Eligeme a MI; Sekaiichi Hatsukoi (Yaoi)

Confusos latidos.

Capítulo 10.- Confusos latidos.

Pov. Takano

¿Qué demonios ha pasado?

Hasta hace unos momentos Onodera se encontraba en mis brazos, hasta hace solo unos minutos era capaz de ver cómo su frágil corazón se desmoronaba entre mis manos. No soy capaz de pensar con claridad al tratarse de él, la sangre me hierve al sólo pensar qué alguien pudo hacerle daño y yo no pude estar ahí para evitarlo.

No sé que debería pensar, tengo miedo de poder decir algo que lo lastime, no sé qué hacer para tranquilizarlo. Tenerlo de esta manera frente a mí solo me provoca querer abrazarlo y no soltarlo nunca. ¿Cómo fue que permití que te lastimaran? 

El sonido de la lluvia caer lograba filtrarse por las paredes, es un sonido tranquilizante, a no ser por la luz en la cocina que deja reflejar con delicadeza una tenue luz en la sala podríamos estar en completa oscuridad, el cielo está nublado y es difícil saber qué hora es exactamente. Después de una ligera platica Ritsu acepto tomar una ducha para evitar que enfermara, salió hace unos momentos de su cuarto portando ropa holgada junto con una pequeña manta entre sus manos, no ha sido capaz de mencionar nada sobre lo que sucedió desde que atravesó aquella puerta, sus ojos ligeramente rojizos e hinchados me indican que no paró de llorar mientras tomaba su ducha, camina con pasos lentos y con la mirada algo perdida, no soporto verlo de esta manera, parece estar muerto en vida y eso simplemente lo detesto.

-Toma esto, ayudara a que te relajes.-Dije con suavidad entregándole una taza de té, se sentó en el sofá subiendo sus pies y enredándose en aquella manta que había traído consigo. Tras su asentimiento solo pude tomar asiento junto a él, solo anhelando saber lo que le sucedía.

Podría decirse que ya lo sé, que prácticamente ya me imagino lo que sucedió, Ritsu parece saber que ya me lo imagino. Sin embargo, una parte de mi necesita que él me lo diga. ¿Por qué lastimarlo al querer que me lo diga?

Mi corazón dio un ligero brinco al sentir aquella calidez, gire un poco notando como ese castaño junto a mi había cortado la distancia entre ambos al recargarse en mi hombro, dejándome inhalar el dulce aroma que desprendía su shampoo, es ridículo, ni siquiera en estos momentos puedo tranquilizarme un poco. Los minutos transcurrieron y ninguno de los dos era capaz de mencionar alguna palabra, el dando pequeños sorbos a la taza en sus manos, viendo algún punto y a la vez no, perdiéndose en su mente en una total nada. Quisiera abrazarlo, besarlo y hacerle sentir que no está solo, decirle que lo amo y es la persona más importante en mi mundo, demostrarle que este mundo no va a desmoronarse frente a sus ojos absorbiéndolo en una completa oscuridad, quisiera ser la luz que lo guié a un nuevo amanecer, sin embargo eso no pasara.

No destruiré la confianza que tiene en mí, no llenare su cabeza de mas preocupación, no agitare su corazón logrando asustarlo, yo no me confesare para no lastimarlo.