capítulo 5

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Capítulo 5: Sombras en la luz. Parte II

—Por favor dime que no es mi vómito lo que estas limpiando. —Digo con mi voz toda llena de aspereza. West se ríe mientras pasa el paño húmedo por mi mejilla.

—Intento limpiar tu desastre amor. Aunque no se si angustiarme cada vez más por el sólo hecho de que terminas al final del día inconsciente y en mis brazos. —Abro los ojos, y aquí estoy de nuevo sobre él, bueno no en él así como yo encima, pero gran parte de mi cuerpo lo está. Y confieso que la idea me gusta... un poco. Mucho.

—Tal vez no debieron quitar la pequeña bomba de mi brazo. Volar en mil pedazos suena mucho muy mal ahora.

—No quiero que desaparezcas o vueles en mil cachos. —Termina de limpiar mi rostro y sin poder evitarlo miro mi brazo y ahí está el pequeño recordatorio de la violación a mi propia intimidad. ¿Acaso nadie sabe de esto? O, ¿soy yo la única con el radar bomba de tiempo? Lo más sugestivo para mi impaciente cerebro con hambre de respuestas,es que no hay nadie que pueda aclarar todas mis dudas. Por ahora.

West me ayudó a mantenerme en pie por un rato bastante cómodo y largo para mi propia voluntad antiadherente, odio sentirme así de débil frente a ellos, porque aunque no lo digan sé a ciencia cierta que piensan que sigo siendo una blandengue y eso me jode aún más. Caminamos al rededor de la avenida principal y sin querer recordé los pocos veranos a finales de la temporada de caza, mi madre decidía venir a Across, la ciudad de la nueva era, donde los ciudadanos con mayor indulgencia en la parte laboral y económica tenían el placer de satisfacer sus necesidades, alimentando el egocentrismo de permitirte cambiar el cacharro viejo, por algo mucho mejor. La mayoría de las veces, amaba sentarme sobre las pequeñas bancas de hierro que se hallaban en el centro comercial. Mamá decía que lo mejor era conocer a la gente, aprender a mirarla y sobre todo tenías que disfrutar al hacerlo. Y lo hice, lo disfrutaba tanto que olvidaba que eran solo visitas. Y ahora sólo hay desechos humanos, y basura del tiempo hecho ruina.

— ¡Mierda! Esto apesta. —Todos imitamos la acción de Timothy al taparnos el rostro para detener un poco el edor.

—Creí que habías dicho que todo se conservaba adentro. —Digo sobre mi manga.

—Es obvio que ellos no murieron a causa del gas, es más como si se hubieran dejado morir aquí y si no me equivoco llevarán a lo mucho unos cuantos días.

Jesús

Miramos los pocos cadáveres que albergaban la entrada a la Generalitat. —No podemos pasar por aquí, además no hay espacio. Y no pienso pasar encima, eso sería inhumano.

—No hay opción, dudo que todo el silencio sea buena señal, es mejor avanzar a retroceder. —Timothy con cuidado levanta un cuerpo de la fuente sin vida.

West camina y levanta los cuerpos  más fáciles para el acceso, repetía cada vez y  con la punta de cañón tiraba lejos del camino. Por más que quise demostrar que podía hacerlo, el mar de culpa llenaba mi pobre corazón  y huía.

Greg  me lanzó mil comentarios poco agradables, incluso de la bolsa de lona que colgaba de su hombro, saco una ERG47-3A y por poco la arrebato de sus manos, no sin antes compararla con un modelo un poco más antiguo.

—Esto que ves aquí es una ERG47-01

Error

—Aunque no puedas canalizar toda esta situación, si yo fuera tú me aferraría a un hombre con una o por lo menos que sepa de ellas.

Por supuesto que lo sé, la ventaja es que del orificio inferior colocas el brazo y por código de inmediato la ERG47-3A penetra con pequeños piquetes estableciendo la conexión. No es doloroso con el tiempo, Milak me aseguró que la primera vez no pudo mover el brazo por lo memos dos días enteros, pero la carga de energía es asombrosa, sobre todo el poder.

The Demon Of War#Hottie'sAwards2017 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora