. Cuando se ve que ya ha pensado, me dice:

-A ver, vale, está bien. Si yo fuera tu, hubiera hecho lo mismo, créeme. Así que, no te preocupes, lo entiendo. Ya nos tomaremos esas bebidas cuando se pueda.

No me lo puedo creer, la insulto el otro día, y al siguiente, la dejo plantada. Joder. Es la hostia.

-¿De verdad? Joder, no se como agradecerte esto, Val, enserio. ¿Por qué me perdonas todo, si soy un cabrón?

-No lo sé, Carlos. Pero no quiero estar enfadada contigo. Y gracias por haber venido, enserio, muchas gracias, no esperaba esto por tu parte. Pero, no es que quiera cortarte el rollo, pero, mi madre está a punto de llegar.

-Gracias Val. Nos vemos mañana.

Mientras voy hacía su puerta para abrirla, Val me agarra del brazo.¿Qué hace? Al instante me suelta.

-Em, joder, lo siento, sé que no te gusta que te toquen. Pero antes de irte quería volver a agradecerte que hayas venido hasta aquí, y solo por mi. Encima que te estoy jodiendo todo el día, vas y me vienes a ver. Estas muy cambiado, Carlos.

La verdad es que me están entrando ganas de llorar, qué buena es. Siempre la estoy llamando pesada, pero lo único que hace es preocuparse por mí.

Mientras estoy hundido en mis pensamientos, Val dice embobada:

-Esto... Carlos, ei, ¿estás ahí?-me pregunta mientras agita la mano.

Que coño, encima que me aguanta todos los días, tengo que demostrarle que ella también me importa. Como amiga, claro. Así que, para mi sorpresa y la de ella, me acerco a ella y la abrazo, muy fuerte y la digo en el oído:

-Te quiero, Val. Pase lo que pase. Que nunca se te olvide.



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