DOCE

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-Bebé, ¿te gustaron las flores de hoy? -continuó hablando al no obtener una respuesta.

-Te equivocaste de número, no vuelvas a llamar -colgué con mis nervios al tope quitándole la pila al celular y miré a los lados en busca de algo que me ayudara a sostenerme.

Pero no encontré nada, solo atiné a caminar sin sentido alguno y de la ansiedad comencé a sudar.

-¡Ahh, Min Yoongi! ¡Quítame a este niño de encima! -Jin comenzó a gritar y voltee para encontrarme a Kook colgando de su espalda mientras intentaba caminar hacia mi- por favor Min -continuó quejándose y la sonrisa traviesa del más pequeño se borró en cuanto me vio.

-¿Te sientes mal, hyung? -se enderezó parándose frente a mi y elevó su mano para ponerla sobre mi frente- estás demasiado pálido -por su expresión podía decir que estaba buscando algún indicio de enfermedad.

-¿Qué tienes? -Jin posó su mirada en mis ojos para asegurarse de que le respondería con la verdad- ¿sucedió algo en la oficina? -se dio cuenta de que tenía en la mano el celular y me negué a contestar.

No podía decirle que estaba así por Jimin, al menos no ahi frente a Kook, el pequeño pelinegro había estado tan alegre todo este tiempo por ver sus resultados que no lo podía arruinar.

-Creo que algo de la cena me hizo mal -mentí.

-¿Seguro que es eso? -asentí a la pregunta de Jin y frunció el ceño mirándome con severidad. Nadie mejor que él para darse cuenta, a través de mi mirar, que tenía una fuerte razón para mentir- Jungkook -llamó su atención y entonces supe que lo alejaría- por favor regresa a la sala de practicas y busca el botiquín, ahí hay pastillas para el malestar estomacal.

-¿Botiquín? -reaccionó confundido y luego corrió hacia dicho lugar- ¡ya vuelvo, Yoongi hyung, no mueras por favor! -gritó por el pasillo llamando la atención y en menos de un minuto, Jin me volvió a cuestionar

-¿Qué pasó en realidad? -su voz era calmada pero en sus ojos reflejaba una enorme ansiedad por hacerme hablar- dímelo Yoongi, por favor.

-Es Jimin, él... me llamó -contuve las ganas de llorar presintiendo que pronto regresaría Jungkook y en cambio me puse a gritar- ¡Después de tres malditos años, él llama a mi celular y me dice "cariño" como si nada del daño que me hizo fuera verdad!

-Pero ¿cómo? -dudó antes de acercarse a mi- debes calmarte, si lo piensas, ustedes siempre han tenido esta clase de amor... -me apegó más a él abrazándome lentamente y me sentí el mismo chiquillo desprotegido que fue abandonado hace tiempo por Jimin- separándose y odiándose para al final reencontrarse y hacer que madure su amor.

-Tu no entiendes cómo es él -me reincorporé y suspirando profundo evité la proximidad de soltarme a llorar- yo nunca le fallé ¿sabes?, solamente creí en él y se fue, yo buscaba apoyo y a cambió le di todo de mi -revolví mi cabello desesperado por hacerlo entender- si él tiene mi número y fue quien me envió esos regalos cada mes, significa que no va a parar.

-¿Entonces a que le temes? -me retó- no huyas de él, no hiciste nada malo y debe haber una razón por la que él te buscó.

-Pues si la hay, no la quiero saber -suspiré viendo hacia el cielo y logré respirar con menor dificultad- no voy a actuar como si ese día no me hubiese perforado el corazón.

-Yoongi... -estiró su mano nuevamente hacia mi y agradecí que en ese momento llegó Jungkook- solo has lo que te haga feliz ¿si?-susurró en mi oído y simplemente asentí.

-Aquí tienes hyung -posicionó frente a mí, un frasco pequeño con pastillas de color- la etiqueta decía que con una pastilla y un poco de descanso después, pronto estarás bien.

-Gracias Kook -sonreí y es que últimamente con él todo era así, a comparación de Jin, con Jungkook sentía que me podía relajar.

-Ve a casa a descansar, nosotros iremos a recibir a Hoseok y a Tae, les explicaremos y lo entenderán -sonrió y sin pensarlo más, acepté.

No tardé mucho en llegar a mi departamento y caminar directo a mi habitación, me dejé caer sobre la cama como la primera vez y no pude evitar sollozar, siempre me sentiría asi de solo sin Jimin.

Puse la mano sobre mi boca para evitar hacer algún ruido, aunque sabía que no había nadie que me pudiera escuchar y dejé que las lágrimas corrieran por mi mejilla hasta llegar a la almohada. El simple pensamiento de él alejándose de mi me hizo llorar, mi pecho dolió y puse mi mano en mi estómago ejerciendo un poco de presión, no quería sufrir de nuevo por él, pero con una simple llamada había logrado ponerme mal.

Estaba tan sumergido en mi dolor que no supe en qué momento el timbre había comenzado a sonar. Por un momento pensé que era Hoseok que vendría a reclamar pero, en su lugar, me encontré con un oso panda que sostenía un enorme cartel.

"Déjame verte otra vez"

¿Esto era de él también?

Un escalofrío me recorrió y cerré la puerta de un azoton. Caminé para regresar a mi cama y en ese instante vi algo extraño caer por fuera de la ventana de mi habitación, solté el pestillo para poder salir al balcón y una extraña lluvia de pétalos comenzó.

-Rosa -vi el primer pétalo cayendo frente a mí- azul -cayó otro y no entendía aun de que se trataba todo esto- rojo -rodo un último pétalo que logre atrapar con mi mano.

-¿Así que serán rojas? -escuché su aguda voz a mis espaldas y mis músculos se tensaron de inmediato.

-¿Cómo entraste? -lo miré con enojo más que con amor- ¡Ni si quiera se te ocurra acercarte a mi! -estiré las manos en defensa contra él cuando ignorando mi reacción se acercó.

-Déjame explicarte, por favor -una vez que la luz del atardecer pegó en su rostro lo pude ver bien y noté todo lo que cambió, esa expresión alegre que tenía ya no estaba en él.

-¡No! aléjate, ahora soy yo el que no quiere estar más contigo -grité una ultima vez y lo empujé, pero no retrocedió hasta estar completamente frente a mi.

-Yo solo regresé por ti -se justificó y tomando mi nunca con desesperación hizo lo que quiso una vez más y me besó.

It's meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora