La sorpresa II

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Solo había una habitación y lo primero que se le vino a la mente fue ¿Dormiría con Harry?.
Las veces que él rizado iba a su casa en las noches solo era para mirarlo por unas horas, realmente nunca se quedaba a dormir, siempre se iba en las madrugadas justo cuando él se quedaba dormido. Pero eso era diferente, ahora dormirían juntos por tres días.

Miro bien la habitación, era algo grande, de hecho muy grande.
Una cama  ancha y se miraba cómoda, a los lados habían unos muebles pequeños y arriba de ellos dos lámparas. Un espejo algo grande y una televisión plasma, también muy grande.

Camino hacia la cama y subió la maleta en ella, abrió con cuidado, la ultima vez se lastimo él dedo con él cierre así que desde esa vez era mas cuidadoso. Busco entre su ropa lo que había traído, eso especial que empaco por si acaso.
Un pantalón negro, que hacia ver sus caderas y piernas muy pegadas y sexis, una camisa azul por los lados y gris por en medio.
No era la mejor ropa, pero si la mas decente que tenia.

Dejo la ropa sobre la cama y se fue hacia la cocina a preparar algo, tenia mucha hambre, en toda la mañana no desayuno nada, ni cuando la azafata le ofreció en él avión, no quería despertar a Harry, mejor lo dejo dormir y negó a la chica.

Así que camino hacia la cocina y observo todo pensando en que debería hacer. Una idea surgió en su cabeza, pero para poder realizarla tenia que ver si había lo adecuado.
Abrió él refrigerador y miro uno que otro ingrediente, los tomo y los coloco en la mesa, luego abrió los despenseros y saco los otros condimentos que faltaban.

Empezó a cocinar él platillo que tenia en mente, no le gusta cocinar mucho, pero sin duda esto que iba a hacer le salia riquisimo.
Tomo todo lo necesario y comenzó a cocinar.

Cuando termino de hacerlo sirvió la porción que comería en un plato y tomo un poco de agua de limón que había en él refrigerador, si que preparaban todo bien cuando se instalaba un artista.
Se sentó en una de las sillas y comenzó a comer su alimento.

Su mente viajo a lo que había ocurrido hace un rato, la mujer.
Era algo increíble y raro a la vez lo que aquella mujer le dijo, no sabia si creer o no, pero de algo estaba seguro. Él sol ya había destacado en su cielo nublado.

Salio de su trance cuando escucho que su celular sonaba. Se puso de pie recordando donde lo había dejado y cuando lo hizo corrió hacia la habitación. Cuando miraba la ropa que llevaría dejo él celular sobre aquel mueble a lado de la cama.

Tomo él celular y miro en la pantalla él nombre de Jack.

Oh, no se le había olvidado por completo.

- ¿Jack?-. Su voz salia muy despacio, no quería que en cualquier momento la voz furiosa de su jefe saliera del teléfono y le hiciera algo.

- Louis, que ha pasado contigo, no te has hecho presente en la oficina-. Su voz no se oía fuerte como Louis pensó y eso dejo que se calmara un poco.

- Yo... Yo... Me he sentido mal últimamente, espero que lo entiendas-. Esa era una muy buena escusa, si.

- Podías haberme avisado-.

- Lo siento, no creí que esto se tornara grabe, ni que fuera para largo-. Fingió un estornudo y después tosió.

- Si, suenas algo mal...-. Se escucho un silencio en la otra linea, pero solo unos segundo ya que la voz de Jack se hizo presente después - Una semana-. Dijo al fin.

- ¿Una semana?-. Pregunto él ojiazul confundido, no entendía a que se refería.

- Tienes una semana de descanso, pero espera, hay condición-. Ahora que él ojiazul le prestaba atención la voz de su jefe estaba diferente.

Hermoso Entrevistador. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora