The Walking Dead || Daryl Dixon || P1 - Finalizada

6.04 "Heads Up"

<<Aviso>>

Solté un suspiro molesto sin dejar de ver a el caminantes debajo de mi golpeando su cabeza contra la muralla. No se agotaban nunca, ya estaba comenzando a agotarme y no no tenia ningún arma para acabar con el. Volví mi vista hacia la calle para seguir esperando que la moto de Daryl apareciera o el auto que tomaron Sasha y Abraham, que Glenn y Nicholas aparecieran caminando con una sonrisa en la cara que dijera "lo logramos". 

—Hey —gire mi cuerpo viendo a Maggie subir las escaleras y le sonreí tomando su mano ayudándola a ponerse de pie —¿Nada?

—Nada —dije volviendo mi vista hacia el frente —Ni un misero silbido 

—Ellos volverán —susurro poniéndose a mi lado —No nos pueden dejar aqui, Daryl te quiere demasiado para dejarse vencer ahí afuera.

—Y Glenn tiene una hermosa familia por la que volver —dije apoyando mi cabeza en su hombro

Guardamos silencio sin despegar la vista del frente, es todo lo que llevábamos haciendo los últimos días, subir aqui y esperar escuchar los motores o ver alguna señal que nos indique que Glenn esta bien. Bajábamos a comer algo o para ir al baño, Aaron me ayudaba mucho cuando se trataba de convencer a Maggie para que bajara a descansar y el se quedaba haciéndome compañía.

Eran muy pocos los que sabíamos sobre el embarazo de Maggie y eramos muy cuidadoso para que nadie lo notara, ella quería mantenerlo así hasta que llegara Glenn y decirlo los dos juntos. Saber que Maggie y Glenn serian padres sin duda marco una gran diferencia en mi forma de pensar. Un bebé era un nuevo mundo. Un mundo mejor.

—No tienen que estar aqui arriba tanto tiempo —escuche la voz de papá a nuestro lado

—No lo haremos —respondió Maggie haciéndome soltar un risa —Esta es la dirección por donde llegarían—apunto hacia la calle

—Veremos los autos antes de escucharlos y si Glenn envía una señal sera desde ahí—apunte hacia un lado del bosque y me gire un poco para verlo

—Si —sonrió viéndonos —Cuando salimos nunca es fácil, nunca es sencillo. Siempre es una lucha, pero hemos vuelto de cosas peores, ellos lo lograran. Quiza no debamos a esperar a que vuelvan, hay que pensar como podemos alejar a los caminantes, tenemos agua y comida para un tiempo y los muros están resistiendo. Podemos tomarnos nuestro tiempo, hay que pensarlo con mucho cuidado para hacerlo bien, despejarlo para que puedan entrar—dijo abrazando mis hombros. Nos quedamos los tres en silencio durante largos minutos antes de que Maggie volviera a hablar.

—Vi a Judith el otro día en la casa. Esta empezando a parecerse a Lori, me puso feliz—murmuro con una sonrisa

—A mi también —dijo Rick con una pequeña sonrisa antes de sacudir un poco mi cuerpo —Jaz, necesito tu ayuda

Asentí dejando un beso en la mejilla de Maggie para bajar las escaleras y seguir los pasos de Rick. Llegue a su lado tomando su brazo y pasándolo por sobre mis hombros, me miro sonriendo y dejando un beso sobre mi cabeza. 

—¿Qué necesitas? —pregunte luego de unos segundos

—Vamos a enseñarle a disparar a Ron

—¿Qué? ¿Por qué yo? —bufe deteniendo mis paso —Sabes que no me agrada

—Vamos —dijo comenzando a caminar, bufe de nuevo siguiendo sus pasos encontrándonos con Carl y Ron en el camino, mire de mala forma al estúpido niño quien me la devolvió de igual forma y le di una pequeña sonrisa al Padre Gabriel cuando paso por nuestro lado. 

—Papá —me queje cuando saco los carteles que Gabriel había estado pegando por el lugar.

—Bien —dijo dejando sus armas sobre una mesa para luego mirar a Ron —Las pistolas serán un poco mejores para tu primer intento. Reten el cargador. Reten de corredera. Seguro de aleta.

—Eso es fácil ¿verdad papá? —pregunto Carl sin dejar de mirar a Ron. Me mordí el labio aguantando la risa, esto seria divertido después de todo.

—Cargador vació. Cámara vacía ¿ves?

—Si

—Jaz —llamo, rodé los ojos tomando el arma

—Hay alguien frente a ti, están armados —dije apuntando la pared

—Vas a tener miedo. Lo tendrás —sonreí mirando a Carl

—Tu cuerpo se va a tensar, no tendrás tiempo de pensar. Solo vas a querer apretar el gatillo cuando este frente de ti —levante el arma tensando mi brazo —Pero fallaras y estarás muerto. Debes tenerla hasta tus ojos —volví a levantar el brazo esta vez bien hecho. Tal y como me enseño Jim.

—Tienes que ser lo suficientemente fuerte para esperar por el momento —asentí ante las palabras de Carl. Tiene que ser malditamente fuerte.

—¿Puedo...? —dijo apuntando el arma, me encogí de hombros dándosela a papá y me coloque junto a Carl de nuevo.

—Oye, tu dedo no toca el gatillo hasta que estés listos para disparar —papá se puso a su lado moviendo su dedo —Quédate con esa.

—¿Qué? —dije sorprendida, papá me miro enarcando una ceja antes de volverla hacia el niño

—Acostúmbrate a llevarla contigo

—¿Puedo dispararla? ¿tal vez a los caminantes? —por supuesto que no, niño torpe.

—No con las cosas como esta, los muros están fuertes pero tendremos suerte si los caminantes se dispersan. No queremos atraerlos a todos a un mismo punto.

—Bueno y ¿qué tal la practica de tiro al blanco en el centro del pueblo? Porque entonces el sonido se esparciría por todas direcciones o tal vez podríamos usar silenciadores o algo como eso —lo miramos en silencio ¿Acaso no entiende el significado de no? —Pero probablemente no quieras gastar balas ¿verdad? Solo quiero aprender mas.

—Lo harás —dijo Carl y lo miro fijamente unos segundos antes de girarse comenzando a alejarse.

—No confió en el —murmure viendo su espalda. Se sentía extraño. 

(...)

Camine a paso lento por la calle mirando a mi alrededor, estaba todo extrañamente tranquilo y me gustaba. Mordí la manzana que traía en mi mano tomando camino hacia la entrada principal donde supuse estarían todos. Necesitaba hablar con papá y preguntar que harían al final con todo esos caminantes.

Detuve mis pasos de forma repentina dejando caer la manzana de mis manos observando los globos que se elevaban por nuestras cabezas, justo desde la dirección por donde tenia que venir Glenn y sonreí. Es Glenn. 

Solté un jadeo asustado dando unos torpes pasos hacia atrás cuando la torre de guardia comenzó a chirrear e inclinarse de forma lenta sobre la muralla antes de caer con fuerza sobre esta dejando espacio libre a los caminantes para adentrarse por las calles de Alexandria. Sentí el terror llenar mi cuerpo y lo único que pude hacer en ese momento con seguridad, fue correr.