OCHO

7.6K 727 116
                                    

Cerré los ojos a mitad del camino y comencé a sentir mucho miedo, temblé hasta que sus brazos protectores atraparon mi cuerpo.

-Te dije que te atraparía -musitó muy cerquita de mi oído y lentamente abrí mis ojos. Mis brazos se habían aferrado instintivamente a su cuello, mi pecho se contraía y expandía a voluntad propia y él simplemente me sonreía. Era increíble la cantidad de sensaciones que sentía en ese breve momento -vámonos -me sonrió de nuevo y me ayudó a poner mis pies suavemente sobre el suelo.

-¿A dónde? Si se puede saber -acomodé mi cabello quitando lo despeinado y normalizando la respiración en mi cuerpo.

-Dije que te secuestraría -sonrió de lado e intentó tomar mi mano mientras en un acto reflejo yo la alejaba- así que no, no se puede saber.

-¿Y piensas que me voy a dejar llevar a donde tú quieres? -me crucé de brazos una vez que había terminado de arreglarme.

-¿Qué parte del secuestro no quedó claro? -sonrió malicioso y sin darme tiempo de reaccionar se abalanzó sobre mi cuerpo. Sus fuertes brazos rodearon la parte baja de mi cuerpo y como un costal de papas me lanzó sobre su hombro.

-¡Bájame! -exigí tratando de liberarme moviendo mis piernas- ¡Jimin, no me gusta que toquen mi cuerpo!

-Muy pronto solucionaré eso -el tono de su voz me pareció bochornoso.

-¿Te me estás insinuando? -bufé rendido- ¡Pervertido!

-¿Pervertido yo? -palmeó mi trasero con una de sus manos antes de volver a su agarre- solo contigo amorcito, solo contigo.

Caminó llevandome a cuestas más de diez cuadras y se metió por lugares y callejones que realmente nunca había visto. Se mantuvo tarareando una canción, que a decir verdad era mi preferida, y yo simplemente le oía.

-¡Bajaaan! -gritó ayudándome a poner los pies de nuevo en el pavimento- ¡Subeeeen! -repitió extendiendo su brazo para hacerle la parada a un taxi.

-¡Ya! Dime a dónde vamos o le diré al taxista que no te conozco para que llame a la policía -lo miré seriamente para que no creyera que solo fingía.

-Dile, no creo que te crea -sonrió triunfante y con una mirada de autosuficiencia me abrió la puerta trasera.

Me pidió con la mano que subiera y a regañadientes terminé accediendo.

-Date la vuelta -pidió con un tono dulce mientras el auto avanzaba.

-¿Para qué? -lo miré desconfiado y sin decir nada me obligó a girar mi cuerpo hasta darle la espalda.

-No seas terco -soltó una risita y deslizó por mis ojos una venda- solo obedece y haz lo que yo te diga.

-Pervertido -flexioné mi brazo para golpearlo con mi codo- eso quisieras.

-Si, talvez eso quiero -se burló haciendo que golpeara por segunda vez su cuerpo.

Pasaron unos minutos y ya tenía atrapados entre sus manos mis dedos. No sé si todavía no lo notaba, pero en realidad no iría a ningún lado.

-Llegamos -susurró muy cerquita de mi oído- te ayudaré a bajar -y así lo hizo, cuando escuché la puerta del taxi abrirse un ligero sonido de música se hizo presente.

-¿Dónde estamos? -elevé mi mano tratando de quitar la venda y me detuvo al instante.

-Todavía no, primero promete que no vas a escaparte.

-Jimin, ni si quiera sé hasta dónde me trajiste.

-Solo... promételo -insistió tomando mi mano.

-Bien, lo prometo -sonreí para mostrarle que era sincero.

Caminó lentamente posicionándose a mi espalda y me ayudó a caminar de nuevo. La música se hizo cada vez más fuerte y logré identificar una melodía clásica de los bailes antiguos, de esos donde el príncipe bailaba por horas y horas con la bella princesa.

Deslizó la venda de mis ojos y pude verlo todo. Frente a mi había un pequeño sendero rodeado de florecillas de varios colores y, justo al fondo, una pista de baile y una especie de orquesta sinfónica.

-¿Qué es todo esto? -mi mano se dirigió hacia su pecho sin poder creérmelo.

-¿Quieres bailar conmigo? -extendió su mano hacia mí y sin esperar a que la tomara me sonrió animándome a hacerlo.

-No se bailar -reí bajito y voltee la mirada hacia la pista que, sin saberlo, ya se había iluminado.

-Yo te guio -tiró suavemente de mi mano y me llevó hasta el centro. Puso su mano sobre mis caderas y me pego más a su cuerpo, sonrió ligeramente apoyando su mano en mi palma y mi otra mano descansó sobre su hombro.

No sé cómo lo hacía, yo apenas si me movía y él simplemente me sonreía con mayor intensidad cada vez que me hacía dar un nuevo paso.

-Jimin -susurré cuando mi cabeza comenzó a buscar protección sobre su pecho- no me gusta estar tan cerca.

-Agh Yoongi -suspiró sin intención de soltar su agarre- eres tan especial, tan diferente y tan lleno de todo lo que deseo... te odio por no dejar que te ame como yo quiero.

-¿Y cómo es eso? -reí para mí mismo.

-Bueno... -elevó la mirada dejando un espacio entre su cuello donde inconscientemente quise ocultar mi rostro- ¿recuerdas que quería decirte algo? -asentí moviendo la cabeza- pues, me muero de ganas porque salgas conmigo.

-¿Como ahora? -susurré dejándome llevar por la fragancia que desprendía su cuerpo.

-Casi, solo que quiero abrazarte por mucho más tiempo, quiero besarte cada vez que te veo, quiero tocarte si también es tu deseo, quiero apoyarte y que tu estés conmigo -sus dedos se entrelazaron con los míos anhelando su cercanía- quiero amarte y estar a tu lado.

-Cursi -musité muy bajito y asimilé lo que me estaba pidiendo- pero si, la verdad es que me agrada mucho la idea de que vas a ser alguien especial en mi vida.

-¿Eso es un "si acepto"? -sonrió elevando sus mejillas por completo.

-Si, acepto -sonreí pensando que era arriesgado lo que estaba haciendo, pero con Jimin todo se tornaba más que perfecto.

It's meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora