CUATRO

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Acaricié sus labios y exploré sin restricciones cada centímetro de su boca. Usando mis manos lo pegué más a mi cuerpo y acaricié su nuca pasando mis dedos entre sus cabellos, lo sentí suspirar cuando de forma traviesa rodeó mi cuello y comenzó a empujar con suavidad mi rostro hacia el suyo.

El olor de su colonia ahora me parecía mucho más dulce que antes y el frio que antes sentía, Yoongi lo remplazaba correspondiendo con calidez y emoción a mi primer beso. Succioné suavemente su labio superior bajando mis manos a sus caderas y di una pequeña mordida antes de continuar con el beso, él sonrió en mi boca y lo sentí colgarse de mí como un niño pequeño.

Abrí los ojos viendo directamente a sus labios y no pude evitar sonreír al verlo con una especie de puchero en ellos, parecía querer que continuáramos besándonos por más tiempo y, aunque yo no me negaría, verlo de esa forma tan adorable me parecía una mejor opción mientras me durara. Cuando abrió los ojos al sentir mi lejanía, terminó encontrándose con mi mirada y pude verme a través de sus pupilas marrones mientras sus pómulos lentamente se levantaron... él me estaba sonriendo y nada podía ser más perfecto.

Suspiré mordiendome el labio conteniendo en esa acción todo mi deseo, seguí acercándome a él de nuevo y antes de que nuestros labios siquiera se rozaran escuchamos un carraspeo de garganta de alguien a nuestras espaldas.

-¡Yihwan! -exclamó Yoongi con sobre salto y quitó rápidamente sus brazos de mi cuello, me empujó lejos de él con sus palmas y su mirada se posó sobre aquel chico con tez palida que estaba frente a nosotros. El rostro pequeño de aquel tipo resaltaba sus mejillas regordetas y sus ojos almendrados, parecía alguien bastante serio con su vestimenta oscura y su imponente presencia me provocaba un injustificable miedo.

-¡Hola! -sonreí al extraño en un intento por ser amable- soy Park Jimin -me presenté haciendo una reverencia y el chico me miró friamente reocorriendo con su mirada todo mi cuerpo.

Me analizó todo lo que pudo y esbozó una sonrisa burlona sin responderme nada. Apreté mis puños con descontento y para calmarme trate de tomar a Yoongi de la mano, seguramente la persona frente a nosotros era su hermano mayor del que alguna vez había escuchado.

-Despídete de él, hablamos adentro -se abrió paso entre nosotros para entrar a la casa y por su rostro podia asegurar que estaba molesto.

-Debes irte -susurró sin voltearse hacia mi y se quedó mirando a la nada- yo tengo que entrar ahora.

-Ese es tu hermano ¿verdad? -traté nuevamente de tomar su mano y se volteó dandome la espalda para evitarlo- ¿quieres que entre y le explique todo? -sugerí un tanto preocupado por su cambio de animo tan repentino.

-So... solo vete Jimin -tartamudeo con la voz entrecortada y senti mucho miedo, aunque Yoongi todavía no me miraba a la cara, sentí su voz quebrarse como lo hacia Tae cada vez que lloraba.

-¿Estás bien? -traté de sostener su brazo y hacer que me viera, pero con su mano evitó mi tacto y solo asintió con la cabeza.

-Te veré mañana ¿de acuerdo? -abrio y entró de manera apresurada sin darme tiempo de despedirme- adios Jimin -cerró la puerta justo en mi cara.

-Yoongi -hablé poniendo mi boca sobre la puerta- lo lamento -probablemente besarlo en realidad le pareció algo molesto.

-Vete Jimin -habló desde dentro.

-Yoongi -di golpesitos suaves sobre la puerta- yo te quiero, Yoongi -continué diciendo- en serio, lo siento.

Seguí insistiendo hasta que mis nudillos se tornaron rojizos y tras largos minutos sin ninguna respuesta me acabé rindiendo. Lo mejor sería intentar hablar con él hasta mañana y ver qué pasaba, pues aunque él no me aceptara, ese beso nadie me lo quitaba.

Llegué a mi casa y me encontré con la luz encendida, probablemente mamá seguía sentada en la sala esperando a que yo llegara. Abrí lentamente la puerta tratando de no hacer ningún ruido molesto y caminé por el pasillo hasta encontrarme con ella.

-¿Cómo te fue cariño? -abrió ligeramente los ojos mientras yo me acomodaba a su lado para que se mantuviera recostada.

Me acomodé sobre su cuerpo como cuando era niño y ella me rodeó con su brazo entendiendo que buscaba un poco más de sus mimos. Suspiré sobre su pecho y mientras acariciaba mi cabello le conté todo lo que había ocurrido.

-¿Quieres que te de un consejo? -cuestionó enredando mis mechones de cabello en cada uno de sus dedos- ve más lento.

-¿Lento? -me levanté con desconcierto y ella hizo lo mismo pero más despacito- ¿cómo es eso?

-Por lo que me cuentas sobre ese chico... -ladeó la cabeza como tratando de recordar correctamente por el sueño que aun la invadía- Yoongi, lo mejor es enamorarlo poco a poco -suspiró tomando mi mano- talvez una carta o darle tu chaqueta cuando hace frio, llevarle la charola del almuerzo o acompañarlo a los lugares que a él le apasionan... son pequeños detalles cariño, que hacen grandes diferencias entre tú y la posibilidad de que se fije en otro chico.

-¿Crees que no debí besarlo? -era nuestra primera "cita" y yo ya me había adelantado demasiado.

-Dices que te correspondió ¿no? -sonrió buscando mi rostro que últimamente siempre estaba sonrojado- eso quiere decir que también quería hacerlo –tomó mi mano para levantarnos del sofá y caminamos juntos hacia el pasillo de nuestras habitaciones- solo dale tiempo y su espacio, sé atento con él pero no estés todo el tiempo tras suyo, eso sería acosarlo -soltó una pequeña risita y acarició mi mejilla para depositar un beso en ella- el amor es complicado pero no imposible, solo actúa considerando los sentimientos del otro.

Suspiré y haciendo caso a sus sabios consejos, aquella noche le escribí a Yoongi una pequeña carta.

It's meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora