Capítulo 25

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Ryan:

Una nota, fue todo lo que Hope me dejó, sigo sin entender qué pasó, ¿Fui yo? ¿La amenazaron? ¿Está bien?

Tomo el pedazo de papel entre mis manos y lo leo una vez más

Ryan, te voy a evitar la pena de verme todos los días, creo que ya hemos cumplido el objetivo de hacerlo creíble para todos, lamento mucho haber perturbado tu vida con mi humillante presencia, he decidido empezar a vivir por mí y por mi hermano y eso es lo que estaré haciendo, como todo esto no es más que un contrato, si me necesitas, podemos entendernos por medio de Luciano, de cualquier modo me gustaría agradecer por todo lo que fuimos y lo que no, en la vida del otro, nos vemos en el altar cuando corresponda y de todo corazón deseo que seas muy feliz.

Pd: Si es válido me gustaría confesar, que fue una de las mejores noches de mi vida, me gustaría agradecerte por eso, sin nada más que agregar, adiós.

La pequeña Hope.

Los días empezaron a pasar lento desde entonces, cuento los días que llevo sin ella, noventa y cuatro en total, nunca pasé una navidad más triste y vacío, enfrenté a Luciano tantas veces que ya perdí la cuenta y solo se limita a decir que no sabe dónde está, el alcohol se ha vuelto mi fiel compañero y me pregunto por qué me siento tan roto, la respuesta es obvia, la amo, tanto que me quema y me duele su ausencia, me gustaría hablar con ella una sola vez y preguntarlo por qué me está haciendo esto.

Agarro mi botella de Whiskey y le doy otro sorbo, he encontrado una forma de desahogarme, sé que el ardor en mi pecho no es por el alcohol, me gustaría que así fuera, tomo una pluma y comienzo a escribirle otra carta.

Hope:

Mi amor, yo ya no sé dónde buscarte, el lunes pasado me dieron un trabajo, soy el mánager de una editorial, tengo que ocupar mi mente en algo, me gustaría verte una vez más, el trabajo funcionó, un poco al menos ¿Algún día vas a leer esto? ¿Algún día te voy a olvidar? Espero que sí, te amo Hope.

Tuyo siempre, Ryan.

La firmo y la guardo en la carpeta donde reposan por lo menos cincuenta más de ellas, escribirle con la esperanza de que algún dia pueda leerlo, me ha dado esperanzas.

Es sábado en la noche, tambaleando levanto mi culo del piso de la sala y camino hacia su habitación, sus cosas siguen allí, tal como las dejó, doy algunos pasos y me recuesto en su cama, no puedo continuar así, lloro en su almohada que aún conserva su olor, lo tengo bien capturado en mi memoria, me quedo dormido después de un par de horas.

Al día siguiente me levanto con una resaca que me hace martillar la cabeza del dolor, para rematar la situación al vecino de arriba se le ocurrió comenzar a reparar cosas, y su martillo me quiere hacer explotar la cabeza, me levanto y voy por una botella de agua, el timbre suena y salgo corriendo con la esperanza de que sea ella.

Abro y me decepciono de inmediato, es mi papá, me doy la vuelta y lo dejo pasar.

-Yo también me alegro de verte hijo – La ironía es más que obvia

-¿Sabes algo?

-Lo lamento – Camina hacia mi y toma asiento – de ella como tal, no.

-Está bien – No trato de ocultarle mi decepción, no tiene sentido

-Apestas a alcohol Ryan, no puedes seguir así

-Solo fue una botella

-Una botella para ti solo ¿Te parece normal?

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⏰ Última actualización: Apr 29 ⏰

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Hopefully (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora