Nuestros Secretos

La Verdad Detras De El

-Sanji....¿Es verdad que amas a Zoro? yo siempre creí que amabas a Nami-Robin se seco las lágrimas.

-A la vez si lo quiero, pero me estoy dando cuenta de tus sentimientos hacia el- dijo Sanji -No quiero que llores, no me gusta verte llorar- dijo él rubio limpiando sus lágrimas.

-P...Pero Sanji.....- dijo la ojiceleste a punto de llorar de nuevo.

-¿Q...Que!?- Susurro Zoro  sorprendido por la respuesta.

-Tambien me empezo a gustar un poco Nami- dijo Sanji honesto.

-Eso es muy lindo- Robin suspiro -Pero...¿¡Y Zoro!?

-No creo que lo entienda, y mas si se trata de tus sentimientos Robin-chwan- respondió él rubio abrazando a la arqueologa.

-Que mierdas estas diciendo cocinero!?- susurro él peliverde dejándose caer por la puerta, ya que esta estaba emparejada.

-¡ZORO!- Exclamó Robin sonrojada.

-¿¡QUE MIERDA HACIAS ESPIANDONOS MARIMO DE MIERDA!?- grito sorprendido y a la vez confundido él cocinero.

-Mas bien, explicarme eso, ¿que quieres decir con que te gusta Nami?- pregunto él espadachín un poco dolido y Sanji cabizbajo por escuchar él comentario de Sanji.

-Si, me gusta, ¿algun problema?-Sanji se paro frente a Zoro.

-Eso era lo que quería escuchar, así que... Hasta aquí llegamos- dijo Zoro saliendo de allí, él termino con Sanji, él estaba dolido por saber de que ya no sentía lo mismo.

-¡E...Espera!- él rubio correteo al peliverde.

-N..No...- Susurro Robin lagrimeando.

Zoro tenia las repulsivas ganas de llorar, pero no quiso hacerlo, mejor se fue a su cuarto de entrenamiento, que del milagro no se perdió, y se puso a levantar pesas, seguía dolido por dentro.

-Marimo...- Susurro Sanji traspasando la pared.

-¿Que quieres cejas de sushi?- pregunto borde él peliverde.

-Sabes que ya estoy muerto...- dijo él cocinero fríamente.

-Si y ¿que?- dijo aquel espadachín borde, no le dirijia la mirada a aquel rubio que le rompió su corazón.

-Nuestro amor es en vano....- comento él rubio preocupado por él espadachin.

-Ya lo se, no se por que me lo tienes que repetir- dijo en tono frío.

-Marimo, te tengo una pregunta...- contesto Sanji.

-Ve al grano- dijo serio y viendo al oka... Perdón, rubio a los ojos.

-Aparte de mi... ¿No amas a alguien más?- pregunto serio él rubio.

Zoro se quedo paralizado por ese comentario -A todos los quiero igual, como nakama- respondió serio. Él espadachín no quiso contarle lo que siente al estar cerca de Robín, aquella calidez que siempre le causa al verla.

-¡DIME LA VERDAD MARIMO!- Sanji tenia ganas de pegarle, pero no podia porque le traspasaba.

-¡NO ME GRITES PUTA!- dijo él espadachín subiendo su tono de voz.

-¡ES PORQUE NO COMPRENDES!, ¿¡ACASO NO TIENES CONFIANZA EN MI!?, ¡YO TE SIGO AMANDO! ¡PERO ODIO VER A ROBIN-CHAN SUFRIENDO!- dijo él rubio furioso por él espadachín, que no se daba cuenta de los sentimientos de la arqueologa.

-SABES QUE YA NO TENGO CONFIANZA ...- antes de que Zoro continuara, sintió un escalofrío en su espalda al escuchar de que Robín estaba sufriendo -¿Como de que esa mujer esta sufriendo?- pregunto un poco confundido.

-Tu nunca comprendes...-Sanji aparto la mirada.

-Nunca comprenderé algo si no me dices que ocurre- dijo acercándose al rubio en tono serio.

-Escucha... Soy bisexual, te amo pero también amo a Nami-san... Y se que tú también eres bisexual- dijo Sanji viendo los ojos del espadachín.

-No se que mierdas soy- dijo él pelivede quedando frente al ex-cocinero, se armo de valor para decírselo a Sanji -Escucha... No se que me pasa al ver a aquella mujer... Siento una fuerte calidez al verla y al estar junto a ella- dijo serio, solo se rascaba él cuello por aquel nerviosismo que le dio al decir lo que le pasaba al estar junto a la arqueóloga.

-Entonces sientes algo por ella...- respondió él rubio pensativo.

-¡NO LO SE!- grito sincero él espadachín -Es algo que siento al estar junto a ella- dijo sentándose en él suelo, mientras pensaba.          
-Zoro....- dijo una voz familiar mientras entraba a aquella habitación,  que habia escuchado toda la conversacion, cosa que puso al espadachín con los pelos de punta, era nada mas y nada menos que la arqueóloga, Robín.