Capítulo 6: Las apariencias engañan
Corre...
Me repetía eso en la cabeza los últimos segundos en los que vi pasar mi vida frente a mí. ¿Es qué todo esto era lo último que mi débil cuerpo graznaría? No podía ser, no lo permitiría porque aún Greg continuaba a mi lado de una forma u otra estaba ahí y no podíamos rendirnos.
Los pasillos eran inútiles y mis recuerdos de las veces que volví a este lugar no servían de nada, no podía recordar con exactitud por donde maldita sea salir, era como si todo estuviera en mi contra para que el rastreador me retuviera.
—No puedo apuntar bien. —Gritó Greg mientras intentaba disparar. —Si continuo así perderemos las últimas municiones que aún me quedan.
Levante la vista y al lado de la última banda había una ranura lo suficiente delgada. —Por ahí. —Señale nuestra única opción para mantenernos a salvo. La adrenalina debía estar al tope en ambos, porque no analizamos que quizá era solo una ranura y que no era lo mejor, pero por lo menos lo intentaríamos. Las piernas me ardían tanto que si no estuviera tan ocupada pensando en la posibilidad de unos enormes dientes afilados y sus ganas insaciables del rastreador por tenerme, jodería con Milak porque aunque no lo crea, estoy corriendo como nunca jamás lo hice en mi patética y miserable vida. La adrenalina esta golpeando duro contra mis venas, fluyendo a mil por hora y de cierta forma me siento viva, llena de una emoción desconocida que apretuja mis pulmones. Greg de un momento a otro me golpeó para darme el impulso necesario y entrar en la ranura, mis hombros crujieron contra la pared. En ese momento entendí que ya no habría mas lugar a donde huir, el ruido de los canales de agua eran lo único que escuchaba bajo el final del camino.
—Lo siento... Yo de verdad lo lamento tanto Greg, creí que esto era una buena idea. —Balbuceaba sin sentido mientras veía la corriente del agua fluir. El rastreador golpeaba contra las brechas intentando pescarnos con su garra.
—Mierda. — dijo Greg empujándose más hacia mí. La inestabilidad del lugar empezó a cobrarnos cuota, pequeños temblores nos llenaron, pero no lo suficiente para calmar a la bestia de sus brutales embestidas.
Solté el aire que tenia contenido, mis ojos pesaban por querer soltar las lágrimas de desesperación. —Bueno dulzura es preferente llenarnos de la mierda de abajo a esperar que nos caiga toda esta mierda. —No me dio tiempo a responder, de un momento a otro me levanto sobre su hombro y con eso saltamos al canal de agua. Cerré mis ojos con fuerza mientras sentía todo mi cuerpo empaparse de agua helada, era como caer en un pajar lleno de agujas y cada vez que intentaba moverme una a una se clavaban sin piedad contra mi piel. Nade hacia la superficie y entre los manotazos y patadas que intentaba hacer, cada vez me hundía más. Fuertes brazos me sujetaron, tirando de mí hacia la vida llena de oxígeno. Mire a Greg agradecida por salvarme de nuevo. En ese momento el rastreador golpeó con mas fuerza, logrando que el poco techo estable callera. — ¡Cuidado! —Grito Greg mientras nos sumergía de nuevo dentro de la brusca corriente, giré sobre mi propio cuerpo tantas veces que perdí la noción de donde era arriba o abajo, mis pulmones clamaban por un poco de oxigeno. Esto era imposible, cada vez que intentaba salir, mi cuerpo era sumergido por toda la presión que hacían todas las piedras al caer.
No quiero morir...
Eso lo repetía tantas veces que hasta mis ojos me engañaron al hacerme creer que ahí estaba Milak intentando ayudarme. Hasta que lo conseguí.
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The Demon Of War#Hottie'sAwards2017
General FictionLa Cúpula oculta más que sólo personas dentro del enorme caparazón. La guerra termino con la esperanza, pero no todos han decidido renunciar. Lindsay Blaire Daemon Hale West Rowland Dos mundos completamente diferentes, un sólo camino por recorrer...