8.02 "The Damned"

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<<Los Condenados>>

Camine con rapidez por los pasillos del santuario apretando con fuerza el estúpido cuchillo, que por cierto había sido la única arma que había traído conmigo, estúpido lo se, pero aun me ponía un poco nerviosa llevar estas armas grande que solían llevar todos últimamente. Así que me aferre al artefacto como si mi vida dependiera de ello -cosa que era cierta de todas maneras- y seguí con mi recorrido en busca del turco. Los pasillos del santuario estaban completamente vacíos, gracias a lo que se estaba llevando a cabo en el frontis seguramente. La mayoría de las personas deberían estar en el galpón después de los primeros disparos que dieron inicio a todo lo que se vendría. 

Detuve mis pasos de forma abrupta metiéndome con rapidez a la primera puerta que se atravesó en mi camino y puse una de mis manos sobre mi boca escuchando los pasos de algunos salvadores atravesar el pasillo. Conté hasta veinte mentalmente y volví a abrir la puerta con cuidado mirando a ambos lados del pasillo, salí de la habitación sintiendo mi corazon latir desbocado y volví a hacer mi camino directo hacia el cuarto de Emir. Cuando llegue a este abrí la puerta con brusquedad y solté un jadeo al verlo todo completamente desordenado y sin ninguna señal del chico ahí. 

La cocina, fue lo primero que se me vino a la mente así que no tarde mucho en volver a salir del cuarto para correr por los pasillos volviendo a detenerme a medio camino cuando la fuerte explosión se escucho. Mire el reloj en mi muñeca y recordé las palabras de papá antes de venir aqui. Diez minutos. Una mueca se abrió paso en mi cara y mire a ambos lados del pasillo sin saber que hacer. Uno de ellos me llevaba directo hacia la cocina, después de atravesar una buena cantidad de cuartos y uno de los galpones. Si, la maldita cocina quedaba lejos. Así que dando un promesa al aire al chico, me gire sobre mis talones y camine en la otra direccion hacia la salida. Iba a cumplir con lo que le prometí a Rick y luego volvería, con armas y con una valentía mucho mas grande de la que llevaba ahora.

(...)

Esquive los arboles con rapidez volviendo a darle una corta mirada al reloj en mi muñeca, aun tenia tres minutos para llegar al punto de encuentro así que apresure mis pasos un poco mas sintiendo mi garganta doler y mis ojos arder por el llanto contenido. Cosa que no iba a hacer claro, no iba a llorar, no mas llanto, no después de estar haciendo algo por cuenta propia. No podía arruinarlo volviendo a hacer la misma débil y pobre chica de siempre. Tenia que demostrarle a papá que yo era capaz de hacerlo y las lagrimas no me ayudarían para nada.

El ruido del motor de unos cuantos autos hicieron que me detuviera y me agachara escondiéndome detrás de un árbol cerrando mis ojos y rogando silenciosamente que sean los que llevaban el pañuelo blanco en su brazo y no algún grupo de salvadores. Me quede ahí por unos largos segundos pensando de que forma podía asomarme un poco mas al lugar y no ser vista, eso hasta que un segundo motor se escucho. Un motor que conocía malditamente bien y que odiaba la mayor parte del tiempo pero ahora mismo amaba por ser tan ruidoso.

Me puse de pie con rapidez y una sonrisa tiro de las esquinas de mis labios al ver a Daryl pasar a toda velocidad a unos metros de mi con su moto, un suspiro de alivio salio de mi boca y seguí con mi camino siguiendo la marca de la rueda de su bendita moto. Le di una ultima mirada al reloj y asentí con decisión viendo por fin el grupo blanco aparecer en mi vista. Había perdido trece valiosos minutos en venir aqui y cumplir con la promesa que había hecho, me estaba comportando como el quería, obedeciendo sus palabras y no siento un estorbo en esa misión, así que ahora tenia que convencerlo de dejarme volver. 

El tenia que dejarme volver. 

—¿Donde esta el? —fue lo primero que pregunto al verme llegar a su lado

The Walking Dead || Daryl Dixon || P1 - FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora