Hope es todo lo contrario a su nombre, a sus dieciocho años siente que no puede más y se arrepiente de la vida que le ha tocado vivir, un día, ahogada en una profunda depresión intenta acabar con su vida después de que su padre le da la órden de...
-¿Qué les parece? - Le pregunto a Anna y a Danielle desfilando el vestido que Ryan dejó sobre la cama esta mañana, es rojo, con un escote precioso y una caída de princesa, Anna lo aprueba de inmediato, pero Danielle por su parte parece retraída y cansada, supongo que no es fácil lidiar con su enfermedad.
-¿Estás bien? - le pregunto a la mejor amiga de Ryan y ella solo asiente, no la presiono, supongo que no tiene la confianza para hablar de sus cosas.
Sale de la habitación y me quedo sola con Anna.
-Te ves muy linda- Da pequeños aplausos de emoción
-Ryan me dijo que me había pagado una cita en un spa y salón de belleza, en una hora debo ir, gracias por venir Anna, eres una gran amiga – agarro su mano y le sonrío
-Una gran amiga para otra- me responde – me voy para que puedas marcharte, nos vemos luego
Se va y yo me dispongo a hacer justamente lo que acordé con Ryan, me invitó a cenar en una nota, la abro y la miro nuevamente, me encanta.
Hola, pequeña.
No te quise despertar, te veías con mucha paz en tu bonito rostro, por eso te dejo esta nota para darte las instrucciones precisas de lo que vamos a hacer hoy.
Lo primero es que te vas a dirigir a esta dirección
139 E 55th Street, tienes una reservación a la 1 p.m, te van a hacer lo necesario y lo que necesites para lucir aún más resplandeciente que siempre, sé que te gustará, el vestido que está sobre la cama es para ti, lo escogí yo pensando en lo bien que el rojo te queda, muero por verlo puesto en ti.
Nos vemos en el Pier 11 a las 9 de la noche.
Cuento las horas...
Siempre Tuyo,
Ryan.
Me la llevo al pecho y me voy a mi cita en el spa.
Después de algunas horas en el lugar, me dejan como nueva, una sesión de masajes, cremas faciales, mascarillas, manicure, pedicure, corte de cabello, peinado y maquillaje profesional, me dejaron como nueva, Ryan definitivamente todos los días sana, algo que él no rompió.
Al llegar a casa noto que no está Danielle, ni mi Nana que dijo que vendría, la llamaré más tarde, por ahora debo ponerme mi hermoso vestido y salir, pues ya casi son las ocho de la noche, en la habitación encuentro mi vestido perfectamente arreglado y un collar y aretes a juego, hermosos, unos zapatos negros elegantes y con un tacón pequeño, me hacen sentir como una verdadera princesa.
Me doy un vistazo rápido en el espejo, Ryan tiene un gusto exquisito, me encanta todo de cabeza a los pies, tomo mi bolso de mano negro y salgo a mi cita con mi futuro esposo.
El taxi que llamé con antelación me espera, arranca de prisa y le envió un mensaje de que ya estoy a punto de llegar
Gruñón: Bájate en él semáforo de la esquina.
Cuando levanto la vista estamos justo allí, le pago al conductor y cuando me bajo, un par de manos, se posan con suavidad en mi cintura desde atrás
-No voltees – Me susurra en la Nuca Ryan y el contacto me hace erizar
-Hola - Sonrío haciendo caso a sus indicaciones
Posa una venda con delicadeza en mis ojos, teniendo cuidado de no arruinar mi maquillaje
-Camina, yo te guío - Está sonriendo, lo sé, lo he aprendido a conocer – Te ves preciosa Nena – sus palabras le hacen algo a mi autoestima que realmente necesitaba, nunca me he sentido hermosa, pero cuando él lo dice, elijo creerle, espero algún día lograrlo por mí misma sin depender de sus halagos.
Caminamos algunos minutos y cuando llegamos a nuestro destino desata la tela de mis ojos y me cuesta un poco enfocar, pero cuando lo hago me encuentro con un lindo crucero totalmente adornado con luces amarillas y un letrero que cuelga de lado a lado
'Hope, ¿quieres casarte conmigo?' dice allí
Bajo la mirada sin poder creer nada de lo que veo y entonces noto que Christian, Anna, Danielle, mi nana y las vecinas de edificio en el que vivimos están allí, también está el padre de Ryan y una señora que nunca antes había visto, al voltear a ver a Ryan me lo encuentro hincado mirándome con un pequeño cofre color blanco en sus manos y dentro, un precioso y nada humilde anillo con unas incrustaciones de lo que asumo son esmeraldas.
-No sé cómo explicarte el bien que le haces a mi vida Hope - Está temblando de repente y me pregunto si para él es parte del trato o realmente lo siente – si no es mucha molestia, me encantaría pasar el resto de mi vida contigo, mi amor ¿Quieres casarte conmigo?
Asiento mientras doy saltitos de felicidad, por mi parte puedo decir que es genuino mi accionar y me encanta que haya hecho esto para mí
-Si, si y mil veces si – Nos envolvemos en un beso que me deja sin respiración y nos adentramos al pequeño barco que nos espera para recorrer nueva York durante algunas horas.
En el lugar hay un bufete de comida italiana, cócteles típicos de diferentes partes del mundo y musica Jazz en vivo durante todo el recorrido, me alegra que mis papás no estén aquí, mis amigos me felicitan y mi Nana, maravillada llora de la emoción cada cinco minutos, realmente y después de muchos años, estoy sintiendo en mi corazón, la felicidad que daba por perdida hace mucho tiempo.
