Epílogo

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EPÍLOGO

Rebeca dio el último trago a su café. Sí, terminó trabajando en una cafetería, pero le iba muy bien. Además tenía un trabajo los fines de semana en una librería. La ventaja es que podía pagar el café después. Su turno ya había terminado, pero se quedó haciendo algunas tareas. Ya habían pasado 5 meses desde que llegaron a Londres, debido a su alto rendimiento en la universidad los dejaron quedarse por el resto del año, o sea, terminarían ahi sus carreras y luego se graduarían en Nueva York.

Escribió una última frase de su trabajo de una de sus clases, que consistía en escribir un libro para el final del periodo, guardó su trabajo, cerró la computadora y se levantó para irse, debía passr comprando algo para comer. Cami y los chicos llegaban más noche, ahora trabajan en lugares distintos, menos Cami y ella, pero Camila estaba en el turno de la mañana, así que estudiaba de noche. Las cosas entre ella y Alex se habían arreglado con el tiempo, ah, cuando el amor es verdadero. Toño seguía con su novia a distancia pero en verdad casi nadie la conocía, y Rebeca.... bueno, Rebeca estaba bien. Escribiendo un nuevo capítulo.

Había escuchado que el disco de Jorge era todo un éxito y que en verano se iba de gira, pero eso era todo. No volvió a hablar más con él después de ese "adiós." Pero eso le parecía bien, este tiempo le ha ayudado a centrarse en las cosas y a empezar a ser una naranja madura. Empezaba, claro, siempre tenía esos momentos en los que no se es lo suficiente maduro.

Compró la cena, 4 bandejas en una bolsa, y llevaba su computadora y sus cuadernos en la mano porque su mochila se arruinó, cuando se quedó trabada en los asientos de uno de los buses de dos pisos de Londres, edificios rodantes les llamaba, eran unos monstruos.

Como pudo, llegó al edificio, para su mala suerte el ascensor se arruinó en la mañana y a todos les tocó bajar por las escaleras, todavía no lo reparaban, tendría que subir por las escaleras ¡5 pisos!

-¡Sándwiches!- dijo.

Sin quejarse más, empezó su caminata. Piso 1, todo bien. Piso 2, ocupa aire. Piso 3 ya no aguanta, Piso 4 falta poco.... Cuando está a punto de llegar recuerda que tiene las llaves en su bolsa, entonces coloca la bolsa de la comida en la mano con su computadora y cuadernos, saca las llaves y se las pone en la boca. Vuelve la comida a su posición inicial pero las llaves se le resbalan de la boca.

-¡Aaayy!-

Coloca las cosas en los escalones de las escaleras y cuando se voltea para tomar las llaves un chico se le adelanta y las recoge.

-Aquí tienes.- le dice

-Gra.....-

Se detiene. El mundo se detiene. Esto es imposible. Sus ojos verdes, su sonrisa perfecta que inyecta vida, su cabello café totalmente despeinado, sus cejas, su nariz, sus orejas, todo él, vestido con una chamarra negra por el frio.

-cias...- logra decir, luego del segundo en que quedó patidifusa estudiando a este chico.

-No, de nada. ¿Te ayudo? Parece que estás un poco cargada.- le dice él con una dulce voz, ¿Es esto un Deja Vu? Rebeca sintió como que ya ha vivido esto antes.

-Emmm.... sí... ayúdame.-

-¿A qué piso vas?-

-Al quinto.-

-¡Igual que yo!- respondió contento.

El chico tomó los cuadernos, la computadora y la comida sin ningún problema. Rebeca sonrió, él si se acomodaba bien las cosas. Llegaron al apartamento y Rebeca abrió. Le quitó las cosas y las acomodó dentro, luego volvió a salir para agradecerle al chico.

-Bueno, muchas gracias por ayudarme.-

-De nada.- Sonrió y Rebeca sintió que algo en ella tembló con esa sonrisa. -Me alegra que vayamos a ser vecinos por un tiempo.-

-¿Vecinos?- preguntó sorprendida.

-Sí, estaré unos meses por acá, por cuestiones de trabajo, hoy me mudé.- No puede ser. ¿Esto es el destino? -Bueno, te dejo.-

-Ok....-

-Pero, antes de irme, ¿Puedo saber tu nombre?-

¿Qué? Esto era ridículamente dulce. ¿En serio estaba pasando? ¿Estaban volviendo a comenzar?

-Rebeca Gamboa.-

-Yo soy Jorge Blanco, mucho gusto.-

Jorge se acercó y le dió un suave beso en la mejilla. Sin decir más se alejó, ella lo vió entrar al apartamento justo enfrente del de ella, pero antes de cerrar la puerta se despidió de ella con la mano, acto que ella imitó.

Rebeca entró a su apartamento, cerró la puerta y se apoyó en ella, sonrió.

Sí, literalmente, habían vuelto a comenzar.

Nota: "Por Siempre con Jorge Blanco" cuarta temporada, buscala en mis obras.

Mi Vida Con Jorge BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora