Psicosis [trad/chanbaek]

Extra - Yo fui el primero en enamorarme

El capítulo aún sigue en revisión por parte de la autora, aún así voy a publicarlo y dejarlo como está hasta que haya un nuevo cambio. 

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Nunca sabes cómo tu primer amor aparecerá, ni cuándo. Sinceramente, teniendo en cuenta mi condición, jamás imaginé que lo haría. Pero él apareció, y desde la primera vez que puse los ojos en él, lo supe. Pensé en todo lo que había vivido hasta ahora, en todas las personas que había visto, y en todo lo que ya había sentido. Nada se pareció a aquello. Nada hizo que mi corazón latiera tan fuerte, nada me dejó tan curioso como para saber el motivo de aquellas ojeras profundas y de aquella mirada lejana.

Él no era feo como yo, muy por el contrario, su pelo era liso, suave, brilloso y castaño. Su cuerpo no era tan delgado, en realidad era muy bonito. Era alto, pero no necesariamente un chico de presencia, era más un chico asustado.

Tenía ojeras muy profundas para ser tan joven. Me gustaría saber lo que le sacaba el sueño. Pero no es como si pudiese acercarme a él y preguntarle: "Hey chico, ¿Qué te pasa?". Él me miraría - un chico jodido y calvo, destruido a causa de un tratamiento contra el cáncer tonto que le permite vivir como un zombi - y sentiría pena. Tal vez él me hiciese la misma pregunta a mí.

Entonces decidí que viviría mi lindo primer amor de la única forma que la vida me lo permitía: de forma unilateral.

Bueno, creo que antes de decir más sobre mi primer amor, necesitó explicar por qué soy "un chico jodido y calvo, destruido a causa de un tratamiento de cáncer tonto que me permite vivir como un zombi".

Fue hace cuatro años, dos años después de que mi madre muriera en un accidente de auto, ya había perdido a mi padre cuando aún era un bebé, así que me quede prácticamente solo. Viví con mi tío por un tiempo, pero él tuvo que mudarse a Japón a causa del trabajo. Una amiga de mi madre me acogió en su casa, y siempre fue muy atenta conmigo, sin embargo sabía que estaba allí de favor.

Hice amistad con un chico que era su vecino, Suho, él era mayor de edad y estaba casi graduado. Pero aunque fuera alguien ocupado, él era muy solitario, y me dejaba dormir allí cuando quisiese.

Entonces hubo un día de verano en el que me caí de la bicicleta. Llegué a casa de él con una herida fea que no dejaba de sangrar de ninguna manera. Suho me llevó al hospital, yo estaba muy mareado, y también tenía dolor de cabeza desde hace algunos días. Aproveche la consulta y le dije eso al médico. Solicitaron algunos exámenes y días después fui diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda.

No era el fin del mundo, ya había perdido a mis padres y me había quedado solo aun siento muy joven. Podía vencer esa enfermedad.

Por lo menos era eso lo que pensaba.

Pase a vivir con Suho. Luego me quedé internado unos meses, porque la quimioterapia me debilitaba y la internación era necesaria. Llegué a creer que estaba curado, aunque ellos nunca lo hubiesen dado por hecho. Pero no estaba curado, no había acabado, de hecho era solo el comienzo. Pase por otros tantos tratamientos, y hoy estoy en una fase muy desgastante de la quimioterapia.

Mi cabello se calló de nuevo, casi no tengo pestañas y cejas, mi cuerpo es delgado, mi piel es demasiado blanca, y no tengo energía para nada. Y sé que si me rindiese de una vez, podría hacer más que solo vomitar, ir al hospital y quedarme observando por la ventana a los pájaros volar entre los árboles.

Deje la escuela hace dos años, ya había reprobado dos veces, no podía continuar. Pero no puedo renunciar al tratamiento, Suho aún está pagando, lo que significa que ha utilizado gran parte del salario de sus primeros años como médico, conmigo, alguien que ni es de la familia. Él no se dio por vencido conmigo, y aunque la idea me pase por la cabeza muchas veces, siento que no puedo hacerle eso a él.