Capítulo 6

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Día siguiente

Ryan

Arthur Danielle: Hola Hellen, te escribo para saber de ti, no hablamos mucho últimamente pero siempre te llevo en mi mente, besos preciosa.

Hellen: Hola Arthur, yo también he estado ocupada, pero casi que en cada cosa que hago recuerdo tus mensajes alentadores, si no fuera por ti, no sé cómo sería mi vida justo ahora, ¿cuéntame qué estás haciendo?

Arthur Danielle: Me estoy mudado de ciudad, increíblemente, después te contaré más detalles, por ahora me gustaría saber de ti ¿Te tomas tu medicina con regularidad? ¿Cómo te has sentido? Recuerda que el mundo no merece ser privado de personas maravillosas como tú 😊

Le doy enviar y me levanto de la cama, yo me mudé ayer mismo al nuevo apartamento, no tiene ningún sentido que siga pagando un hotel cuando esto ya es de nosotros. A decir verdad, el lugar está mucho mejor de lo que imaginé, y a demás me quedé con la habitación grande después de una disputa con Hope.

Mi vida ha cambiado en muchos sentidos los últimos días, Danielle tiene que acceder a un programa de apoyo emocional, pero su tristeza es tanta que no tiene ganas de eso; así que yo ingresé a hablar con algunos pacientes de Italia y otros países, para que pudiera estar en casa y no en el hospital, la app se llama Hopefully, entre tantos quien más me llamó la atención fue Hellen, tan triste y hecha mierda que no puedo evitar ser amable con ella, aunque amabilidad no sea una de mis cualidades.

Desde que Danielle sabe de su condición de salud su ánimo decayó más que nunca, no fui capaz de decirle lo que estoy haciendo para pagar su tratamiento, solo le dije que me vendría de viaje de negocios por un largo tiempo a la ciudad de Nueva York, sé que la idea la puso peor pero necesito que empiece su tratamiento cuanto antes, es por ello que mi padre ya inició los trámites de traslado a Canadá pues allí es donde se sitúa uno de los mejores hospitales para la situación de mi amiga, no estoy dispuesta a perderla.

Camino hacia la sala y me quito la camisa para no sudarla pues en este momento mi objetivo es hacer algunas repeticiones con unas pesas que compré, el ejercicio es algo que no pienso dejar nunca pues le agrega algo a mi vida que me da tranquilidad y además me mantiene en forma. Después de algunas repeticiones comienzo a sudar y mi teléfono vibra, seguramente es Hellen o Danielle, revisaré cuando acabe, En un momento la puerta del apartamento suena y me quedo mirando, seguramente es Hope, pero no me voy a vestir, disfruto que me coma con los ojos.

Efectivamente es ella que viene mirando su teléfono, y entra dando indicaciones a los hombres del camión de mudanzas, cuando levanta la cabeza me mira y su boca forma una O, sus ojos casi se salen de su cara y no puedo evitar que una sonrisa ladeada se forme en mi rostro.

-Cuando quieras te regalo una foto, tú sólo pídela- Me burlo

-Ni en tus mejores sueños – Repone como si tuviera caso que negara que le encanto, entra a su habitación, volteando la derecha justo al lado de la cocina, es más pequeña que la mía, pero aún así tiene un buen espacio.

- ¿Te ayudo con algo? - Le pregunto, pero se limita a negar con la cabeza y cómo no soy un hombre que ruegue o insista continúo en lo mío.

Pasa cerca de media hora cuando han acabo, no tenía muchas cosas y la última caja la subió ella, parece estar pesada y cuando cruza el umbral, la veo algo enredada y me acerco a ayudarla

-Dame eso, pequeña – tomo la caja por debajo justo como ella y nuestras manos se tocan, la calidez que me transmite me inquieta y me gusta, me mira directamente a los ojos, muchas mujeres lo han hecho antes, pero siento que ninguna me ha mirado así, con tanta lujuria, pero también mucha timidez, es algo muy extraño y nuevo para mí, pues siempre me miran con hambre y deseo, no hay más.

-Gracias – Dice con un hilo de voz y no sé qué oculta, pero hay algo más en ella, siempre está con una mirada triste y se ve bastante indefensa, aunque quiera aparentar otra cosa.

Camino hasta su alcoba que está llena de cajas por todo lado y pongo la que llevo en las manos en el suelo, solo por molestarla un rato me acerco a una de las cajas y veo varias muñecas, como barbies o algo así.

- ¿Cuántos años tienes, diez? – Tomo una y me burlo, ella se para al lado mío y blanquea sus ojos, empieza a batallar para que se la regrese.

-Déjame en paz – trata de alcanzarla, pero levanto el brazo y su estatura no le permite llegar, así que comienza a dar saltitos y cuando se ve perdida se sube a su cama y se monta como un simio en mí pecho, agarrándose con sus piernas alrededor de mu cintura, hasta que la alcanza, en medio de risas y forcejeos se resbala y cae al suelo, se golpea en su cabeza y la alzo sentándola en la cama, es como una pluma, ligera, la miro con genuina preocupación y me acerco a examinar su rostro, hace una mueca de dolor.

-Iré por algo para el dolor- Le digo, pero me sostiene la mano

-En esa caja – Me dice señalándome cerca a la puerta una pequeña caja blanca – Tengo pastas para el dolor,

Me acerco en busca del analgésico y me doy cuenta de que hay varios frascos, uno de ellos dice citalopram, sé lo que es porque mi madre lo tomó por mucho tiempo, es para la depresión, no sé si me asombra o no, pero si me conmueve, lo dejo ahí y voy a la cocina a buscar una botella de agua para que se lo pueda tomar.

Hellen toma ese mismo medicamento, ella me lo contó un día, y eso m hace pensar en cuántas personas hay librando diferentes batallas, no sé por qué de repente me preocupa eso, pero si siento como algo se mueve dentro de mí, nunca he sufrido una enfermedad mental, sin embargo, puedo imaginar que es algo terrible de sobrellevar.

Regreso a la habitación y ella está sentada en la cama, le entrego el analgésico y el agua y me agacho para quedar a su altura

- ¿Cómo te sientes? – le toco la cabeza para ver si hay algún hematoma

- ¿Ahora eres amable? – Me pregunta con evidente sarcasmo.

- No, pero si te mueres no quiero que sospechen de mi – sonríe y aunque casi no lo hace, me parece que es una bella sonrisa y antes de poder detener mi pensamiento y mi lengua se lo hago saber.

-Tienes una sonrisa linda Hope – Le susurro y el ambiente se torna tenso en un instante

-No lo sabía, gracias – responde con un hilo de voz y su aliento llega hasta a mi y me hace cerrar los ojos, huele a menta, ¿Sabrá igual?

Los abro y ella se está mordiendo el labio nuevamente, me jode que haga eso porque ella no sabe lo ridículamente sexy que se ve, y me encabrona que me haga querer besarla, yo nunca quiero besar a nadie, todas me quieren besar a mí, pero parece que haré una excepción.

-Te lo advertí- Le indico acortando el espacio entre nosotros y cuando nuestros labios se están rozando ella cierra los ojos, así que en este punto no puedo dar marcha atrás y entonces, le doy un beso.

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Uh, no sabía si un beso tan pronto era lo apropiado pero no lo pude evitar



Recordemos amigas y amigos y amigues, que los antidepresivos deben ser recetados por un profesional, automedicarse puede ser fatal y lo digo con conocimiento de causa.


Los quiero mucho :)

Hopefully (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora